La relación del presidente
Chávez con su pueblo que le sigue puede considerarse, si matemáticamente
se puede definir, como una función inyectiva en donde toda variable
que el presidente ponga en el juego político, encontrará desde su
pueblo una y solo una forma de reacción que determina el escenario
político en un momento determinado. Y hasta los mismos sectores opositores
juegan a ese rol, cuando es Chávez casi siempre el que marca la pautas
al contexto opositor, cuya dinámica obedece a esa disposición. Porque
es que el carisma del presidente como factor de encuentro entre su pueblo,
el opositor inclusive, y él, es el mas alto valor político que jamás
se puede obviar en todo contexto donde el presidente Chávez este envuelto.
Por esta característica fundamental es que se ha de pensar que
muy probablemente el tratamiento comunicacional que se le ha dado a
todo esta situación de los achaques de salud y el
tratamiento medico de Chávez en Cuba, ha tenido serias equivocaciones.
Porque la comunicación casi perfecta que genera el presidente con su
pueblo no obedece a elementos extrasensoriales. Más bien ello
lo logra Chávez con su permanente comunicación personal y con el
contacto cotidiano con su pueblo que lo ve, lo toca y lo siente. Pero
en el caso que refieren sus últimos trastornos de salud, perece que
esa realidad se ha obviado. Y entonces le dieron rienda suelta al rumor.
Y hasta los mas intransigentes enemigos runrunean con supuestas
graves enfermedades que amenazan con desestabilizar el buen andar
de la republica. Mucha responsabilidad tienen, entonces quienes deben
orientar en torno a este tema. Y muchos errores se comenten inclusive
hasta por muy equilibrados camaradas de alto rango gubernamental. En
estos días el presidente de la Asamblea Nacional expresó que “dejaran
a Chávez tranquilo ocupándose de los problemas internacionales y nosotros
nos ocupamos de los pequeños problemas de Venezuela”. Imagínense
la magnitud de esta expresión en plena crisis eléctrica y penitenciaria.
Otro viejo camarada comunicador de grandes caudales expresó que “el
presidente esta siendo tratado en Cuba porque durante su periplo por
Latinoamérica, al tocar Cuba, se agravó el problema en su rodilla.
Esas manifestaciones constituyen aderezos para al caldo del rumor. Parece
que el tratamiento medico a que el presidente es sometido no solo ha
sido muy mal llevado por la comunicación gubernamental, sino que induce
al invento y a la dislocación de lo ecuánime. Por eso es necesario
desde ya iniciar un proceso de información acorde con la realidad política
y con la condición física actual del presidente. Porque si esa función
matemática que exhibe el presidente con su pueblo se resquebraja
perdiendo su rigurosidad de acción, el rumor colmará el recipiente
de la verdad y cualquier cosa puede desplazarla.n_lacruz@yahoo.com