Como era de esperarse en un evento de las magnitudes como el que se realizó el domingo 2 de mayo en Venezuela, donde se movilizaron cerca de 3 millones de persones entre votantes, responsables de mesas y agentes del CNE, Plan República, testigos, no nos debe sorprender la diversidad de enfoques, criterios y opiniones, ante la conclusión del evento, es decir, la elección de los 120 candidatos a diputados y diputadas. Ello, a nuestro juicio forma parte o es una extensión del evento en sí y resulta saludable ese ejercicio de democracia participativa, independientemente de que compartamos o no tales juicios, enfoques o análisis. Todo el debate forma parte de palucha de ideas, hasta las más resentidas.
Sin pretender soslayar o restarle importancia al hecho que de todas las personas inscritas en el PSUV –un universo de 7 millones aproximadamente– sólo 2 millones 500 mil y algo lo hicieron, la cifra de votantes, miembros de un partido revolucionario, no es nada despreciable. Podemos afirmar, sin lugar a equivocarnos, que ese domingo votó la vanguardia revolucionaria, bolivariana, chavista. Esa es una fuerza tremenda, de activistas y militantes conscientes capaz de estremecer este país como lo han hecho.
Naturalmente, es preocupante que un alto número de compatriotas que se abstuvieron de votar, es urgente revisar esa situación y analizar las causas de esa abstención. Algo si puedo añadir y es que unos cuantos miles de votos se perdieron por la mala información en la reubicación del cambio en los centros de votación; a última hora es que se intensificó el operativo reinformación pero cualquier cantidad de camaradas andaban de un sitio a otro y, además, los centros de información estaban colapsados. Allí falló la DN, eso ha debido hacerse con mucha mayor antelación y que fluyera la información a tiempo, por eso se perdieron unos cuantos miles de votos
Sin dudas que la metodología acordada de la auto postulación hizo que los circuitos se saturaran de candidatos, eso le restó fuerza a muchas candidaturas con posibilidades. Sin restarle trascendencia a la auto postulación, es aconsejable considerar que la postulación se haga a través de las patrullas y los organismos sociales y de masas. Un promedio de 75 candidatos por Circuito hacía cuesta arriba una campaña individualizada.
Sin dudas que en el proceso electoral no hubo total equidad, la inmensa mayoría de los candidatos carecían de recursos –si las patrullas hubiesen postulado, el trabajo en equipo hubieses blindado a los candidatos o candidatas–. Buena parte de los camaradas elegidos tuvieron una alta presencia mediática, antes del proceso e, incluso, durante el proceso. La DN del partido no fue capaz de crear una programación donde por radio y TV se presentaran los aspirantes, sólo el periódico Ciudad CCS abrió un espacio modesto a los candidatos, aunque se notó que a un grupo pequeño de éstos se les dio mucho más espacio y centimetraje. Los dirigentes nacionales que iban de candidatos abusaron de su presencia en la TV, apabullaron, todos los programas los invitaban. Eso no lucía ético.
Se dijo que se harían en las parroquias encuentros de militantes y los aspirantes, eso no funcionó, al menos en el Circuito 2 de Caracas. Puro coraje, corazón fue lo que hicimos los candidatos y candidatas.
No pocos de los candidatos, diputados y nuevos aspirantes, utilizaron las viejas y detestables prácticas adecas y copeyanas de repartir comida, implementos deportivos, etc. entre la gente, una vulgar y asquerosa práctica de compra de conciencias. Hasta algún canal del Estado se prestó para presentar esos hechos como “noticias”.
Evidentemente funcionaron algunas poderosas maquinarias y se invirtieron gruesas sumas de dinero, Sea oportuna la ocasión para sugerirle a la DN del PSUV que solicite a cada candidato un balance de sus gastos y el origen de los mismos.
Sin dudas que la masa chavista que se abocó a la campaña lo hizo con alegría y entusiasmo, ganada como estaba a participar en ese inédito proceso que le daba oportunidad de participar a todos los inscritos, sin tener que comprar el derecho a la postulación, como miserable y asquerosamente lo hizo la derecha. Inexplicablemente la DN le rebajó 15 días a la campaña y eso le restó eficacia a muchos participantes, necesitaban un poco más de tiempo para proyectarse entre la comunidad pesuvista, llegarle a los compatriotas escépticos, porque esa fue una jornada no sólo electoral sino, sobre todo, política. Quitarle esos 15 días a la campaña fue un grave error que, a mi juicio, redundó negativamente en la captación de votantes chavistas indecisos.
UNA CAMPAÑA OPTIMISTA Y ESPERANZADORA
Ya se ha dicho que la campaña fue optimista, esperanzadora, con miras a alcanzar la mayoría absoluta de las curules en las elecciones parlamentarias de septiembre. Llevar un equipo de hombres y mujeres con una alta conciencia política y de clases, fieles a la revolución y al liderazgo del comandante Chávez.
Creo que, en general, los camaradas elegidos son representativos del abanico político del PSUV: una nueva generación (aún inexperta pero combativa); una generación intermedia (Jesús Faría, por ejemplo, hijo de un aguerrido dirigente comunista de quien lleva su nombre); y una generación mucho más madura (Escarrá, Aristóbulo, etc,). Eso refresca el panorama interno y externamente, pero aún no son diputados electos y no debemos contar los pollos antes de nacer. El trabajo de masas, patear calles, barrios, urbanizaciones, campos, selvas, es fundamental, pero también aprovechar estos meses para estudiar y prepararse, dar la cara por los medios, hablar con la comunidad. Que los más “viejos” no apabullen a los jóvenes, darles a estos su espacio, y su mensaje debe ir básicamente hacia el sector juvenil de nuestro país, esa juventud que el capitalismo nos quiere robar, el narcotráfico, las drogas y el licor, la pornografía, las seudo novelas colombianas y mexicanas de Televén y Canal 4. Una política sectorial, exclusiva para ese grupo etáreo.
Pero los 120 candidatos y candidatas por sí mismos no tienen fuerza para una tarea tan descomunal, por eso el partido debe apoyarse en esa rica experiencia que fue la campaña y en los 3500 aspirantes, sin dudas líderes naturales de garra y visión estratégica, sumándoles los cuadros que fueron al Congreso Extraordinario del PSUV. Poner en tensión, igualmente, las patrullas y lanzarse a la batalla por conquistar voluntades, poniendo por delante los enormes logros de la revolución pero también palpar las necesidades del pueblos, asumir como propias sus reivindicaciones sociales, económicas y humanas más sentidas. Una campaña para sembrar el socialismo.
El programa legislativo del partido del partido debe salir de ese rico cardumen de ideas que presentamos los aspirantes a diputados. Hacer mesas de trabajo y volcar aquella rica experiencia y cientos de propuestas, sistematizarlas y elaborar un gran programa legislativo. Eso sería una gran novedad política en Venezuela y un aporte al país.
El tema es sumamente importante y debemos volver a él en otros análisis ahondando en el análisis.
(humbertocaracola@gmail.com)