Auditórium

Ahora lo más difícil: ¡para Chávez!

“La pereza anda tan despacio, que la pobreza no tarda en alcanzarla”

                                                                                                             Benjamín Franklin… 

En la llamada al programa matutino de Ernesto Villegas el 29/11/2007 en VTV. El presidente Hugo Chávez, hace una seria reflexión: “llamando a sepultar definitivamente el  sectarismo, y el dogmatismo ramplón de su gobierno”, palabras más palabras menos. Un gobierno muerto en vida, o con la pelona cerca tiene muchos inconvenientes. Primero es que empieza a heder ,  evitando con ese alerta el presidente tener que decir más adelante: "Sálvese quien pueda", y ese espectáculo en la revolución bolivariana resultaría muy desagradable, para la militancia no sectaria, y no dogmatizada de tener que ver, oír, tocar, oler y tragar. Lo peor de la condición humana de una clase dirigente que se manifiesta en forma de ingratitudes, hacia el resto de los venezolanos no afectos a la revolución bolivariana. Hugo Chávez con su enfermedad a cuesta, pero siempre con la estrategia en ristre, se dirigió por banda a los eternos disfrazados de rojo rojito en un alerta casi macabro, evitando unos traspiés de la revolución. Teniendo que ver más adelante como: “las célebres ratas que son las primeras en abandonar el barco, aunque, por la cantidad de veces que las vemos hacerlo, diríase que nunca dejan de empezar a huir porque jamás las vemos concluir su hazaña”. Pero el inconveniente más grave de un Gobierno sin enterrar es que, por muy necesario que sea tomar decisiones importantes, nunca suele tomarlas; porque no puede, porque no sabe o porque no le dejan. El primer síntoma de la muerte política es la pereza.

El espectáculo del cumpleaños, donde el culto a la personalidad del líder bolivariano excedió los límites del jalabolismo, creo que lo hizo reflexionar. Cuando los vivianes y los tartufos, cometieron el grave error de darle amplia cobertura por la TV Publica al cumpleañero el 28 de julio pasado, con el apoyo de la TV privada que reboto el espectáculo, para terminar de hundir al gobierno bolivariano. Agenciándose un futuro negro a costa del presupuesto no puede sorprendernos. Por lo que ya sabíamos, y por lo que vamos sabiendo en materia de déficit oculto, corrupción al por mayor con el agravante de ocultamiento, alevosía y madrugonazos, la época de la V República es la más turbulenta de la historia moderna de Venezuela. Sólo la corrupción de las instituciones políticas supera la criminalidad civil de robar, y asesinar a los ciudadanos cuando no pueden defenderse, es decir, cuando han pagado impuestos, y el dinero público está en manos de burócratas ineficientes, puestos para el control de la seguridad ciudadana, pero que crearon fosas comunes para el descontrol.

Venezuela es un país prospero, y se percibe de estar en quiebra. Es hora de empezar a poner orden en sus ingresos y gastos, de sanear su hacienda. Esa es la situación de Venezuela en la actualidad, y pese a todas las promesas del Gobierno, ni una sola de las reformas anunciadas se ha llevado hasta el final. Algunas, ni siquiera han empezado. Y acaso la más importante, la del mercado laboral, ha sido precautoriamente suspendida, quedando en manos del sindicalismo oficial. “Ahorraré la referencia a la zorra y las gallinas”. Mucho es lo que ha hecho Hugo Chávez, pero muchísimo peor es lo que no ha hecho, lo que, la alta burocracia, deja sin hacer.

Sin embargo, el Gobierno Bolivariano no debe ponerse hediondo,  desacreditado, impotente, porque tiene una ventaja: genera, y generaliza la ilusión de que, con sus nuevos proyectos Ejemplo: “La Gran Misión Vivienda Venezuela”, empezarán a arreglarse las cosas. Y esa es, en muchas opiniones, la última herencia ruinosa del chavismo, de fracasar: creer que tras de Chávez  todo tiene remedio; que basta  cambiar de slogans  para que esto que  llamamos revolución cambie a mejor. Ahora es cuando empieza la cuesta arriba, en la ruta hacia el 2012. Y, ya veremos si la situación puede mejorar, y si dejan que mejore los que la han dejado inerte, los sepultureros de la nación.

