Unos escuálidos, de esos de por los cuatro costados, adulantes por demás y caídos de la mata, como solía decir unas de mis tías, que conforman una patraña que llaman “Plataforma de Venezolanos en Madrid”, que bien merecen llamarse “Internacional de Escuálidos Adulantes (IEA), según noticia difundida por AP, han iniciado una campaña que bautizaron “juzgar a Chávez”, y lo que es más, han llevado a éste ante la Corte Penal Internacional (CPI) de la Haya, bajo la acusación de estar relacionado con las FARC y apoyarlas de distintas maneras en el desarrollo de sus actividades.
Y lo curioso del asunto, entre otras cosas, que deja en entredicho la buena fe e integridad moral de quienes promueven y respaldan esa acción, es que ésta se adelanta precisamente cuando el parlamento europeo ha tomado una aberrante decisión contra los inmigrantes “ilegales”. Es un proceder todavía más deslucido, si recordamos que la llamada eufemísticamente “Ley del Retorno”, afectaría a más de ocho millones de seres entre ellos unos cuantos venezolanos.
También deja muy mal parados a los de la susodicha Plataforma, el hecho de que después que Evo Morales denunció enérgicamente lo que sería un atropello que rememoraría procedimientos nazis, luego lo hizo Chávez; y éste fue más allá, pues habló que nuestros gobiernos tomasen medidas, como la dejar de vender petróleo a los países europeos que se embarcasen en esos actos represivos, antidemocráticos y racistas. Hace pocas horas, la OEA ha tomado decisiones respecto al asunto y acordó intervenir ante las autoridades de la Unión Europea.
Es un escandaloso rastacuerismo, actitud de reptil de esa Plataforma y, por supuesto los infelices que la conforman, no se hayan ocupado de un asunto que, si son decentes, honestos y les queda algo de afecto por ellos mismos, sus ancestros, cultura e historia, debe serles primordial.
¿Qué sentido tiene esa organización de venezolanos en Madrid, cuando, como en el caso de las decisiones que está tomando la UE contra los ilegales, entre los cuales hay millones de latinoamericanos y unos cuantos venezolanos, optó por ignorar ese asunto? En verdad ¿qué son ellos? ¿Sólo oportunistas avergonzados y vergonzantes ciudadanos de última categoría de parte alguna?
En lugar de estar perdiendo el tiempo buscando adeptos para una causa perdida de antemano, pues no tiene fundamento jurídico ni ninguna verdad que la sustente, deberían ocuparse de organizar a todos los latinoamericanos, residentes legales o no, para oponerse a la monstruosidad que se piensa aplicar. Podrían tomar el ejemplo de aquellos que en Estados Unidos, recientemente, se movilizaron por todo aquel país para protestar contra el intento de Bush de hacer aprobar en el Congreso una Ley con similares fines.
Según la prensa, en este caso “Últimas Noticias”, los de la Plataforma, representados por un “socato” abogado llamado William Cárdenas, dirigieron un escrito al fiscal de la CPI, Luis Moreno Ocampo, en el cual sostienen que “existen pruebas sobre la posible actuación del presidente Hugo Chávez en apoyo al grupo guerrillero”. Y, en vista de lo anterior, solicitan se abra una averiguación que lleve a juzgarlo.
Pero lo cómico del asunto, es que las pruebas a que hacen referencia, es lo divulgado por el gobierno de Colombia, como encontrado en el archivo de la laptop de Raúl Reyes. Uribe, el nada cuerdo Juan Manuel Santos y menos el gobierno gringo, se han atrevido a tomar acciones como las iniciadas por la Plataforma de Venezolanos en Madrid, porque bien saben que esas pruebas no existen. No hay tribunal sobre el planeta que se las tome en serio.
Es obvio que no hay peor cuña que la del mismo palo. Y esos “venezolanos” o “latinoamericanos”, que ven crecer el chovinismo europeo contra los nuestros, sobre todo cuando comienza a expresarse mediante disposiciones legales como la llamada “Ley del Retorno”, tratan de ganar indulgencias y “respetabilidad” con acciones que saben del agrado de la derecha española, empezando por Aznar, todo el PP, la anquilosada monarquía y unos cuantos del PSOE.
Además de lo anterior, quienes conforman esa Plataforma, revelan una absoluta falta de sensibilidad y solidaridad con una población que, aparte de estar formada por compatriotas suyos, de la patria pequeña y de la grande, lo está en gran medida, por seres humildes y merecedores que se les organice y prepare para la defensa de sus derechos como humanos. Además, la xenofobia que paulatinamente viene tomando cuerpo en Europa, particularmente en España, que a muchas mentes lúcidas de allá alarma y dirigida contra africanos, asiáticos y latinoamericanos, en un momento dado alcanzará hasta quienes se creen europeos – pero “navegaos”- y protegidos por sus recursos y hasta “méritos”. Pues hagan lo que hagan, para la derecha europea, ellos nunca dejarán de ser “sudacas”, como despectivamente se nos llama en la misma España a cuyos hijos, aventados en masa por las guerras, el hambre y las persecuciones políticas, en su momento, recibimos con generosidad. América nuestra ha salvado, por lo menos dos veces, a Europa y particularmente a España de la miseria.
¿Y ante quién acuden para pedir sanciones contra Chávez? Pues ni más ni menos, a la misma Europa que ya ha sancionado de manera inhumana a millones de seres que allá han acudido buscando mejores formas de vivir.
Uno bien sabe que les mueve, por encima de todo, el deseo que, con la desaparición de Chávez, las cosas vuelvan a ser como antes, pero mientras tanto tratan de usar la figura de éste para hacer lo que siempre han hecho, vivir empantanados de adulancia y alcahuetería.
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