“Nunca en la historia de la humanidad, una clase todopoderosa se ha rehusado a sacar
provecho de su posición”
Anónimo…
El culto a la personalidad puede ser evaluada, cuando le cuesta superarla a cierta dirigencia revolucionaria en el poder, como una perversa adulación a una persona con meritos inexistentes o con méritos pre-fabricados. Seguida de una adoración abyecta y babosa a un Alcalde, Gobernador, Diputado etc. ¿Como pedirle conciencia a un pueblo sitiado por rastreros aduladores?
Las manifestaciones más evidentes de este endiosamiento son el resultado de una desmedida egolatría, y pérdida de la realidad que se manifiesta con la presencia patológica de sus fotos en oficinas publicas, calles, obras publicas, etc.
Es denigrante ver la corte de servil es con la vestimenta política oficialista en una policromía particular, en los slogans oficiales, en una desbordada publicidad atorrante y mediocre en todos los programas de comunicación social de corte gobierneros etc.
El origen psicosocial de seres de esta naturaleza es inimaginable. Muchas de las veces suelen ser personajes del más alto linaje o unos simples patas en’ el suelo, pero se consideran insustituibles, son mesiánicos, ridículos… ¡En la joda criolla, nacieron para ser lideres, guiar a las masas, e inmolarse por ellas!!!
Son narcisistas y ególatras por génesis son merecedores de toda la parafernalia social: buenas comidas, hoteles de lujo, selectos vinos, camionetotas, un séquito de escoltas, un harem de chichitas (¡para los que no se les moja la canoa! ¡Un harem de chichitos para los que se le moja!), homenajes públicos y notorios interminables de todo tipo y a cada momento, corte de áulicos, jala bolas… Dicho en buen cristiano, le hemos dado poder a personas innobles en detrimento nuestro.
Una triste realidad histórica dividida entre caporales y peones con labores muy específicas para ambos, este modo de hacer política debe perpetuarse bajo esos términos, y si es necesario para fines inconfesables, dejando como herencia política el apego al poder, a los hijos, esposas, hermanos, nietos etc. para que ningún hijo del pueblo, acceda al poder nunca más.
El propósito es permanecer toda la vida lo más privilegiado, implantándose una perversa ideología de dominación entre caporales y peones, haciéndole creer al pueblo que gracias a sus ejercicios en el poder de estos próceres de la revolución, es como se consigue el progreso, se alcanzan beneficios sociales, y todo a lo que se aspira alcanzar en la sociedad . En pocas palabras son unos fenómenos insustituibles.
Le hacen creer a los incautos que la realización y ejecución de las obras para las comunidades no interviene para nada el colectivo, las experiencias y sabidurías que poseen son excepcionales. Por razones obvias, sus obras por muy palurdas que sean deben ser magnificadas, publicitadas, y testimoniadas. No vistas como una obligación del ejercicio del cargo para lo que fueron electos, y al que fueron llevados por una masa de idiotas.
Nos condicionan a pensar, imponiendo una ideología dominante, y nuestras funciones consisten únicamente en rendir pleitesía, seguirlos ciegamente, alabarlos. El que lleve la contraria puede ser objeto de sus furias, no hay que contradecirlos en lo absoluto. Hay que adorarlos, y pedirle a la corte celestial, larga vida para nuestros mandatarios.
Como pago tendremos el ejercicio de la estupidez masiva, el creer que debe ser así, el no meternos en el raciocinio que con nuestros votos fue que llegaron al poder, y que también con nuestros votos les podemos revocar el poder. Con todas la de la ley porque tenemos esa potestad y soberanía, que se requiere para legitimar un acto de esta naturaleza.
No comprar un producto en el auto mercado basta para que se pudra o baje de precio, lo cual hace valer que el verdadero poder lo tengamos nosotros, y no ellos, y de paso les hace ver que sí se puede vender sin especular a precios razonables.
En la confrontación social y política la manera de no buscar el enfrentamiento estéril, innecesario, es privilegiando el equilibrio entre las partes, eliminar la unilateralidad, y motivando el consenso igualitario. Gobernantes sin gobernados no puede existir, vendedores sin compradores tampoco, representantes sin representados menos, iglesias sin fieles imaginable; de otra manera dirán que sí se puede vivir sin ellos, pero se caería con extrema rapidez en la anomia.
Las razones de controlar a mucho patiquín en el poder, y para lograrlo es necesario ejercer un mayor control hacia ciertos personajes engreídos y felones, con una mayor participación, y organización de las comunidades en la vida pública, en el manejo de los entes sociales, incentivar a las instituciones inoperantes, un movimiento continuo en la consecución de estos propósitos, para erradicar la indolencia, la insensibilidad, la critica pavloviana como siembra popular, la continua desesperanza de que no se puede, o es imposible, la inmovilidad ante nuestras males, y muchas de las desgracias causadas por los que hemos elegimos para que representaran nuestros intereses, los interés de la mayoría.
La inanición nos lleva al caos, lo que se ha construido es nuestra obra. La desgracia a veces la permitimos. Pero también tenemos el sagrado deber de modificarla.
Percasita11@yahoo.es