Seré presidente de Venezuela –quieran o no- y además el presidente más joven, posiblemente a nivel mundial y mandaré con las misiones conformistas de mis sueños bien arrimado a la conciencia oligarquía con el calorcito de la Casa Blanca, quien me atizará con su apoyo el camino a seguir y me pondrán a girar de Norte a Norte sin declinar por el Sur, es decir, que no reconoceré jamás, eso que el Sur también existe y, no me plegaré a ninguna componenda que roce en algo al Norte.
Hago constar que una vez encaramado en el poder: nacionalizaré el petróleo y a PDVSA y volverán las regalías de acuerdo a las intenciones de las trasnacionales y de mi amo, cualquiera sea el mandatario yanqui que, con la luz verde encendida de sus atribuciones, nos saldremos de la OPEP que bastante nos ha perjudicado y nos ha puesto a depender del precio del petróleo con ese valor tan alto que distorsiona a las naciones industrializadas y nos pone a vagar por el mundo como una nave sin principios dentro de la economía continental y por ello traeré al Banco Mundial para que nos oriente con su sabiduría neoliberal a organizar nuevamente a este país en la órbita de la justeza de la empresa privada.
Descontaminaremos el agua de los ríos, lagos, quebradas y tuberías y eso es sumamente fácil aumentando, la cantidad de cloro que por desconocimiento de asimetrías hidráulicas y mala técnicas de actuación de este gobierno: ha descuidado ponerle más cloro al agua, lo que ha traído como consecuencia que cada día son menos los que se bañan y ahora que el precio de desodorante bajó son dos situaciones que incomodan al más culto del aseo personal que la pudrición es tal que a escala mundial estamos a la par de Europa, pero yo sí me baño, por lo que no estoy hediondo y mis sobacos están empolvaditos de buenas intenciones de seguir adelante radiante de que todo lo vamos a enderezar y no habrá más acaparamiento desleal y el río de nuestras emociones estará fluyendo por gravedad celestial y, el lucero de las tormentas económicas y sociales lo mandaremos para Cuba a refugiarse en el empeño de las desigualdades que allá adormecen a los Castros.
El futuro de Venezuela conmigo estará asegurado para siempre, porque el pasado como pasado dejará de existir y la bendición de dios nos vendrá para quedarse y cada vez que sea necesario traeremos al papa para que nos rece y nos arrume de fe desinflacionaria a ver si nos limpiamos de trece años de desprogreso continuado y le pintaremos la cara de alegría rabiosa a nuestro país y con eso estoy demostrando que yo también pienso en grande y es tan así que el que habla claro se le entiende y quien quiere y ama tiene el derecho de soñar y como con el futuro no se juega: seremos lo queramos y en eso estoy clarito que acabaremos de inmediato con la fatiga diaria que nos inyectó la flojera de estar viendo hacia arriba a ver que nos mandaban los otros astros y eso también es pasado, por lo que nuestra conjugación armónica: será presente-futuro.
El que quiera embarcarse en este autobús de puertas abiertas, tendrá cabida siempre y, cuando nos acepten tal cual somos: unos apasionados incondicionales del progreso sin rumbo fijo, ya que lo que pensamos como pensadores que no somos es ilimitado dentro de las ondas hertzianas que abarcan nuestro espacio y ese espacio se espaciará de ambiciones dentro del tren progresista centro-izquierda que vamos a recorrer en lo adelante con la paz sin clases que está a la vuelta de la esquina y de allí no nos sacará nadie, ni a empujones, ni caeremos jamás en contradicciones, ni en ofensas personales, seremos un “yo” de dimensiones especiales.
Y él que no me crea está mal aconsejado o, no me conoce que por donde he pasado he dejado buena estela de felicidad y que pronto será de todos, ya que el todo es mayor que las partes -quizás con algunas excepciones que no vienen al caso mencionar- y que como hombre de palabra cumplo lo que haya que cumplir y si no lo mismo da, ya que la regaladora que teníamos se acabará en lo inmediato y, quedaremos mejor para recibir.
Sé que he dicho y no he dicho y no dejaré decir en lo que queda por delante hasta el 7-O, en que él o yo estaremos decidiendo el futuro, pero como el futuro nos pertenece a nosotros, entonces seré yo y solamente yo y nadie más que yo que así me han dicho mis consejeros que diga. No tapo ni oculto verdades que me desnuden sin decirlas y, el que no sabe no sabe y como toda cabeza es un mundo, la mía está repleta y que de cinismo como creen y dicen otros, lo cual no es cierto. Y para que vean que yo no soy mala persona: prefiero mejor al presidente Chávez en la oposición que en el gobierno –o no.
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