Yo no espero milagros, porque en política rara vez los hay, y en política económica según los expertos no los hay nunca. Pero lo primero con que tendrá que lidiar el líder de la revolución bolivariana, es que empiecen a exigirle acciones de Gobierno antes de ganar las elecciones en el 2012. Los meses que faltan para esos comicios se harán eternos, y como nadie sale a pedirle cuentas a un muerto, se las pedirán al vivo, o sea, al que gane las presidenciales de ese año.

Desde el punto de vista electoral, será un proceso de desgaste brutal. Eso, antes de él que gane empezar siquiera a gobernar. Va a ser tan largo, tan aburrido, tan desesperante todo ese tiempo de espera electoral, que fatalmente irá menguando esa esperanza irracional, pero real, difusa pero poderosa que todo cambio trae consigo. El pueblo venezolano no puede aspirar a un último regalo envenenado: de perder nuevamente la ilusión en lo nuevo, en lo que ha de venir, en lo que debería pasar. Muchos funcionarios por robar, han robado hasta la esperanza modesta, razonable, limitada, de que Venezuela mejore. ¿Será fácil; el poder recuperarla?                 ¡Lo que me mete pánico muchas de las veces es lo que se pueda encontrar debajo de las alfombras!

Andar vestido de rojo todo el tiempo es sospechoso, Hugo Chávez dixit, el  29/07/2011. Presidente: “Las célebres ratas no desaparecen, si acaso se esconden una temporada para aparecer con nuevos bríos más adelante”. Desde luego que va a ser largo, y desesperante el tiempo bobo de la espera electoral.

Cuidadito con los muertos vivientes porque despojados de toda razón, y conciencia se mueven motivados por los débiles reflejos de la memoria residual, robar y comerse crudo al adversario, guiados de forma maléfica por el sacerdote maligno del vudú que presume de mover los hilos con total impunidad. Y si el PSUV consigue ganar las elecciones, que está por verse, ¿cómo podrá gobernar mal o bien con los zombis arañando la puerta de sus sedes?

Si Hugo Chávez se rodea de ministros con buena preparación, las cosas tienen que ir lentamente cambiando para mejor. En fin un poco de optimismo nos vendría bien a todos. El país entraría en vías de solución o dejara de existir. No hay otra.

La larga travesía del desierto nos espera a todos.  Chávez sólo representa el atisbo de un oasis en el horizonte que se cree próximo. Puede que no se trate de un espejismo, pero aún y así sólo se tratará de eso, de un oasis. Aunque puede que la tierra prometida se encuentre a no mucha distancia del oasis, pero puede también que se trate de un espejismo.

La verdad es más persistente que la mentira: al ser verdad no se emponzoña como la hediondez, que para serlo necesita de elementos de putrefacción.

Habrá que rodearse de los mejores en cada ramo, unir y proponer leyes que unan mas a los venezolanos, consultar y escuchar a la oposición mayoritaria, alejarse de las ideologías en economía, pensar en el bien colectivo, y de Venezuela.......Ya Chávez lo dijo hay que alejarse de las divisiones,  separatismos, sectarismos, dogmatismos etc.

Las expectativas son la fuerza primordial en la vida. Todo se invierte, y todo se hace en función de ellas. O se deja de hacer. Alguien debería haberle explicado algo tan simple a Chávez que las había reprimido todas, “POR AHORA” con un feo autismo.

Ahora es el hombre de la expectativa cero. Si no tiene nada que ofrecer en pocos meses la expectativa cero solo tendrá que bajar un escalón para mutar en la tranca generalizada.

¡Ojalá yo esté equivocado, MUY EQUIVOCADO!

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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