Todo estaba calculado, había un guión, Pablo “dedo” habría de aplicarle a Capriles una operación galope para que éste se esmachetara hacia la “cima del cielo”.
¡Mientras más masa más mazamorra! -exclamaba Pablo para estimular a Su Merced Capriles, en tanto afincaba el dedo en las bridas del caballo, que perseguía al autobús del progreso, que con todo y los cauchos espichaos, superó al brioso corcel- Y, allá en las mesas de votación, dedo que dedo con esas máquinas, para inflar al previamente escogido por la oligarquía.
El elenco cumplió su papel al pie de la letra, cada quien a lo estipulado y luego de lo cual, pasó por la taquilla.
Madonna no estuvo mal del todo sino regular porque le ganó a Arria y al otro, “Yo practiqué galope en un penco, estoy entrenada para esta jornada” parecía añadir la Madonna, que al fin, no obstante, no votó duro sino blandito.
Arria pensaba que “El Botox es secreto” mientras que el otro detrás de él parecía exclamar ¡arre arria, que me entorpeces el camino!
Pablo II no es un santo sino un diablo (lo de II es porque llegó de segundo) y de seguro que exclamó que “A la tercera va la vencida” es decir, que dentro de “18 años” él es ganador.
Es de advertir que tres períodos presidenciales son el resumen de 6x3 años y si no mal multiplico eso da “18 años”.
¡No se trata de un problema de ética sino de taquilla, helos ahí!
Pero, mientras tanto, el trapiche gira y gira, muele y muele; es que a Capriles le pega esa de Simón Díaz que reza así:
Merced se está
bañando en las orillas del río / mis ojos la están mirando pero es
de enemigo mío / yo no quisiera mirarla pero no tengo la culpa
/…con flores de ¡Chupa, chupa! /…la Merced no se veía…/ el caimán
(patrullero) patas arriba dormía de lo más sabroso /…le di el pésame
en el acto…