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Venezuela, generación apocalíptica

La violencia en Venezuela esta llegando a todos los estratos sociales y los discursos se vienen dando con puntualidad, pero no existe un megaproyecto que regularice la inseguridad en los barrios, zonas populares y urbanizaciones trayendo como consecuencia, un sin fin de victimas que reflejan una gran mortalidad proveniente del delito y, lo peor, la ley de desarme tiene su juego político en el seno de la Asamblea Nacional. El problema interno de las cárceles públicas ha saltado el muro ético y hablar de lugar de reclusión y comunidad, reflejan el mismo argumento y peor, algunos reos reflejados como pranes gobiernan a toda una colectividad desde el interior de éstos recintos.  El médico Francés Pierre  Rentscnick junto al periodista Pierrea Accoce reflejan en su escrito que Latinoamérica  esta siendo caracterizada por una enfermedad llamada poder y donde el lenguaje militar desea mistificarse para darle trivialidad a quienes desean desafiar las normativas jurídicas y canónicas que se derivan del ejercicio político y la medicina como coadyutores de la salud y el aspecto sanitario de los pueblos.

Esta generación de relevo en nuestro país viene exigiendo su espacio para adelantar criterios científicos, pero lo visto en el escenario social  viene trayendo consecuencias de gran costo para la unidad familiar y la acción preventiva del delito viene debilitándose, a pesar de los puntos de control que mantiene la guardia nacional y algunos efectivos de gendarmería en regiones llamadas criticas por el gobierno bolivariano. Una de las tareas más difíciles para inteligencia militar y civil es el control de insumos y químicos que van al Sur para lograr una producción estable de narcóticos que irían a las principales plazas del mundo europeo y Estados Unidos.

Los gobiernos civiles reflejan una impotencia ante los nuevos ascensos militares en el Continente América y, que se asienta con el triunfo del general retirado Otto Pérez Molina en Guatemala. Los residentes de ésta nación no le mostraron afecto a la candidatura  de Rigoberta Menchú, quién logro un mínimo apoyo en esta segunda oportunidad. El problema, lo reflejan las estadísticas, existe una carencia de incentivos para la capacidad institucional y el control democrático en la región y donde grupos paralelos a los gobiernos establecidos, buscan colocar sus propios diputados y gobernadores. Panamá, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Colombia, constituyen los soportes del narcotráfico estadounidense.

Mas allá, nuestra realidad refleja que existe una izquierda radical que busca neutralizar el avance del sector delictivo hacia las fuentes de poder y en Perú, ya observamos una primera manifestación y en Venezuela hay un corredor donde se mueven algunos dirigentes afectos al gobierno bolivariano que se encuentran consternados como se vienen movilizando agrupaciones delictivas y diezmando a una población talentosa que solo desea estudiar e incluirse en los factores de poder. Ante el delito, no hay virtud cristiana que valga, algunos pastores evangélicos se han dedicado invadir terrenos para fabricar y asentar una inmensa Iglesia. Que romper con el verdadero ejerció de la política  y los actos de fe.

Los venezolanos tenemos que ser amparados por los Derechos de la Constitución y debemos proceder con ética y libertad, nunca subyugados al delito y al miedo, ya lucimos agotados ante tanta impediencia de los directores de éstos organismos, dedicados al resguardo ciudadano Yo quede paralizado, los cuerpos policiales no reciben denuncias sobre el robo de celulares, pero, vemos a los directores de cuerpos policiales llenando centimetrajes de prensa elogiando los procedimientos sobre el programa de robo de celulares, para no hablar de crímenes y homicidios. Sinceramente, o evolucionamos o quedaremos en el pasado. De hecho se habla de millones para que una denuncia policial se haga efectiva. Aquí, mandan los hacedores de maldad y los mamotretos que, no cumplen por desidia sus funciones públicas.

emvesua@gmail.com


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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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