“La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”
Sócrates…
La trillada palabra revolución, a través de los siglos siempre ha implicado el pasar por un cambio brusco, y radical en el más sencillo de los términos sociológicos. Hasta ahora la revolución bolivariana no ha provocado mayores cambios en Venezuela.
Ha habido un constante crecimiento económico desde el año 2003 según expertos en la materia económica. Los progresos logrados en estos períodos han sido para enfrentar, de buena manera, problemas como la actual crisis financiera mundial.
Sin embargo, la Venezuela bolivariana tiene pendiente una serie de tareas en las que no se ha podido mostrar tantos avances como en el caso del crecimiento económico. Muchos aspectos son los relacionados con la mejora sustancial de la competitividad, la reducción de la pobreza, y la reducción de la desigualdad, ya que sigue presentando los más altos índices de desigualdad.
El Presidente Chávez ha atacado, la mayor parte del tiempo, los fundamentos de la aún persistente estructura económica. Y sus modelos de gestión pública que fueron rediseñados, la mayoría de ellos, por reformas impulsadas en nuestro país por los organismos financieros internacionales durante la IV República.
El Presidente ha hecho un trabajo político muy importante para desacreditar lo que ha considerado el modelo neoliberal que prevaleció en los años 90, y los primeros años de la presente década. Sin embargo, no ha propuesto ningún modelo viable. Hay que hacer un trabajo proactivo, y estructurado sobre una reforma importante de la economía.
Hasta ahora estamos montados en un refrito del Socialismo del siglo XX (Antigua Ex-URSS) Hay que reinventar el país tomando en cuenta la actual realidad económica, social y cultural. No se ha entendido que para sustentar ambiciones geopolíticas en la región se necesita de una gran maquinaria económica que las respalde. Si no, sólo se trata de simples proyectos.
Nicaragua, Cuba, Bolivia y Ecuador sus economías son realmente insignificantes, estos países están política y económicamente a la sombra de Venezuela. En el momento en que Venezuela agudice su crisis se hundirán sin remedio
Las economías más fuertes de la región son las de Brasil, México, Argentina, y Chile. Venezuela, está muy rezagada económicamente en relación con los países de mayor dinamismo de nuestra región.
La economía Venezolana depende de su petróleo, y esto no es viable. En momentos cuando el precio del petróleo fluctúa hacia la baja, el país entra en graves dificultades para hacerle frente a los problemas económicos internos.
La situación se revela con mucha claridad cuando revisamos el desempeño económico en rubros como la agricultura. Situación similar cuando se analiza el desempeño de sectores como la industria manufacturera, y la de los valores agregados de las inversiones en la generación de electricidad.
La revolución bolivariana con estos indicadores, lamentablemente no va hacia ningún lado. ¡No porque no exista la voluntad de convertirse en un país socialista de la América Latina! No es por falta de ganas, ya que tiene el liderazgo político del presidente Chávez. El problema es que nos vamos a estrellar en el muro de la realidad económica, al no pasar de ser un país sin mayor trascendencia regional en términos económicos.
La propuesta filosófica de la revolución bolivariana no resiste el riguroso análisis de la lógica. ¿Por qué este proyecto socialista no es acogido al pie de la letra por: Brasil y Argentina? La respuesta es muy sencilla. El modelo socialista del presidente Chávez no ha podido hacer de Venezuela una economía líder de la región. El buen sentido nos dice que cualquier propuesta política de esta clase, que se quiera elevar a modelo de gestión debe ser sustentada con resultados. En esto la revolución bolivariana esta fallando, y es muy duro el decirlo, pero aunque duela hay que expresarlo.
La base económica es el fundamento de las revoluciones. Si no miremos lo que pasó con el imperio soviético. Sus problemas económicos los llevaron al derrumbe. Todo proceso revolucionario tiene que pasar por el desarrollo económico sino la revolución se convierte en pura demagogia.
Las cifras hablan por sí solas. No hay más ciego que el que no quiere ver. ¿En dónde está la revolución, el cambio, cuando la corrupción es la misma que había en Venezuela en los tiempos de los gobiernos neoliberales de la IV República? La revolución bolivariana necesita de un programa serio de despegue económico, y desarrollo industrial. Industrializar el agro, la manufactura, y agilizar los procedimientos administrativos para darle soltura, y solvencia a la economía. El proceso socialista bolivariano está caminando justamente en el sentido contrario. Lo que se está haciendo hasta ahora es una INVOLUCIÓN BOLIVARIANA.
Percasita11@yahoo.es