Evocando al Che

El pasado 9 de octubre se cumplieron 43 años del asesinato del comandante Ernesto Che Guevara, en la Higuera, Bolivia. Al igual que lo han hecho los grandes hombres de la historia, él murió luchando por lo que creía y practicaba: ser revolucionario. De su utopía hizo una realidad cuando el proyecto revolucionario cubano se volvió una verdad resplandeciente que alumbraba el horizonte para el despertar de los pueblos del mundo.

Precisamente, recordando esa fecha del 9 de octubre, ubique en mi biblioteca personal el libro de reciente lectura “Evocando al Che”, cuyo autor es el cubano Ángel Arcos Bergnes. El texto, interesante en todas sus páginas, me lo “prestó” el camarada y amigo Robert Bautista, a quien prometo devolvérselo una vez realizada una segunda lectura. Y de verdad, quiero revisarlo nuevamente porque el Che fue un hombre excepcional, comprometido, disciplinado, con espíritu y acción revolucionaria. En el libro de Arcos Bergnes están bien definidas cada una de esas cualidades que determinan la personalidad y grandeza del guerrillero heroico.

Por supuesto, hay cientos de libros publicados del Che y sobre el Che; de los cuales he tenido la oportunidad de leer algunos, entre los cuales destacan: América Latina, despertar de un continente; el gran debate sobre economía en Cuba; la guerra de guerrillas; escritos por el puño revolucionario del Che. Igualmente, puedo mencionar otros, como: Che Guevara: una vida revolucionaria (Jon Lee Anderson); De Bolívar al Che (Luis Vitale); Che en la memoria de Fidel (Fidel Castro) y La infancia del Che (Luis Altamira). También debo mencionar la publicación realizada por PDVSA en el 2007, con motivo de los 40 años del asesinato del Che. Gracias a una camarada trujillana, quien me envió un ejemplar, también pude leer este texto de colección sobre la vida del Che, que además viene ilustrada por fotos inéditas, incluyendo la foto universal tomada por el cubano Alberto Díaz Gutiérrez, mejor conocido como Alberto Korda, donde el Che sale con su boina la cual fue difundida en millones de carteles con la leyenda al final: Guerrillero Heroico.

El Che extremadamente consecuente con su predica liberadora y durante los años que ejerció funciones como miembro del gobierno revolucionario, fue ejemplo de entrega y de lucha permanente para el logro de la eficiencia; tanto así que impartió cátedra de trabajo voluntario y los fines de semana se veía cortando caña o trabajando sin descanso en alguna fabrica nacional. Esa misma energía le proporcionaba cada día el calor de la lucha revolucionaria y desde sus trincheras de trabajo sembró el fuego sagrado para que el pueblo cubano quedara impregnado de esa llamarada intensa.

Esa luz ya venía por dentro, porque si revisamos la bitácora del recorrido de la vida, vamos a encontrar que desde el viaje que inicia en Córdoba (Argentina) en diciembre de 1951, pasando por nuestra gran San Cristóbal (Táchira) un 14 de Julio de 1952 y llegando a Caracas 3 días después; le permitió conocer la realidad de algunos países latinoamericanos y la necesidad de emprender procesos revolucionarios para liberarnos del yugo neocolonialista impuesto por el imperio norteamericano. ¡Viva el che y su legado revolucionario!



Politólogo

eduardojm51@yahoo.es


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Eduardo Marapacuto


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