Hay consternación y silencio en la dirigencia política del Psuv, por los alimentos dañados que se encontraron en unos containers en la Ciudad Portuaria de Puerto Cabello. Este hecho toca de lleno la justicia social y le da un vivas al capitalismo. Por esto, deben ser enjuiciados los culpables y ser duramente sancionados por el Estado. El desconcierto en un pueblo que confía en su presidente es mayor y espera que el burocratismo de Estado colocara en este reglon a verdaderos servidores sociales y socialistas de corazón en estos cargos que exigen una gran responsabilidad laboral.
Debemos tomar en cuenta lo siguiente, el socialismo no se sostiene con sus propias fuerzas, sino con el ejercicio laboral mancomunado de todos, ya que el capitalismo es un sistema de crisis periódicas, el cual sale reforzado gracias a los impuestos y colaboraciones de sus contribuyentes.
Ya algunos dirigentes calificados tanto de la derecha como la izquierda vienen expresando la existencia de un grupo de personas que están aprovechándose de la debilidad del gobierno en ciertas áreas y se encuentran sacando sus propias ganancias. Así, extrañando la condición ideológica y política del país monopolizan e incursionan en sus presuntas fechorías. De esta manera, incitan al consumo y asumen una responsabilidad histórica en este nuevo fraude nacional.
La participación comunitaria organizada es necesaria y trenemos que buscar la manera adecuada para que éstas personas salden sus responsabilidades y, como no son garantes del pacto social, deben ser juzgados conforme a las leyes republicanas y ser detenidos en un tiempo bastante prudencial.
Las señales emitidas indican el auge del movimiento contrarrevolucionario, dentro de las estructuras mismas del gobierno y cuyo fin es degradar la figura presidencial, representada en este caso por el presidente, Hugo Chávez Frías.
Por este motivo del saboteo agroalimentario, la bolsa de valores se viene desplomando y el consumo por el nerviosismo luce exagerado. En contraoferta y buen disimulo, algunas casas comerciales vienen ofreciendo productos en forma normal, pero, el problema es que registran fechas de caducación a corto plazo.
Esta crisis coyuntural es un problema civilizatorio que, nos convoca a rescatar la democracia con un principio básico, activarnos en la política e investigar con profundidad para establecer sanciones. Por coincidencia, los despidos han aumentado en este trieno y la mayoría de los votados son afectos al proceso de cambio que asiste al país. Ejemplo, lo tenemos en Dianca, cuyo presidente proviene de PDVSA y mantiene un rencor tácito con sus trabajadores por lo sucedido en 2002, al no darse la crisis del petróleo. A quien se daña es a Venezuela. La lucha por sanear al país debe continuar con la colaboración nuestra.
*analista político.
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