Llegó el momento de hablar claro sobre el Proceso Revolucionario i lo sucedido en el Zulia

 Este artículo, aunque no lleva exactamente el mismo título del anterior, es una continuación  sobre el tema de las recientes elecciones parlamentarias i la pérdida revolucionaria en el Estado Zulia. Sin embargo, pese a las reflexiones de aliento i entusiasmo de Fidel, oráculo de la verdad i la dignidad del mundo que, lucha por la libertad i la paz, he leído otras opiniones interesantes como las de Antonio Aponte en su Grano de Maíz i otro breve de mi admirado amigo Sant Roz, donde se hace una crítica constructiva, aflorando verdades i que para no extenderme, recomiendo a los lectores, simplemente leerlos. He querido, pues, ir al grano, no de maíz, sino de la singularidad de arranque de un hecho explosivo, como se dice en la física contemporánea. Esa singularidad fue, el desconocimiento de algo que estaba asentado en la Constitución Bolivariana i que permitía, pacífica i legalmente, separar al “candidatazo” Manuel Rosales Monteskiú de la Gobernación del Estado Zulia, i haber impedido que lo siguiera convirtiendo en una hacienda de su propiedad i de su mafia UNT, con basura política del pasado adeco i robando a manos llenas, mientras eran constantes las marchas de desposeídos, reclamando sueldos i prestaciones, frente a la Gobernación, así le dieran (como le dieron) créditos adicionales. Eso no impidió el atropello a personas mayores, maestros, ancianos i ancianas, a veces corridos hasta con gases lacrimógenos o rolazos. De Rosales ya sabemos todos los zulianos su trayectoria de nulidad engreída, sus arbitrariedades económicas i humanas, así como su olímpica incultura, Medalla de Oro en la ignorancia, porque hasta el presente no ha llegado a dominar ni la lengua materna. Mas, con todo ese excepcional currículo, a la oposición venezolana, vuelta un caos de pasiones, envidias, amenazas i corruptelas, les pareció el candidato ideal para afrentar al presidente Chávez, acaso porque esta mediocridad, sería luego fácil de manejar i de convertirlo en lacayo arrastrado del Imperio Yanqui (aunque ya lo ha sido siempre). Recuerdo una vez en elecciones universitarias en Humanidades, cuando apareció un candidato a Decano, absolutamente desconocido, sin méritos i con poca presencia de profesor. Cuando pregunté que por cuales razones le habían escogido, me respondieron con la mayor desvergüenza: porque es un pobre bolsa que podemos “manejar”. Lo mismo pensaron  o sucedió con muchos obsesivos aspirantes a la presidencia de la República, como Antonio Ledezma, Julio Borges, Teochoro Petkoff, Leopoldo López, Capriles Randosky, Enrique Mendoza o hasta momias andantes como Tejera París, que no es ni la sombra de su padre o de su hermano, declinando una posición perdedora, i poner al bolsa, no tan bolsa en lo económico.  Empero, para tanto caimán en boca de caño que hai en el Zulia, esa es “historia de allá, de Caracas”, como los de la capital ven a los del Zulia, allá en la “provincia” i eso lo experimento particularmente, cuando veo tanto arribista entrevistado hasta repetidas veces en todos los programas de VTV, personas que no tienen profundidad en sus conceptos, que improvisan i que no aportan nada valioso, pero aparentan de analistas, asesores internacionales i otros títulos que no tienen estudios. Hubo un tiempo que estaba de moda, entre los internacionales, el profesor H. Dieterich buscando acomodo; otras veces politólogos conocidos del presentador del programa solamente, i cuando no encuentran nada a mano, repiten. De Ernesto Villegas –a quien estimo como buen periodista− i le respeto; a Vanesa Davis, que admiro también dentro de ese gremio i como mujer, o de personajes que me conocen o que hice contacto con ellos, nadie estima que en la provincia hai intelectuales, así algunos hayamos dado la talla en la ANC, donde fui quizá el principal defensor de los Derechos de la Mujer, de sus Derechos Sexuales i Decisión sobre su cuerpo, en el caso del Aborto,  la Eutanasia, etc., i siempre tengo que conformarme con escuchar la opinión de otros que podrían ser mis alumnos como principiantes. Mi excelente amigo César Prieto Oberto, economista i hombre de letras i del deporte, que bien me conoce, se tomó la tarea hace ya casi un año de buscar mis publicaciones en APORREA, única ventana que tengo para mí “constreñida libertad de expresión”, pese a haber sido columnista principal en casi todos los diarios del Zulia, especialmente PANORAMA, ahora para mí el mejor periódico del país i el más equitativo o ponderado políticamente. Pues bien, para esa fecha de hace 9 meses o un año, había en los archivos de Aporrea, casi 400 artículos (el 99% sobre la Constituyente i el proceso revolucionario) i que en la actualidad deben pasar de 550 a 600. Allí está seguida en artículos densos, con citas documentales, con cifras, con aportes de filosofía de la historia, de ciencia, matemáticas, arte, etc., en los cuales, como en los de Sant Roz por ejemplo, está historiada en gran parte la Revolución Bolivariana. Sin embargo, no he tenido la fortuna de mi amigo Sant Roz de publicar libros, pese a tener inéditas por lo menos 9 ó 10 obras, además de aportes literarios. Repito lo que he dicho otras veces; en la Constituyente me encontré con mi compañero de grado en Medicina, José León Tapia, quien gallardamente me dijo: tú eres tan escritor como yo, pero más amplio en las materias que tratas, sobre todo por dominar muchos campos del saber; pero yo escribí en Barinas i publiqué en Caracas, mientras tú escribiste en Maracaibo i publicaste en Maracaibo. A mí me conocen todos aquí, a ti no te conoce nadie. I hasta suerte en la historia: él biografió a Maisanta; yo biografié a Urdaneta.

