EL BENEFICIO SERÍA PARA EL GOBIERNO, LA INDUSTRIA Y EL INVERSOR
En un reciente discurso del presidente Hugo Chávez, señalaba la creación de instrumentos financieros con activo subyacente el petróleo venezolano, para pagar deuda al sector laboral. Valga la iniciativa, el pueblo de Venezuela tiene derecho de comerciar de manera directa, principal y secundaria los activos petroleros sin necesidad que estos sean privatizados. Veamos cómo.
El presidente Chávez habló sobre un “bono petrolero”, que dicho planteamiento aún debe ser más específico. Durante muchos años, Pdvsa nunca permitió que el capital de ahorro del más pequeño inversionista, de un trabajador, gozara de rendimientos y ganancias desde la actividad petrolera, la visión de los que dirigían Pdvsa, nunca les permitió que los contratos petroleros emitidos en Venezuela al extranjero, también se comerciaran en el país a inversores locales.
Siempre han tenido este privilegio los más connotados especuladores globales, la banca de inversión y los gigantescos fondos de cobertura en el mundo, que con el precio del crudo han especulado a favor y en contra de las cotizaciones, generando a quienes entran en esa actividad gigantescas ganancias en muy cortos plazos.
¿Pudiera cualquier venezolano de a pie con una sencilla cuenta mediante un banco, un agente de bolsa o un intermediario autorizado, colocar pequeñas cantidades en inversiones con activo subyacente como el petróleo? Sí, claro que sí, sería un gran paso con grandes beneficios para todos los involucrados, además el venezolano comenzaría a cultivar una cultura alrededor del precio petrolero que hoy día no le importa mucho.
Actualmente existe los bonos de deuda, instrumentos de renta fija, que genera intereses anuales a quienes tienen el bono en su poder, obligando a Pdvsa a pagar capital y rendimiento al vencerse el mismo, muy pocas personas comunes compran bonos petroleros en el país, apenas pequeños grupos con cierto poder financiero, que luego comercian en los mercados de permuta y en el secundario, la alta volatilidad del precio petrolero, inciden en el precio de los bonos de Pdvsa, lo que permite realizar también grandes ganancias a la especulación, cuando compra bonos a precios bajos y revende a precios altos, según las condiciones del mercado.
El instrumento propuesto por el Presidente, asomado en su discurso, tiene que ver con una participación de un inversionista o trabajador que reciba el bono sobre la actividad de la empresa que se usa como activo subyacente, ello implica su rentabilidad, contabilidad y una serie de factores a considerar para que otros inversores accedan a comprar dichos instrumentos, que estaría comprando “participación”, ello implica el precio del instrumento en el mercado local y un rendimiento sobre la base de los dividendos de dicha empresa.
Pero también un instrumento interesante, de renta variable, tendría que ver con permitirse a los venezolanos comerciar con el precio petrolero, es decir con los contratos de entrega, mediante la banca de inversión local o agentes autorizados, dicha actividad sería regida por una comisión supervisora de las operaciones. El venezolano tendría en sus manos una posibilidad de defenderse de las apuestas internacionales que se hacen en favor y contra del precio del crudo en los mercados globales, porque solo un dato de mejoramiento de empleo en países desarrollados, implica aumento de demanda de petróleo, por demanda de consumo, lo que permitiría a un inversor local comprar contratos petroleros venezolanos, protegiendo su dinero de la inflación global que tendría como resultado un alza en el precio de la materia prima, empujada en el extranjero. Lo mismo ocurriría si los precios van a la baja. Igual podría ocurrir luego con la gasolina, el gas y otros derivados.
Los resultados serían favorables tanto para la industria, para el gobierno, inversores e intermediarios, porque el dinero captado mediante esos instrumentos van directo a financiar la actividad, evitando al gobierno tener que hacer desembolsos por déficits, financiar la deuda de renta fija, la industria obtendría liquidez para financiar nuevos proyectos de manos de cualquier venezolano de a pie, que bien asesorado este último colocaría órdenes que le generen ganancias y rendimientos a favor de su patrimonio. Sería una manera de frenar los efectos de la alta liquidez interna, como por ejemplo la inflación. Un instrumento así evitaría que muchos en busca de rendimientos especulen como ocurre en el país con inmuebles, vehículos y ahora de la manera más exótica, con los rubros alimenticios que son escasos como el aceite y la leche.
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