Para
algunos, el compromiso puede ser una acción relacionada con algún
propósito individual, logrado o por lograrse, generalmente esta penetrado
por el individualismo y su ideología que te dice” comprométete contigo
lo demás -y los demás- no importan) Para Tristan Tzara, “el compromiso
del poeta no es una acción que se relaciona con la literatura, sino
con la vida”. Igual, ha de ser el compromiso de todos, con la
vida, en la vida...para la VIDA y agregamos nosotros, cuando el poeta
o la poetisa son poetas que pisan tierra. Sin embargo, ¿compromiso
con la vida?, hemos de lamentar que no sea así, de plano. El compromiso
se ha reducido a una parcela, un estanco sin ninguna “conexión
sentimental” con la vida, – Gramsci dixit-. El compromiso, parece
que fuera hoy, sólo un modess, una toalla sanitaria, útil solo para
cada cierto tiempo,… y después se bota. El compromiso se ha reducido
al YO, y de allí para acá...no hay más conjugación que valga: el
YO con el NOSOTROS... ¡sólo es un rumor!, y esto es peligroso,
vaya tarea para los que andamos creyendo en el socialismo y creyendo
en Chávez. Quizá, por esto tengamos que traer al poeta Gustavo Pereira
hasta parafrasearlo, más que en sus palabras, en su sentimiento. Y
es que de verdad, estamos llenando el pecho de infiernos baratos.
Hay una aridez en el alma, una especie de sequía, que deja sin mastranto
a la sabana, sin ilusiones al sueño...sin UTOPÍA a los pueblos. Una
sequía prolongada, y pensar que todos los días nos quedamos sin represas
morales, como para poder ver nacer en mis caminos, en los tuyos, en
los de la gente una sublevación de ixoras y trinitarias, que nos recuerden
de una vez por todas que la tierra ya no es plana. Que nos recuerden
que el mayor compromiso es la vida, pero en una relación de iguales.
Hay un mundo grande, un mundo pequeño. Una república pequeña, una grandísima. Quizá, sea la cuarta, quizás la quinta, uno también ha llenado el pecho de una u de otra y hasta los mas diestros para el saqueo de la patria se llenan de las dos y las utilizan mas bien en sus practicas. Quizás, para unos sea de primera, o para otros, de segunda, quizás, simplemente no sea. Pero, aún no siendo, hay tareas que realizar, así de urgentes, pero que implican el estudio y la comprensión de los pueblos combatientes. Tareas para el Reino de este mundo...por eso es que Carpentier se arma de palabras y dice: “Entenderse con él, con ese pueblo combatiente, criticarlo, exaltarlo, pintarlo, amarlo, tratar de comprenderlo, tratar de hablarle, de hablar de él, de mostrarlo”... Pero hace falta – Alejo - , hacerse de lluvias y de volcanes, de mares y ventoleras, llenarse de plenilunios, en el mejor de los ejercicios de ecología profunda, interior. Hace falta el amor, en su estado puro, y junto a él...SIEMPRE, el compromiso por vernos con los ojos del OTRO. Es que acaso, no vale la pena preguntarnos: ¿Qué será de nosotros, cuando ya no seamos nosotros? Somos YO, un yo colonizador, que nos pone a vivir con los viáticos de la derrota, a consignación, y escondiendo un huacal de pecados para que otros no los vean... ¡mira que ya viene el momento de la crítica!, y de apuntar con el dedo, y de apuntar con el corazón. Y aquí, nos puede sobrevivir una vieja rocola interna, marcada como A4, quizá L66 para decirnos, en la voz de Bienvenido Granda, o de Orlando Contreras: “Un corazón de madera / te voy a mandar hacer / que ni siente, ni padece / ni sabe lo que es querer /. El individualismo posesivo, posee y posee, con su gigantesco corazón de madera. Despersonaliza y nos enfrenta, incluso. Nos hace mirar con recelo, al otro, nos hace entender como OBJETOS al otro, a la OTREDAD, y terminamos regalándole al mendigo la franela vieja, la que ya no nos sirve, para asegurarnos el poquito de cielo que nos corresponde.
Una
poesía de Aquiles Nazoa, pudiera ser la voz de los que tienen alma,
y de los que creen en el prójimo, de pensamiento, palabra y omisión.
Pudiera ser el comején necesario para consumar la derrota de los corazones
de madera, Y es que cuando se tiene la capacidad de amar, al hombre,
a la mujer, al enemigo, a la patria, se puede invocar a Nazoa, no como
una zarza ardiente, pero sí en la palabra humilde: “Pero escuché
la voz de los sencillos / campesinos y obreros de la tierra / y vi sobre
el amor venir la guerra / con su turbión doliente de cuchillos /”.
La
voz de los sencillos, la voz de los sencillos se convierte en indispensable,
sólo cuando sabe que no hay nadie indispensable, si no hay unidad.
Y esto viene al caso, ahora cuando se sabe quien es quien y de que
tipo de republicas están llenos los pechos, no en una clasificación
vergonzosa que ubique a unos allá y a otros acá, no, porque aquí
es donde entra la relatividad tan mentada del viejito Einstein. Aquí
estamos nosotros, en medio del proceso, moviéndonos con el y entendiendo
que ni el proceso, ni el proyecto son un souvenir, una estampita milagrosa
para ¡vivir de la revolución!, de allí el cuidado que siempre
pido sobre el vivir viviendo (en la necesaria búsqueda del ser siendo).
Hay un proceso en marcha, el mayor compromiso es la UNIDAD, el fortalecimiento
del POLO PATRIOTICO no vaya a ser que algunos confundan el camino por
el que vamos con los pasos que damos y obliguen a una marcha dentro
de la oscurana, sin el farol de una ética de signo revolucionario,
sino es así, esa unidad sólo se dará en función, de DECENAS y CENTENAS
de pillos locales tras la búsqueda del perfeccionamiento de un modo
delictivo de acumular capitales, antes de que se acabe esto.
Por
eso uno dice, sumiéndose en la HISTORIA DEL IDIOTA, cantada por Alberto
Cortez, “Porque camino andaré cuando me llegue el momento quien
sabe si a dios veré o al diablo viejo royendo”. Porqué camino
andaremos, cuando llegue un amanecer de DERECHAS... ¿porqué camino?...,
no hay otro, pero con Chávez es la cosa, no hay otro.
Trabajemos
por andar por el camino de todos, el que conduce a consolidar la búsqueda
de los iguales como un amuleto con los que desde adentro con sus
mascaras invocan ese tipo de amaneceres –allí esta la invitación
de Ismael García como ejemplo del alma como letrina-. El compromiso,
que no quede duda es con Chávez y con la urgente Patria que demanda
la fuerza del amor y con el alistamiento consciente de los dioses y
demonios que nos habitan, unos para amar amando y otros para pelear
peleando, … por la Patria, por la Matria, por la vida.
El compromiso es como un gran río. Tiene diversas vertientes, a veces es claro, a veces no. Es manso, también puede ser bravo...uno nunca sabe, uno nuca sabe.
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