Pero los precios del oro se encuentran en zona de sobre compra, por lo que una corrección importante se espera, antes de que continúe su camino al alza, hasta por lo menos USD 2.500 la onza, si es que continúa al alza.
Es que hay señales que indican que la subida del precio del oro puede considerarse una burbuja. Aunque las predicciones de los principales “brokers” del mundo, la guerra de divisas, la inflación global y la desconfianza podría seguir inflando el precio del metal precioso.
El oro no tiene utilidad alguna, salvo su uso para joyas y la fabricación de algunos componentes tecnológicos, pero el sector industrial que usa el metal para estos procesos ha reportado que la demanda ha retrocedido y más bien el oro ha pasado a ser una especie de moneda que se revaloriza contra todas en el mundo, actualmente el público en el mundo lo percibe como un refugio financiero, pero de allí nada más, ni siquiera el oro devuelve renta, no paga intereses, sólo su precio aumenta por la alta compra, bajo la “percepción de que está subiendo de precio por la crisis”, argumentos propios que definen una burbuja, tal como la crisis de Los Tulipanes o la de los Mares del Sur.
Una lata de carne en conserva es más útil que un lingote de oro, así lo ha referido Roubini, porque al invertir en una lata de carne, el alza de los precios de los alimentos da cobertura al dinero utilizado para obtenerla y luego al final, se puede comer, el oro no.
Entre diversos CEO’s por todo el mundo se ha encendido un debate, de que si es una burbuja o no, el precio del oro.
Hay que pensar primero, el oro ha subido porque las monedas se han devaluado, la impresión de dinero aleja a los inversores a tener altas posiciones en dólares, euros o libras. Por otra parte, la guerra de divisas y las bajas tasas de interés son combustible para salir huyendo de cualquier moneda que paga poco por su tenencia.
Qué está ocurriendo con el dinero. Lo tienen las grandes corporaciones en sus cajas, las tenencias de efectivo por parte de las principales empresas del mundo son sorprendentes. Los movimientos que harían retroceder los precios del oro son varios, la inversión de parte de las empresas, el alza de tasas de interés, la recuperación del empleo y la recuperación de la confianza por el riesgo. Sinceramente, esas condiciones comienzan a darse.
Los anuncios empezaron, Google destapó su gigantesca caja y ha comprado esta semana Motorola Mobility por USD 12.500 MM. Microsoft, compra Skype por USD 8.000 MM, con una caja líquida en USD 42.000 MM. Apple en su caja dispone de USD 76.000 MM. En México Femsa y Televisa reportan gigantescas posiciones en liquidez y anuncian inversiones y nuevas adquisiciones. Nestlé acumula CHF 1.500 MM y ha lanzado un programa de búsqueda de adquisiciones por todo el mundo, se propone comprar una división de Pfizer, pero tendrá que pujar con otras compañías como Danone y Abbot, que también tienen con qué.
La crisis “subprime” llevó a muchas empresas a perder su valor en los mercados, que ahora son muy baratas, por lo que los ganadores en posiciones en oro, al considerar que la tendencia alcista se detendría, porque se ha iniciado una nueva fase de inversión en el riesgo, no dudarán de tomar sus gigantescas ganancias para buscar “gangas” en el mercado, en búsqueda de renta futura.
Las nuevas inversiones podrían ayudar a mejorar la creación de nuevos puestos de trabajo, por lo que los bancos centrales quedarían más libres de mantener planes de estímulos y tasas bajas, subiendo éstas para entonces evitar brotes de inflación no por estímulos sino por demanda de bienes y servicios. Un anuncio de alza de tasas en EEUU o Europa, haría el mercado de metales preciosos bajista hasta un nivel considerable. Por último, la confianza regresaría y se entraría en un nuevo ciclo de recuperación, que llevaría al mundo a una nueva expansión. La etapa probable a venir, será dominada por gigantescas corporaciones más poderosas que muchos países, ahogados en deuda.
Hay datos de que si se cambian todos los dólares del mundo, por reservas de oro, el precio de una onza sería de unos USD 8.000, sobre este fundamento es que aún muchos apuestan por más subida del metal.
En el aspecto técnico, el precio actual, de USD 1.900 la onza, se encuentra sobre comprado en gráficos mensuales, semanales y diarios, por lo que comprar oro ahora sólo arrojaría pérdidas a los incautos que apenas entran en esta fiebre, que es bien atizada por gigantescos medios de comunicación en el mundo.
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