Una señora del sector El Tanque de la Panamericana de 68 años, hipertensa y con un hijo asesinado por azotes de barrios, vive del alquiler de una pieza en su rancho. La inquilina se niega a pagar y argumenta que aún así tiene derecho a todos los servicios (agua, electricidad y teléfono) pues eso es lo que señala la nueva ley. Se trata de otra oligarca, que cruelmente se beneficiaba de las necesidades de la gente, pero que con la nueva ley dejará de hacerlo. Imagino porque morirá de hambre al cesarle el único ingreso que recibía.
Una profesora universitaria, con sueldo de 9 mil bolívares mensuales, adquiere un apartamento para vivir, mientras ocupaba la casa de sus progenitores. Lo alquila por un año antes de mudarse, pues no podía dejar a la madre enferma sola. El inquilino es un abogado exitoso, sin hijos, cuyo ingreso mensual es mayor a los 30 mil bolívares, pero ahora aduce que el pago de 3 mil 300 bolívares por el apartamento es mucho, que no le pueden aumentar y que se ceñirá a la nueva ley para quedarse con el inmueble. Ah… La dueña tiene que pagar el condominio mensual y a lo mejor debería limpiarle semanalmente la vivienda. Como se ve, el inquilino es un pobre explotado, marginado, excluido y sin recursos, víctima de una oligarca académica. Así, así, así es que se gobierna.
No es cuento.
Muchos de los alquileres en el país son de estos tipos. Creer que todos
los propietarios son oligarcas en un tremendo error conceptual y político,
generador además de serias injusticias. No se la “están comiendo”
como piensan.
Últimas Noticias, pp 40, 12-10-2011, Caracas
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