 Dejando, entonces, este aspecto comentado, volvamos a lo político. El Zulia, pese a las características geográficas i comerciales importantes que señalé en anterior artículo, fue abandonado por sus propios diputados a la Asamblea Nacional; apenas si Mario Isea tuvo participación en varios problemas,  principalmente el intento creo que fallido, de investigar i enjuiciar a Rosales, al cual dejaron escapar fácilmente, i se fue al refugio de prófugos de la justicia al Perú (aunque él dice que no está allí sino en Lima, con viajes de placer a Miami o Panamá) con puros gastos “fiaos” o “pagados por las Academias de la Lengua Española” de los países a los cuales aporta sus conocimientos. Además, el presidente que lo ampara, sabe bastante de corrupción, de fugas i de exilio. Cuando estuve en la ANC, a muchos extrañaba que siendo médico, me hubiese inscrito en las Comisiones de Administración de Justicia que presidía Gómez Grillo, i en la del Poder Moral que presidía un militar e ingeniero de nombre Miguel Madriz Bustamante quien me confió programar la tarea a discutir, i trabajamos con armonía i eficiencia para convertir el Poder Moral que propuso en Libertador, en Poder Ciudadano. Allí, por cierto que tuvimos a un Pastor de esas religiones ambiguas que luego he sabido, es un súper-escuálido. La razón fundamental de dedicarme al estudio i organización del Poder Judicial, era la serie de atropellos jurídicos, las trampas, las resoluciones amañadas, las complicidades con  jueces, etc., que había padecido en mis dos divorcios, de los cuales podría hacer un libro de esas atrocidades jurídicas o de Derecho Amañado; que no lo hago por respeto fundamentalmente a mis hijos, i a las mismas ex esposas, porque ellas no planificaron los adefesios jurídicos que hicieron los abogados, por una antipatía gratuita contra mi persona. Además, las acusaciones infundadas que se hicieron contra una abogada amiga, hija de un querido colega ahora desaparecido, cuando lograron expulsarla del Seniat, donde había cumplido una meritoria labor por años, e hice una gran defensa por prensa, como pocas veces se ha logrado. Esos mismos casos, hicieron que otras personas se me acercaran a denunciar atropellos jurídicos cotidianos i a estremecer mis conceptos i principios, no solamente de Derechos Humanos, sino éticos, por ser esta disciplina una de mis pasiones en la vida. I por encima de todo esto, el juicio que a finales de la década de 70 se me siguió, por la estúpida interpretación de una palabra en el prólogo de uno de mis libros, cuando califiqué de inescrupulosos a unos colegas, (inescrupuloso es lo contrario de escrupuloso, o sea, cuidadoso, ordenado, meticuloso, acucioso, etc.,) pero que un juez venal le agregó lo de llamarlos “inescrupulosos morales” o “sin escrúpulos morales”; se me dictó auto de detención, i a pesar de mi lesión cardíaca que más adelante ameritó cirugía de corazón abierto i el colocar una válvula, no me hospitalicé ni huí al exterior como los políticos corruptos, sino que fui a la Cárcel de Sabaneta, donde hice una buena pasantía que me enseñó algo que, solamente un periodista de apellido Sotillo en el diario Crítica, dejó asentado: “la cárcel solamente es para los pobres”. De eso escribí hasta tres artículos seguidos i me hice la defensa ante el tribunal de la causa, con apoyo final de mi defensor, i no deseo volver a levantar el polvo del pasado, pero sí hice un gran esfuerzo en la Constituyente.

 I en cuanto a lo del Poder Moral, solamente diré que mi veneración admiración i amor por la vida i obra del Libertador Simón Bolívar, me llevó a esa Comisión, cumpliendo con las dos, porque fueron muchos los que renunciaron a una segunda comisión. En otros artículos, seguiré con el tema del Zulia i sus nuevos diputados. Ya, “cosas veredes, Sancho”.

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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