Extraordinario, monumental,
exquisito, el libro titulado Las Penumbras del General: Vida y muerte
de Paula Santander (2009), del escritor colombiano Víctor Paz Otero,
un verdadero artista de la palabra escrita, un poeta de la historia,
pues así debe ser calificado el autor de una obra como ésta, donde
se logra hilvanar un portentoso discurso narrativo, no en la descriptiva
y fría prosa, propia de los que tradicionalmente abordan estos temas,
es decir de los historiadores, sino en el estilo de quienes manejan
a la perfección el bello lenguaje literario. Es literatura histórica
lo que encontramos expuesta en las páginas de este libro, pero no por
eso lo que hay allí es mera ficción, puro cuento, mera poesía, pues
no carece de rigor el asunto abordado, los datos históricos abundan,
los documentos se ponen a la vista, la vida del vicepresidente de Colombia
Francisco de Paula Santander, de la cual trata la obra, aparece aquí
muy bien dibujada. En sus 415 páginas se nos presenta al pérfido general
Santander tal cual fue, por eso, en cada página nos encontramos con
una fechoría del “ladrón insigne”, en cada página tropezamos
con una traición, con una infamia, con una prevaricación, con una
deslealtad, con un crimen o con una cobardía del hombre que, a diferencia
del Libertador, ambicionó más el dinero que la gloria, ese gris general
que, entre otras fechorías, propició y celebró, en 1827, la rebelión,
en contra del gobierno peruano, del coronel granadino José Bustamante,
comandante de la Tercera División Auxiliar del ejercito colombiano,
acantonada en ese momento en la ciudad de Lima, hecho ocurrido una vez
que Bolívar abandonó esta ciudad y se dirigió hacia Bogotá con
el propósito de enfrentar la crisis desatada al interior de Colombia
por culpa también de Santander. Igualmente Santander fue el creador
del partido antibolivariano, ordenó también el fusilamiento del coronel
venezolano Leonardo Infante, obligó al magistrado valenciano Miguel
Peña a emigrar de Bogotá; dispuso el proceso judicial contra Paéz
y ordenó su traslado de Caracas hacia Bogotá, giró invitación al
gobierno norteamericano para que enviara éste sus representantes al
Congreso de Panamá, a pesar de la objeción al respecto de Bolívar;
el mismo que tras bastidores planificó el asesinato de Simón Bolívar,
el que ordenó el crimen de Antonio José de Sucre en Berruecos, el
que expulsó a Manuela Sáenz del territorio colombiano; el que finalmente
tuvo la mayor cuota de responsabilidad en la disgregación de la república
de Colombia. Tales son los oscuros atributos que definen al frustrado
abogado cucuteño, el “abominable hombre de las leyes” (P.
392), según la propia caracterización del autor, pintado aquí con
especial maestría en toda su abyecta personalidad. De manera que recomendamos
la lectura de este libro a los venezolanos, seguro que sus enseñanzas
les permitirán comprender las razones de la desmembración de la gran
república bolivariana, así como también entenderán porqué el proyecto
independentista no llegó a feliz término, no se pudo completar en
su totalidad, terminó siendo un proyecto inconcluso.
Nota final: Conmovedor, brillante, magistral, emotivo, profundo, así fue el breve discurso proferido por el presidente Chávez a su llegada al aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires, en ocasión de asistir a las exequias del compañero presidente Nestor Kirchner
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