Remy de Gourmont…
Estoy observando como sumo cuidado, la posición del gobierno bolivariano, y el PSUV, en torno a la actual situación nacional. Al gobierno, la ciudadanía (con la ola de protestas) le pide que solucione la crisis eléctrica, la impunidad causante de la inseguridad ciudadana, la infraestructura vial y publica deteriorada, que gaste menos la perversa burocracia parasitaria, en obras de mala calidad o que nunca terminan. En tiempo de crisis, se dice, hay que evitar el gasto público dispendioso.
Aunque se pueda tener razón en lo que respecta a gastos militares innecesarios, donde hay una tendencia, no se si militar o civil, que se inclina a hacerlos, porque hay unos factores del poder que estimula al gasto, y en mantener una socialismo con una apariencia propagandística inútil, soslayando otras necesidades nacionales. Esto no deja de ser una posición demasiado necia.
Existe una abierta contradicción con los principios básicos de la ética socialista. Hay una crisis que se nos vino, o se nos viene encima, la obligación del Estado es proteger a los más débiles, limitando los gastos inútiles.
Hay que exigirle más eficacia política y calidad revolucionaria, a quienes ahora tienen el mando. Aplicando jerárquicamente recursos frente al hambre, y las necesidades de la población para mejorar la calidad de vida.
La “Ley de arrendamientos o de alquileres”, no deja de ser una posición totalmente aberrante e individualista, de un grupo que se dice ‘revolucionario’, siendo esta ley socialmente irresponsable.
Aunque la irresponsabilidad, no es inusual en la Asamblea Nacional, conviene reflexionar seriamente sobre ella, con la posible derrota de la revolución bolivariana en el 2012. Detrás de estas posiciones está una tendencia, que de ‘socialismo, revolución y política’ saben de esto, lo que yo se de cura. Donde sobresale el egoísmo humano como pilar revolucionario, cuando se le deja actuar con desatinos frente a la crisis actual.
Sin embargo cierta y repetida ineficacia, aunque algunos creen que puede llevar a la implantación del socialismo. No ofrece ninguna razón válida al pueblo desencantado, para rectificar, y para actuar a favor de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.
Se gobierna al revés, la crisis actual nos dice que quienes dirigen el estado en todas las ramas del poder público, siguen siendo tan sinvergüenzas hoy, como en los tiempos de la IV República.
Hasta ahora han sobrevivido los más poderosos, y la nueva oligarquía nacida al calor de la V República. Lo que con frecuencia se le escucha decir al populacho: “Los más vivos, y desprovistos de conciencia social, son los que le ha ido bien en la revolución”. Es a la ciudadanía, a través de políticas de Estado efectivas y oportunas, la que tiene que priorizar el llamado ‘buen vivir’, no permitiendo que las políticas económicas sigan beneficiando por erráticas a los más poderosos.
Si en la Venezuela Bolivariana no llegamos a industrializar a la nación, condición básica para salir del subdesarrollo, entonces no podemos seguir hablando de revolución. Esta son unas de las razones que crean el descontento, porque las políticas del estado capitalista, acumulan capital, y a la vez impiden que no se les impongan impuestos. Conscientes o inconscientes son unos tontos los que así piensan, ya que sin aportaciones fiscales adecuadas no puede haber planes nacionales ambiciosos de desarrollo.
Hay que decirlo con claridad: la burocracia económica en Venezuela es la enemiga del socialismo, en su conjunto, siendo los culpables de que los venezolanos, no gocen universalmente de un bienestar socioeconómico. El Estado ha sido, demasiado obediente a los dictados de este estatal poder económico, cuando es un instrumento en manos del poder burocrático, que acumula riqueza individualmente con mayor rapidez.
En realidad, quienes han amasado dinero, y poder en la Venezuela Bolivariana no ha sido como bienestar para el pueblo venezolano.
Ejemplo: la pensión del Seguro Social se puede universalizar, creando un régimen de pensiones a favor de tanto, y tanta venezolana que han trabajado de varias formas con tesón llegando a una vejez sin ningún tipo de prestación. A nadie hasta ahora se le ha ocurrido contribuir para abrir nuevas líneas socialistas, de una verdadera seguridad y desarrollo social.
Hasta ahora no ha sido la mano invisible del gobierno, sino la mano visible de quienes nos gobiernan en la actualidad, la que mantiene a la población, en esta situación de insatisfacción con el progreso social. Hay que buscar el crecimiento económico, pero un crecimiento económico, sin una beligerancia con el sector productivo, para que se arriesgue con reglas claras a invertir más en el desarrollo social.
Continuar con este círculo infernal de: confiscaciones, expropiaciones, invasiones, decaimiento de los servicios públicos, violencia, delincuencia, impunidad. Con la cultura del sálvese quien pueda, vivir con temor ante los peligrosos reos que están saliendo de los penales etc. Todo esto nos tiene que llevar a una profunda reflexión, dejando los egoísmos individuales, o de grupo a un lado. Oyendo a una buena parte del liderazgo nacional. Porque quienes están ahora en el poder, parecen querer solucionar los problemas del país con más de lo mismo.
Los gastos excesivos tienen que desaparecer. No tiene sentido estar metiendo dinero a programas que no dan los resultados esperados.
Para acabar con la inseguridad lo que se necesita es determinación por parte de las autoridades, que ya no deben andar con blandenguería, y paños tibios frente al hampa criminal.
No se puede seguir con unos ‘revolucionarios’, que aplican solamente la política del azadón..... Solo pa' dentro.
Percasita11@yahoo.es