Lo lamento Parlamento

En la penumbra del amanecer del 5 de Enero la realidad se fue apareciendo por los horizontes de la patria. Así, entre la sombra débil que recorría por milésimas de segundos los espacios de luz y oscuridad, se fueron despertando y levantando los 65 diputados opositores de la extrema y ultra derecha. Sus rostros lucían escuálidos, encajados y desvirtuados, debido a que casi toda la noche se la pasaron enviando mensajes vía Twitter, donde entre ellos mismos se cruzaban palabras improvisadas y fulgurantes, bañadas con el perfume del delirio y la fantasía.

Faltaban pocos minutos para las 3 de la madrugada, cuando desde el centro de comando, ubicado tal vez en el Pentágono o el Despacho Oval, enviaron un PIN colectivo, recordándole a cada diputado que debía dormir y apagar su respectivo BlackBerry. Obedecieron de inmediato y al poco tiempo yacían profundos, muchos de ellos soñando que eran mayoría; otros soñaban montados en caballitos de colores, cabalgando raudos hacia el hemiciclo para sentarse en las primeras filas donde pegaban los rayos de la aureola mayoritaria.

Uno a uno fueron llegando los parlamentarios electos, hasta completar la totalidad de los mismos. Una vez instalada la Asamblea Nacional, la nostalgia invadió el corazón de los 65 diputados opositores, quienes miraban hacia todos lados como buscando el aire de la respiración. Así entumecidos, se dieron cuenta que la hipotenusa es el lado de mayor longitud de un triangulo rectángulo, y el lado opuesto al ángulo recto. Prácticamente habían sido engañados por el filósofo del Zulia, quien en un arranque de ignorancia sutil los condujo por los laberintos de la tangente, explicándole erróneamente el ejercicio de la suma. Valiéndose de argucias trigonométricas les había hecho creer que de acuerdo a la regla del paralelograma sur, la suma de los senos y cosenos, elevados a la raíz cuadrada de su mismo eje transversal, menos los decimales de los números impares, demostraba matemática y científicamente que 65 era mayor que 97.

Mientras los diputados sacaban sus cuentas chimbas que no les cuadraban por ningún lado, se informó vía Twitter que, el verdadero Pitágoras había muerto de un infarto, tras conocer la argumentación del falso filósofo, quien además le había suplantado la identidad. De igual manera, Mario Moreno también se había sentido incomodo, pues decía que el perdón no tiene perdón, ni tampoco que la ignorancia se podía explicar con los métodos de la ignorancia porque la gente se sentía mas ignorante y al final nadie aprendía nada.

Ese día, una vez culminada la sesión de instalación de la Asamblea, ellos salieron cabizbajo, caminando apuraditos; olvidándosele a muchos la “electronic calculator HL-820LV”, regalada por la MUD. A los pocos días, ese percance parecía olvidado y superado. No obstante, para el día 15 de enero estaba pautada la clase magistral del gran líder y propulsor de la nueva teoría del socialismo del Siglo XXI. Lamentablemente para esa clase los diputados opositores tampoco se prepararon. Todos fueron raspados, todos permanecieron MUD-os. Lo lamento Parlamento, pero este grupo de los 65 están enormemente confundidos y llenos de odio que les brota por los poros de la piel. Ojalá no terminen abandonando su curul.

Politólogo

eduardojm51@yahoo.es


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Eduardo Marapacuto*


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