Si me matan y me muero…

Verdades bien dichas

Aún cuando la frase le pertenece por patente popular al filósofo del Zulia, viene como anillo al dedo para ilustrar esta tragicomedia en la que los oportunistas de siempre convirtieron la muerte, la disputa y el polémico entierro de Carlos Andrés Pérez, el ex presidente aquel a quien muchos amaron, otros odiaron y unos cuantos adecos traicionaron.

A los muertos hay que dejarlos enterrar a sus muertos, pero tanta alharaca con el sepelio del tristemente célebre CAP no puede pasar desapercibida. Por el muy elegante y mediático velorio de CAP vimos desfilar, sin ruborizarse, a quienes más odiaron al político de Rubio. Los mismos que lo traicionaron hasta sacarlo de AD y del gobierno, hicieron llorosas guardias de honor y los oportunistas de hoy se confundieron entre los oportunistas de ayer, no para llorar al difunto, sino para asegurarse de que las cámaras captaran su falsa congoja. La cosa fue una verdadera ópera prima bautizada en criollo “Si me matan y me muero…”. Pobre Carlos Andrés, lo traicionaron en vida, lo utilizaron después de muerto. Paz a sus restos que aquí en la tierra seguiremos tratando de hacer justicia a favor de las víctimas de Cantaura, Yumare, los asesinatos del Grupo Gato, el Caracazo y otros vergonzosos sucesos que enlutaron a la Patria y que dejan en evidencia las contradicciones de la democracia cuartorrepublicana.

Chávez vivito y galopando…

La oposición venezolana tiene 12 años “tumbando” y guarimbeando contra Chávez. Tras cada intento fallido toman aire, se culpan entre ellos, se gastan los dólares del imperio y siguen maquinando el próximo paro de laboratorio, el próximo reality show para justificar el financiamiento que obtienen de sus jefes y sobrevivir, porque sólo de eso y nada más que de eso se trata el asunto.

El desespero necrofílico hace mella en sectores de la oposición. Las cuentas no le cuadran para el 2012, ni para el 2013, ni por unos cuantos años más, de allí que han reeditado las viejas campaña de odio. Hablan de muerte, desean la muerte y mientras tanto del lado de la revolución y de su líder invocamos la vida, trabajamos por la vida y no solo vista como un asunto individual, sino como el hecho colectivo de crecer, de desarrollar una Patria justa, llena de igualdad y de equilibrio, donde todas y todos tengan las mismas oportunidades.

Chávez está vivito y coleando, galopando en las encuestas, en las que salen a la luz pública y en las que esconden también. Chávez está inmune a cualquier enfermedad, por la gracia de Dios y el empuje de un pueblo que alimenta su espíritu y da fortaleza a su acción. Unas encuestas dicen que tiene el 58% de popularidad, otras hablan de 59% otros sondeos dicen que el 70% evalúa positivamente la gestión de gobierno, los jóvenes en un 60% respaldan el presidente Chávez. Esas cifras no son gratuitas. Son, como dirían los pragmáticos, el resultado de situaciones concretas, de logros específicos, de metas alcanzadas, de hechos comprobables. Un consejito para la oposición: tómenselo con calma señores porque si siguen así no llegan al 7 de octubre.

Los indignados de Bolívar…

El movimiento de organizaciones, colectivos, frentes, agrupaciones sociales y otros actores que protesta, primero en Europa y ahora en el propio Wall Street, contra las políticas hambreadoras, explotadoras y discriminatorias del capitalismo, ha llegado a Chile y está emergiendo en Colombia. No se trata de una moda ni de un cliché, sino de una protesta espontánea contra las cuales no han podido ni siquiera las grandes transnacionales de la información. La internacional mediática no puede ya tapar la voz de los indignados de Wall Street o de los estudiantes de Chile maltratados, humillados y desconocidos por el gobierno liberal de Piñera. Poco a poco se caen las mentiras, se cae el maquillaje del capitalismo.

Sin ánimos de banalizar el concepto, urge la conformación también de los “indignados de Bolívar”. Una ciudad entera maltratada por el deterioro de los servicios públicos, comerciantes atropellados por impuestos con tasas cada vez más onerosas, un servicio de transporte colapsado, una vialidad en ruinas, un poder popular irrespetado por una alcaldía que no cree en la organización de las comunidades, en fin un estado de cosas que han caotizado la vida urbana en Ciudad Bolívar. Los indignados de Bolívar también existen y están dejando oír su voz.

Pildoritas de cierre…

Parece que al alcalde opositor de Heres le quitaron la responsabilidad de ser el jefe de campaña de Pablo Pérez en el estado Bolívar. Le pasaron factura por sus constantes coqueteos con Capriles Radonsky, Leopoldo López, Maricori y otros candidatos. Quiere estar bien con Dios y con el diablo, pero al que asa dos conejos a la vez, alguno se le quema, dicen los sabios de mi pueblo.

Sé que el alcalde está averiguando por los caminos verdes cómo hace para inscribirse clandestinamente en los seminarios sobre gerencia y gobierno que humildemente le recomendamos en nuestra columna anterior. Se inscribió un tal Yusi Rodríguez Sotillo…quién será? Lo conocen?

Me despido con una frase especialmente dedicada a mis adversarios y adversarias. “La envidia ni tenerla ni temerla”. Vengan a mí que tengo flor. Contra le envidia estoy curada y protegida.

natachainatti@gmail.com / @natachainatti



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Natacha Inatti


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