Anónimo… 
 

Cuando vemos  que los jueces, aplican la ley a los autores de homicidios, robos, violaciones, secuestros etc. Ahora bien esos esfuerzos en la aplicación, muchas de las veces con retardo, pero vamos a considerarla, a pesar de todo lo malo como una eficaz justicia, que se ven empañados luego que por orden de una funcionaria penitenciaria, que con sus actuaciones vulnera la seguridad de los familiares y de la victimas, por parte de los delincuentes en prisión.

El efecto de una decisión de este tipo lógicamente es lo que hace que  nadie denuncie  a los delincuentes ni colaboren con la justicia, y menos exponerse a quedar a merced de unos asesinos protegidos por el ministerio penitenciario, el que denuncie es como el firmar su sentencia de muerte. En todo este juego macabro penitenciario todos sabemos quién gana.

No se duda  de la capacidad, y el sentido de aplicación de la justicia por parte de la mayoría de los jueces de la Republica Bolivariana de Venezuela, pero es una lástima que la egolatría, el hiper-garantismo penitenciario que quieren implantar en los penales venezolanos, donde valen más los derechos del delincuente que los de las víctimas, que quiere imponer la ignara ministra.

 Cualquier esfuerzo del poder judicial por agilizar los retardos procesales por titánico que sea se estrellará con las actuaciones de la ministra Varela actuando de esta manera autocrática, es recordar los más oscuros momentos del Absolutismo, entonces en las cátedras y conferencias   sobre el derecho y la justicia no se podrá seguir nombrando un viejo lema jurídico universal que dice: "el juez es como el soberano que imparte justicia con toda majestad desde su trono".

Si la actual ministra del sector penitenciario,  sigue declarando frente a los penales algo que literalmente hablando se entiende así: "¡aquí yo soy la ley!", la gente no sabrá a quién temerle más, si al delincuente o a la autoridad.

El TSJ, en lugar de mantener diatribas por los “privados de libertad”, debe preocuparse no sólo por depurar  los tribunales de los jueces que abusan del reo y exponen a los testigos, dándole todas las garantías procesales e incentivos a los buenos jueces, castigando a los que hacen mal su trabajo, evitando así la cartelización de la justicia.

El sistema judicial no puede ser cartelizado o atomizado, dejando que cada juez aplique su propia justicia a su capricho en forma medieval sino uniformar los criterios, y actuar con un humanismo socialista de que no se puede ser indiferente ante el dolor ajeno causado por la delincuencia desbocada, porque tarde o temprano lo podemos sentir en carne propia. Ya basta de buscar  falsos protagonismo o figurar tomando decisiones insólitas o descabelladas a costa del drama y las vidas truncadas de muchos venezolanos inocentes y productivos victimas del hampa criminal.                                                                                                                                                             las fallas de la Fiscalía General de la Republica tiene que ser subsanada incorporando mas funcionarios competentes en la materia, y no buscar la salida más cínica de culpar a los medios de comunicación por informar sobre el bochornoso suceso de los penales Rodeo  1 y 2. El desbordamiento de la delincuencia tiene que ser atacado en forma enérgica, no castigando a un periodista o a su diario por haber publicado la foto-montaje de unas funcionarias del alto poder del estado venezolano.

Con tanta sangre derramada por el hampa asesina, más que en la guerra de la independencia, la CRBV esta quedando anacrónica y torcidas las ideas del Estado Social de Justicia y de Derecho según reza su artículo numero dos.  O la continuación por parte de la Asamblea Nacional  con la "fábrica de leyes" que son la deidad, y donde lo más importante es proteger los derechos de los corruptos y de los delincuentes.