Increíble y sin discusión alguna, la MUD fue invadida por el cólera sin vómitos repetidos ni diarrea severa, es decir, un cólera a destiempo que se presentó una vez que se comenzaron a barajar los primeros nombres que al fijar todavía sin primarias de ellos uno, por los menos será el sucesor del presidente Chávez como resultado de las elecciones del 2012 que desde ya sus analistas ilógicos preparan el material que demostrará que allí se inoculará un fraude verosímil de tarjetón marcado si ellos pierden, y, desde bien adentro del CNE: el rector Vicente Díaz olfateó a tiempo y sin pelos en la lengua lo pasó por debajo de la mesa para que llegara sin demora a los apartaderos de la discordia que de ira ignorada se transformó en cólera interior colectiva y como había de esperarse los mini partidos que conforman la MUD se dislocaron de verborrea apátrida furiosa.
Y, sin pensarlo dos veces Ramón Guillermo Aveledo optó esta vez por irse a Europa en comisión conformista a difundir la falsa democracia que fraudulentamente se va cocinando a fuego lento en los poderes del Estado, cuya intención maniqueísta es dejarlos fuera de su gran aspiración de poner las manos y el alma en donde no deberían volver –si hay sentido común- por malos procederes que viciaron cuando arriaban los destinos de Venezuela por allá por la IV-R y, de allá acá han pasado doce años de traspiés en traspiés sin ver para dónde coger sin poder.
Fue tanta la confusión de sus actos que en vez de presentar documentos desclasificados por la CIA para avalar su conspiración en mesa, se equivocaron de maletín y mostraron de mala suerte “Los Papeles de Mandinga” y fue tanto el revuelo de su desconsiderando que tuvo que intervenir la Clinton desde la Casa Blanca que, con arrogancia sin distinción culpó a la mano peluda de quien no tenía velas en ese entierro como lo es y lo será el director de Tal Cual –que calladamente aspira.
Desde que ellos los de la MUD salieron del país iban ufanos que como muertos en vida, saben mucho de políticas austeras, cuyos resultados son ocultados por la realidad que los traiciona y como buenos mentirosos pescan, en ríos revueltos con la carnada de la inocencia introspectiva de sus miembros y, para sembrar odios regresan cargados de cólera epidémica nada aguda y, menos mal que esta vez se quedarán con las ganas de gritar que los caracteriza cuando fecundan la polarización de la derecha mundial y se entripan de una buena ración de necedades sin desvelos ensombrecidos que no les quita el apetito de mandar, pero sí la devoción del momento de cómo llegar.
Hay quien dice dentro del “buen periodismo” que practica la canalla que, el que no coge cólera a tiempo muere a destiempo y nosotros que no entendemos nada de sus argumentos: creemos que están picados de culebra desde que se quedaron sin marcha el 23 de enero y, aceptaron una pequeña concentración que ni Globovisión desde ningún ángulo pudo ocultar cuando pintó el panorama de su soledad explícita y, solamente Ismael García como escamoteador la conformó de escuálida a multi-extraordinaria.
La agitación del momento dentro de la MUD es desesperante y, no deja de ser agudo con todas las implicaciones del desastre por la penetración del cólera invasor, traído desde fuera por la arrogante clase media de sus entrañas que conforma la repelente oligarquía venezolana que, rellena sus aspiraciones en traer lo inmediato al país que surta la unidad de sus fuerzas, pero involuntariamente fueron atrapados sin distingos de clases sociales por el enojo de su odio embalsamado de calamidad personal, lo que para la MUD consiste en un mal momento y como tal hay que ocultar su inocuidad hasta aplacar el mal de la langosta contaminada.
Lo negativo del caso y preocupante a la vez es que la CEV no se haya pronunciado con la fuerza de sus rezos para descontaminar lo que parece ser un nido de agudezas extemporáneas –insólito como cierto.
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