Auditórium

Desde Anzoátegui: ¡Navidad y Revolución!

“Per aspera ad astra” (a través de las dificultades a las estrellas).

                                                                                                                                  Séneca… 

En esta Navidad no busquemos a  Jesucristo entre las opulencias del nuevoriquismo, entre las idolatrías de la riqueza, entre las ambiciones desmedidas del poder, entre las intrigas partidistas. Allí no está Jesucristo. Es bueno mirar ese día al Niño Jesús  pero no en las imágenes bonitas de los pesebres, hay que buscarlo entre la niñez desnutrida que se acuestan esa noche del 24 de diciembre sin tener que comer, entre los pobrecitos, que dormirán arropados de periódicos en calles de Venezuela, entre el niño  limpiador de zapatos que tal vez no se ha ganado lo necesario para llevarle  un regalito a su mamá, o en el joven, el obrero, el desempleado, el que enfermo se encuentra esa noche. No todo en esa noche es alegría, hay mucho sufrimiento, hay muchos hogares destrozados, por las recientes lluvias, hay mucho dolor, hay mucha pobreza, tenemos que reconocerlo. Compatriotas, todo esto no lo miremos con demagogia. El niño Jesús de los pobres ha asumido todo esto, y le está enseñando al dolor humano el verdadero valor redentor, el valor que tiene para redimir al mundo, la pobreza, y el sufrimiento.

La Nochebuena, les pertenece con derecho de propiedad a los que están en los refugios. La Nochebuena es de los pobres, de los humildes, desde que Jesucristo, despreciado por los ricos que le cerraron todas las puertas, fue a nacer en un establo. ¿Acaso los ángeles no llamaron a los pastores, a los hombres más humildes y pobres de Belén…y únicamente a ellos le comunicaron la buena nueva que venía a alegrar el mundo? Únicamente a los pastores, a los humildes, a los pobres les fue anunciada la paz a los hombres de buena voluntad.                           Muchas veces tenemos la costumbre de acostumbrarnos a todo. Aun lo más doloroso siempre se nos olvida. Quisiéramos una sensibilidad social no anestesiada por la demagogia, para causar impresiones. A Jesucristo le pedimos que no nos acostumbremos a ver tantas  injusticias, sin que no se nos encienda la ira, y la pasión por actuar.

Lo principal en el Catolicismo es el amor al prójimo. “El que ama a su prójimo cumple con su ley”. Ese amor, para que sea verdadero, tiene que buscar eficacia. Si la beneficencia, la limosna, las escuelas gratuitas, los pobres planes de construcciones de viviendas, lo que se ha dado en llamado “la caridad”, no alcanza a darle de comer a la mayoría de los que padecen hambre, ni darle trabajo para que se vistan a la mayoría de los desnudos, entonces tenemos que buscar medios más eficaces de gobernar para el bienestar de las mayorías.

Es necesario limitarles el poder a las minorías políticas privilegiadas para dárselo en bienestar a las mayorías de los pobres. Esto, si se hace responsablemente y eficazmente es lo esencial de una revolución. La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé comer al pueblo con hambre pero con dignidad, que lo vista, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras que brinden bienestar, le de amor al prójimo, no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso la Revolución no solamente es permitida, sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos. Santo Tomás dice: “que la atribución concreta de la autoridad la hace el pueblo”.

No puede haber amor donde hay explotadores y explotados. No puede haber amor donde hay oligarquías políticas y económicas dominantes llenas de privilegios, y pueblos desposeídos y miserables. Porque nunca los explotadores se han sentido de ser hermanos de sus explotados y ninguna oligarquía puede darse con ningún pueblo el abrazo sincero de la fraternidad.

El día del amor y de la paz, llegará cuando la justicia barra a los explotadores y a los privilegiados, y se cumplan inexorablemente las realidades del antiguo mensaje de Belén.

En muchas viviendas pobres de venezolanos, no hay buey ni asno, pero sí hay a veces algún cerdo y alguna que otra gallina. Eso para ellos significa su ‘pesebre’, el pesebre viviente de Belén.

En Navidad voy a alguna iglesia a celebrar la Misa. Pero también me gusta celebrar alguna misa en uno de esos pesebres vivientes. ¿Para qué voy a ir en peregrinación a Belén, al lugar del nacimiento histórico del Niño Jesús, cuando lo estoy viendo nacer aquí en Anzoátegui actualmente, a cada instante? Muchos se llamarán José, Pedro, o Juan Bimba…, pero es Jesucristo. ¡Muchas de las veces  somos ciegos y sordos! ¡Es difícil comprender que el Evangelio continúa muy vigente hoy en día! 

Cuando muchos ciudadanos  luchan por extirpar las clases que dividen a los hombres en

explotadores y explotados, y se oponen al neocolonialismo y al imperialismo, están reconociendo en la práctica, tal vez sin advertirlo, la fuerza del mensaje que Jesucristo nos trajo hace dos mil años.

A todos les deseo desde Anzoátegui/Venezuela unas Felices Navidades y un Venturoso Año Nuevo 2011….

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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