En política hay que medir las consecuencias de todo.
Porque en esa actividad todo tiene un costo.
De ahí que la mejor guía en ese complejo mundo es el sentido común. Esta consideración la hago con motivo de las medidas judiciales contra Álvarez Paz y Capriles Radonsky. Respecto al primero se trata de la decisión de un tribunal que lo condena por el delito de difusión de información falsa, lo que lo inhabilitaría para optar a cargos públicos. El segundo caso es el antejuicio de mérito que acordó el Tribunal Supremo -que luego revocó- contra del gobernador de Miranda. Se trata de algo delicado. No discuto los aspectos legales, la procedencia o no de la acusación en contra de los dos dirigentes, aspirantes a participar en las primarias de la oposición, sino a su efecto político en el proceso electoral en marcha. Aún cuando se afirme que la decisión es competencia de la administración de justicia -o de la Contraloría-, sería necio ignorar el trasfondo y la sospecha que despierta. Porque a simple vista pareciera encaminada a impedir que Álvarez y Capriles compitan electoralmente. Lo cual es inquietante, ya que luce como la utilización de la justicia para sacar del juego a potenciales contendores. Por tanto, afecta la transparencia de un proceso que transcurre en un ambiente polarizado, y da argumentos, en este caso, a la oposición, para justificar las acusaciones de ventajismo y fraude que pretende sembrar en la opinión pública. Por si fuera poco, está el factor victimización que suele producir dividendos en debates donde impera la manipulación mediática. Capriles, que no es tonto, aprovechó la circunstancia. Y a eso se agrega la revocatoria de la decisión por el Supremo que lo coloca en situación inconfortable. No podía hacer otra cosa que rectificar, pero el ridículo está hecho.
¿Las tensiones siguen aumentando en la MUD. A la proliferación de candidatos presidenciales se suma la escogencia de candidatos a Gobernaciones y Alcaldías que se perfila más conflictiva. También está el pulseo entre el bloque Primero Justicia-Capriles y el socialdemócrata de AD-Un Nuevo Tiempo (aún sin candidato). Igualmente es parte del escarceo la reacción de AD ante la formación del llamado Bloque Constitucional del que participan, con apoyo de Primero Justicia, diputados de Podemos, Causa R, MAS que, aún cuando sus voceros dicen que a nadie amenaza, la interpretación es otra…
El exembajador argentino en Venezuela, Eduardo Sadous denunció, al dejar el cargo, la existencia de una embajada paralela en Caracas para hacer negocios entre funcionarios de ambas naciones -denuncia coreada con júbilo por la oposición aquí y en el sur. Pues bien, ahora el personaje es procesado por denuncias y testimonios falsos al no presentar las pruebas de sus aseveraciones…
Sin pretender justificar el infame acto de difamar a alguien, hay que recordar la difamación de que son víctimas por ciertos medios, con absoluta impunidad, muchos venezolanos…
Los impopulares ajustes económicos del gobierno de Berlusconi provocaron el siguiente comentario de un periodista italiano: "Berlusconi no va a poder hacer ahora más de una orgía por mes"…
Un buen programa -Cayendo y Corriendo- está haciendo en el Canal 8 Miguel Ángel Pérez Luna: ágil y excelente producción…
Cómo será la cosa que hasta en una encuesta opositora, publicada por un diario rabiosamente antichavista, reconoce que Chávez tiene en la actualidad 55% de aceptación en la opinión pública…
Próximamente lanzará su candidatura presidencial para las primarias de la oposición, la expresidenta de la Corte Suprema, Cecilia Sosa. Otra más…
Cita citable: "Los norteamericanos han estado siguiendo con atención las protesta en el Medio Oriente contra los regímenes opresores que concentran masivamente la riqueza en manos de una elite. Sin embargo, en nuestra propia democracia, el 1% de la gente controla la cuarta parte del ingreso total, una iniquidad que los ricos lamentarán algún día. El 1% más rico tiene las mejores casas, la mejor educación y los mejores estilos de vida, pero su suerte está en la forma en que vive el otro 99% (Joseph Stiglitz: Premio Nobel de Economía 2001- Revista Vanity Fair).
1 A lo que pasó en El Rodeo hay que entrarle sin rodeos. El presidente Chávez lo hizo antes de viajar a La Habana para continuar su tratamiento. Captó la gravedad de los hechos y los asumió como siempre suele hacerlo. La dramática experiencia que deja lo acaecido en esa cárcel, no puede repetirse. Es inaceptable que en una nación democrática, donde impera el Estado de derecho; que cuenta con recursos económicos y ciudadanos conocedores del tema, ocurran hechos como los que mantuvieron en jaque a las autoridades y en tensión a la opinión pública. Su costo social y humano; el descrédito que acarreó a las instituciones; la desoladora sensación de falta de autoridad para encarar una emergencia, así como la deplorable imagen que el país proyectó al exterior, es algo que impone la adopción de medidas que impidan su repetición. Que, al mismo tiempo que definan políticas enmarcadas en el respeto a los derechos humanos de los privados de libertad, deben garantizar el orden y la aplicación a fondo de la ley.
2 Me consta el interés y atención que los ministros del proceso bolivariano dispensaron al tema. En particular el actual titular de Relaciones Interiores, Tareck El Aissami, quien ha puesto el acento en el tratamiento serio, racional, de la situación en las cárceles. Por cierto, diferente al que le dieron los gobiernos puntofijistas. Solo la fragilidad de la memoria y el poder mediático de quienes se oponen al presidente Chávez, facilitan el olvido de las perversiones que entonces se incubaron, determinantes en la acumulación de los problemas del sector heredados por el gobierno bolivariano.
3 Pero no basta con estar consciente de tan funesta herencia y repudiarla. También hay que estarlo de que las políticas aplicadas tienen fallas y limitaciones. La situación -como dijo Chávez- es un cáncer que demanda tratamiento urgente. Porque algo no marcha. Por muy buena voluntad que exista. El Rodeo confirma los graves niveles en que está el sistema penitenciario. De la corrupción que existe. La cantidad y calidad del armamento en manos de los presos, el poder que éstos consolidaron internamente, así como el volumen de droga del cual disponían, es prueba irrefutable del colapso de la autoridad. Los privilegios que disfrutaban los presos; el empleo sin control de celulares, la impunidad con que emitían órdenes para consumar secuestros y otros delitos, constituye una bofetada al Estado y al Gobierno. La complicidad de la seguridad interna y externa, e, incluso, el insólito caso del director de la prisión con antecedentes penales, coloca al país ante un cuadro desolador de indefensión. En síntesis: confirma la inexistencia de un mínimo de seguridad, imprescindible en cualquier cárcel. La subestimación de los problemas, la falta de voluntad para responderlos, fatalmente conduce a que éstos se compliquen, y a que finalmente estallen con fuerza arrolladora.
4Ante semejante situación no hay más opción que declarar la emergencia. Conservar los avances logrados hasta ahora y corregir con decisión los vicios enquistados. Todo ello asumido con coraje. Garantizando seguimiento riguroso. Así como claras definiciones de políticas para el sector que deben implementarse de inmediato. Buena señal en esa dirección es la designación de Iris Varela como ministra para el Sistema Penitenciario. Posee conocimiento del tema, sensibilidad y decisión.