Sepa el por qué no disminuye la delincuencia en Venezuela

La práctica de los deportes desde 1.999 tiene rango constitucional, tal como lo establece el artículo 111 de la Constitución Nacional vigente, aprobada en el mes de diciembre de aquel año. Allí, entre otras cosas significativas, se determinan: Que todas las personas tienen derecho al deporte y a la recreación como actividades que benefician la calidad de vida individual y colectiva. Que el Estado asumirá el deporte y la recreación como política de educación y salud pública y garantizará los recursos para su promoción. Que la educación física y el deporte cumplen un papel fundamental en la formación integral de la niñez y adolescencia. Que el Estado garantizará la atención integral de los y las deportistas sin discriminación alguna. Y que la ley establecerá incentivos y estímulos a las personas, instituciones y comunidades que promuevan a los atletas y desarrollen o financien planes, programas y actividades con relación al deporte. En síntesis, estos son los principales mandatos que establece el citado artículo constitucional Nº 111.

Tratemos ahora de analizar lo mejor posible el propósito y razón que tuvieron en mente los ciudadanos diputados de la República Bolivariana de Venezuela cuando discutían el artículo 111 en diferentes comisiones y sesiones plenarias de la Asamblea Nacional Constituyente, veamos la parte que dice “como actividades que benefician la calidad de vida individual y colectiva”. Éste extracto no puede referirse a otra cosa que no sea a la oportunidad de superación de la condición de vida que tendría que brindársele a cada niño y niña de la patria y con ello al bienestar de todos los seres humanos que conviven alrededor de la niñez; el colectivo venezolano. De manera que el legislador lo que tuvo en su pensamiento cuando aprobó este fragmento del texto constitucional era que había que hacer el máximo esfuerzo por tener a la niñez sano de cuerpo, mente y espíritu, tomando como lógica consecuencia el desarrollo integral que proporciona la práctica regular de los deportes, buscando con ello la buena marcha y avance de toda la población al llevar esta práctica deportiva hasta el más escondido rincón del país.

Pero lamentablemente este deseo estampado en el texto constitucional sigue siendo una quimera, a pesar de haberse diseñado hace más de una década. Eso mismo sucede con todos los demás enunciados del artículo 111 de la Constitución, ellos están reducidos a su mínima expresión, y para comprobarlo solo faltaría que comisiones designadas por el Poder Legislativo y Ejecutivo Nacional, cuyas autoridades juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución y demás leyes de la República, efectúen evaluaciones en los diferentes institutos deportivos nacionales, regionales y locales. Vayan a esos institutos oficiales y dense cuenta como éstos tienen asignados miserables presupuestos, por lo que los instructores, técnicos y profesores deportivos no pueden trabajar en forma constantes con los muchachos haciendo lo que a ellos más le gusta, jugar; sino que muy esporádicamente es que se lleva a cabo su práctica. Vayan por allí señores funcionarios y dense cuenta como no existe suficiente cantidad de locales, materiales y artículos deportivos. Vayan por allí y dense cuenta como son tratadas las organizaciones deportivas no gubernamentales que se empeñan en subsistir. Vayan y dense cuenta como no existen estímulos ni incentivos a las personas, instituciones o comunidades que promueven las actividades deportivas, todas ellas continúan abandonadas de la ayuda oficial. En fin, vayan por allí y vean como lo señalado en el artículo Nº 111 de nuestra Constitución Nacional solo existe impreso en algún ejemplar que permanece engavetado en algún escritorio de esos institutos oficiales.

La actividad deportiva es eficaz para no permitir que la niñez y la juventud caiga en manos de personas inescrupulosas al ser incitados a entrar en el mundo de la delincuencia al encontrarse los infantes sin razón en las calles de nuestras ciudades, en vez de estar en sus ratos de ocio en lugares donde estén protegidos y jugando su deporte preferido, por lo cual se evita se expongan a ser inducidos a penetrar al cruel mundo del delito; en cualquiera de su extensa modalidad. Por favor, autoridades del Poder Legislativo y Ejecutivo Nacional, tomen carta en el asunto, hagan que el deporte se practique masivamente y de manera diaria y verán como en corto tiempo se habrá reducido de manera efectiva el flagelo delictivo en el país.

Junio de 2.010

rafaelferrer1@hotmail.com


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Rafael Ferrer

Escritor y músico. www.evyferrer.wordpress.com

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