Auditórium

Quimioterapia: ¡a la salud de la revolución!

“Lo que es malo para la colmena, es malo para las abejas”

Marco Aurelio… 

Ojalá se haga una quimioterapia de tipo estructural al sistema de salud, hasta ahora solo han sido intenciones de maquillaje, con eso del baremo, no estamos solucionando de fondo el tema de la salud como derecho constitucional.                                                                                                                          

Yo no creo que las clínicas privadas sobran, lo que tiene que haber son mejores mecanismos de control.

La Asamblea Nacional tiene que controlar que los hospitales y ambulatorios, no  dilapiden los recursos que se les da para la salud del pueblo.  Tenemos que reivindicar la salud como un derecho, y no como un negocio de muchos administradores de entes de la salud pública. Son  mafias  las que están detrás del sistema de salud público, mucho director y administrador de hospitales están ricos, solo falta mirarles de reojito su status económico actual

Los directores y administradores de los hospitales públicos viven de facturar enfermos, el negocio es la enfermedad, entre más enfermos mas dinero le llega al hospital publico, por parte del gobierno nacional, y de gobernaciones, para el derroche.

Es necesario una revolución en la salud que contemple como punto principal, que todos los pacientes sean atendidos, a través de una política de beneficios sin corrupción, que sea suficiente para todos, propuesta que deja mucho sinsabor en los diferentes sectores del mal administrado sistema de salud.

Como primera medida, a quienes piensan que con un baremo a las clínicas, se logrará configurar una reforma estructural que ataque el problema de fondo: “la mala gerencia del sistema de salud público”.

Por tal motivo, el gobierno nacional tiene que llevar a cabo una verdadera revolución en la salud, y sincerar el debate sobre las deficiencias del sistema de salud en el país, para evitar que la solución propuesta (Baremo) al actual problema del sector: ¡la solución pueda ser igual o peor! ¡Si existe la voluntad política, solo falta que los falsos actores depongan sus intereses!

Afrontar el grave problema por lo que atraviesa la salud es como pararse ante un tren en marcha. Lo que se plantea  es poca cosa. Asunto éste que debe llevarse a la práctica, a través de un método que es responsabilidad del Estado. El precepto constitucional de que la salud es un derecho fundamental constituye una fuerte apuesta, lo mismo donde todos los venezolanos reciban lo que necesitan para preservar su bienestar, y recuperarse de toda enfermedad. ¡Así como hace el IVSS en la entrega de medicinas de alto costo sin discriminación alguna, a todos los ciudadanos enfermos!

Por eso, no es extraño que surjan voces que aseguren que esto es irrealizable. Históricamente en el sistema de salud han prevalecido los intereses de la corrupción, en la actualidad la revolución se ha quedado en la pura retorica.

La propuesta del baremo no solucionará  nada, sino el punto de partida de una política de gobierno, un reto que exige, además de voluntad, tomar decisiones audaces, y poner en marcha medidas que, cuando menos, levanten ampollas, en la pesada burocracia.

Una de las primeras tareas es la clarificación del papel de las clínicas privadas como auxiliares del sistema nacional de salud, lo que incluye que aumenten con eficacia su operatividad, poniéndoles límites y márgenes de ganancia razonables, definiendo su naturaleza. La vigilancia, debería  estar a cargo de una Superintendencia de la Salud. Estas medidas permitirían pensar que las cosas van en serio.

Las condiciones están dadas para que, en el 2012, todos los venezolanos, sin mirar su condición social, reciban beneficios, que no excluyan el tratamiento de ninguna enfermedad.

Si se controla la corrupción en este sector, se promueve la eficiencia, se disminuye la intermediación y se acaba con los gastos suntuarios, el dinero alcanzaría. Para lograrlo se requiere el trabajo decidido de todos, y cada uno de los actores del sistema.

Los hospitales venezolanos son un ejemplo de ello. El propósito es convertir la red hospitalaria pública en el eje de la atención, sobre la base de que sean eficientes, y para lo cual falta solamente que se den órdenes y recursos, que se hagan ajustes urgentes que los conviertan en entidades viables y eficientes al servicio del pueblo, y no de intereses politiqueros.

 Los médicos, que se quejan de estar excluidos de las decisiones, tengan la responsabilidad histórica de ejercer a plenitud su autonomía frente a los pacientes, pero auto-regulándose para mantener a raya el serio problema de la demanda de la población. El gremio medico cuenta con una oportunidad única de demostrar que puede ser el impulsor de los cambios de fondo que necesita el sistema de salud nacional.

Si existe la voluntad política por parte del Gobierno y las herramientas, solo falta que los actores del sector depongan sus intereses, y entiendan que la salud del pueblo venezolano no da más espera. Es un momento de grandes decisiones-una especie de quimioterapia-, la peor actitud es echar por la borda la posibilidad de salir de este atolladero, sin intentar hacer nada para sacarla adelante.

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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