La verdad sobre la inflación

Con frecuencia escuchamos expertos opinando sobre la inflación; en la prensa los más eruditos en economía, exhiben en grandes titulares lo perjudicial de la inflación, pero hasta ahora nadie nos ha dicho, porque tanta alharaca con la inflación.

Tradicionalmente se concibe la inflación como el aumento de precios de los bienes y servicios, en forma moderada, galopante y fulminante.

La primera está referida a un lento aumento, la galopante está relacionada a aumentos de dos o tres dígitos y la fulminante es la que algunos llaman Hiperinflación y está relacionada con las crisis severas, pues el dinero pierde su valor adquisitivo.

Ahora, no tendría sentido este análisis si no entramos a conocer las causas de la INFLACIÓN. Usualmente se conocen:

1. Aumento en la demanda de bienes y servicios, manteniéndose estable la producción, esto es, aumenta la demanda pero no la oferta, generándose una relativa escasez de productos y por consecuencia un aumento de su precio, ello ocurre porque las y los consumidores estamos requiriendo más bienes y servicios, pero estos no se generan, son acaparados o escondidos.
2. Aumento del costo de los insumos, esto es, de la materia prima o bienes intermedios, necesarios para la generación de bienes y servicios, en virtud de lo cual los productores ven aumentar sus costos de producción, lo cual repercute a lo largo de la cadena, hasta el precio final de venta al consumidor.
3. Aumento en los ingresos de la población, manteniéndose estable la oferta, que incentiva a los comerciantes a vender más caro. En definitiva si hay mucho dinero en manos de la población, aumenta la demanda pero si no hay suficiente producción, surge la inflación.
4. Aumento de precios por previsión/anticipación, que ocurre cuando los productores, convencidos de un aumento a futuro en el costo de sus insumos, ajustan sus precios en el presente, para poder adquirir los insumos al supuesto nuevo precio. Ello refleja otra perturbación conocida como especulación.

En Venezuela, contamos con la particularidad de que mas del 50% de los bienes de consumo necesario y suntuario, son importados; es decir, nuestra producción tiene años estancada, a pesar de los esfuerzos que ha venido haciendo el gobierno revolucionario en los últimos tiempos, que no ha pasado de ser una buena señal.

Obviamente, la peor consecuencia de la Inflación, es el deterioro del valor de la moneda lo cual va en detrimento de quienes viven de un salario, que representan la gran mayoría del pueblo venezolano, pues merma su capacidad adquisitiva de bienes y servicios. Ello puede generar descontento por la dificultad de satisfacer las necesidades básicas que acarrea, debido a que un salario deteriorado impide adquirir los bienes y servicios que conforman la canasta básica, esto es, el conjunto de bienes y servicios suficientes para una familia cubrir sus necesidades básicas y poder mantener una vida física, mental y espiritual, sana.

En otras palabras, la inflación muestra la verdad sobre el poder adquisitivo de la población, así tenemos que, una inflación de veinte por ciento (20 %) significa que nuestro ingreso ha perdido un veinte por ciento (20 %) de su valor, lo que es igual a que los precios aumentaron en igual porcentaje; en definitiva, por cada cien bolívares (Bs. 100,oo) de nuestro salario, nos va a faltar veinte bolívares (Bs. 20,oo) para adquirir la cesta básica.

Ahora bien, existen tres elementos importantes para controlar la inflación sin causar perjuicios a la población:

* Aumentar la Producción nacional para generar mas oferta de "bienes salario": ello, estimulando la inversión privada o asociando inversión privada y pública, para que el Estado no sea el único en invertir para desarrollar el tejido productivo y aumentar la producción nacional.
* Producir bienes y servicios cada vez de mejor calidad y aumentar la productividad de las empresas, lo que permitiría posicionar los bienes nacionales frente a los importados, para paulatinamente reducir nuestra dependencia hacia las importaciones. Al controlar las importaciones o al sustituirlas, reduciríamos sustancialmente el impacto de los mecanismos especulativos que las acompañan (sobre facturación, especulación cambiaria)
* Finalmente, es necesario perfeccionar el control de los precios, empezando por asegurarse el carácter dinámico de la regulación de precios, de manera que los precios regulados se actualicen a menudo para no desincentivar las actividades productivas nacionales. Luego, resulta crucial establecer acciones de control a lo largo de las cadenas de producción y distribución; ejercicio donde el pueblo contralor podría complementar los operativos de INDEPABIS.

Por supuesto el éxito de estas medidas depende de todos y todas. Por lo tanto debe ir enmarcado en un proceso de formación ciudadana de consumidores y usuarios pero también de productores e importadores, que permita transformar la forma de pensar de cada individuo para poder transformar su forma de actuar, traduciéndola en acciones cotidianas, de buena convivencia humana, en búsqueda del bien común.



Frente Nacional de Abogados Bolivarianos

minnorij@yahoo.com


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Minnori Martínez


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