Ya el imperio yanqui valiéndose de la oportunidad que ofrecen las protestas populares, aparentemente espontáneas y justificadas, ejecuto su intervención militar en Irak. Sin tomar en cuenta la libre autodeterminación de los pueblos a decidir sus destinos. Y quedó en el limbo la ejecución de Sadam.
Igual situación vivió el Estado Libio para eliminar su modelo de organización popular de comités (Jamahiriya). Estos comités comunitarios son expresión del “concepto de la democracia real” (sistema de Gobierno, donde el pueblo ejerce el poder, mediante la participación directa y protagónica en la toma de decisiones). Línea en la cual intenta consolidarse la Revolución Bolivariana Latinoamericana, con epicentro en Venezuela. Un legado que, en toda una vida de combate, Gaddafi logró sembrar en su pueblo. Hay pocas dudas, que estallarán problemas étnicos y tribales. No obstante, el Islamismo o Tribalismo, podrían ser los males menores de Libia en comparación con una nueva fantasilandia abierta al neoliberalismo. Lo seguro, es que los nuevos amos occidentales se apropiaran de todos los recursos libios.
El imperialismo y sus lacayos están de fiesta. Santos sonríe orgulloso tras el asesinato de Cano, como Hilary sobre el masacrado Khadafi. Mientras tanto, los pueblos del mundo preguntan: ¿cuando serán enjuiciados los asesinos de Kadafi o los asesinos de Cano? Sólo la historia hecha por los pueblos oprimidos decidirá sus destinos.
Era Alfonso
Cano (la segunda voz, después de Jacobo Arenas fundador e ideólogo
histórico de las FARC) un soñador angustiado por no conseguir la mejor
manera, en la cual no sean necesarias las armas, para dirimir las contradicciones
y las diferencias. Siempre fue un hombre de Paz. Obligado por las circunstancias
políticas, sociales y económicas a luchar en la arena política con
las armas en la mano luchando por un mundo mejor, un mundo con justicia
social. Por eso venía avanzando en la posibilidad de una salida negociada,
en aras de la paz interna de su país que permitiera la incorporación
del pueblo en armas a la vida pública nacional: presentando su propuesta
política, su proyecto de país y participar en unas elecciones libres,
en las que de seguro arrasarían. Como hubiera arrasado Jorge Eliécer
Gaitán hace años, como acaba de Arrasar Cristina en Argentina como
arrasó Pepe Mujica en Uruguay, como arrasó Correa en Ecuador y como
va a arrasar Chávez en 2012.
¿Quiénes
son los interesados en que jamás se llegue a una salida pacífica entre
colombianos?
En principio
la CIA y el aparato armamentista. Si los colombianos como hermanos,
llegaran a una salida negociada, los norteamericanos tendrían que sacar
sus bases militares de Colombia o confesar que la razón de esas bases
es garantizar la producción y flujo de droga de Colombia hacia los
Estados Unidos. Además de mantener bases militares cercanas a nuestro
país, cumpliendo la famosa proclama de Dick Cheney: “Para controlar
a Venezuela, es necesario dominar militarmente a Colombia”. Por estas
razones, necesitan que el conflicto interno de Colombia se mantenga
para avalar su presencia militar; por eso la alta oligarquía, (la de
Uribe, Santos y compañía.) necesitaba detener los avances de paz y
asesinar vilmente al máximo promotor ideológico dentro de las FARC,
de una negociada salida pacífica, entre hermanos colombianos.
No se pueden dejar de lado, estas cruzadas pues son las pistas de la realidad. Estas experiencias invasoras de saqueo son de vital importancia para el proceso revolucionario que vive Venezuela. Se debe leer con ojo clínico el asesinato de Cano y las “bases militares” en Colombia. Hoy día, al Imperialismo Yanqui le inquieta, el resurgimiento de las cenizas colombianas de Bolívar y la agitación revolucionaria que cabalga con su espada por América Latina, mientras ellos aspiran: “America para los Americanos”.
Podrán cortar las flores, pero jamás, detendrán la primavera
Pablo Neruda
yocatari@hotmail.com