-¿Qué sería de ustedes los chavistas y demás lumpen partidistas sin mí en esta contienda electoral? ¿De qué les serviría que fuera otro? Si al fin y al cabo lo mismo da en campañas de jergas camufladas de malas intenciones. Ya que cualquiera que hubiera sido el escogido por la “oposición democrática” tendría los mismos méritos políticos y ciudadanos que calzo yo si en tal caso hubiera sido el ideólogo Pablo Medina o la insobornable María Corina más lúcida que María Antonieta en sus años de moza.
-¿Entonces, de qué se quejan? Si tienen la horma de sus zapatos en mí que, cada día que pasa: estoy más a tono con la realidad socio-política de este país que ve en mí su salvador parejo, su santo patrono comedido de las causas justas, su Ezequiel Zamora a pie.
-Como habrán observado he recibido de las barriadas populares más besos en mis mejillas que cualquier papa de visita por el mundo y la gente me siente y me padece que es tanto su amor en contra oferta por mí que frase que vomite untada de intriga me aplauden y se ríen a más no poder que me come las volutas de mis sueños y, los diarios y demás medios lo resaltan con dedicación exclusiva sin pantomima alguna.
-Desde pequeño, creo que aún gateaba, me marcaron en señalarme con toda razón de especulación de causa-efecto que sería un inaudito político de las palpitaciones del poder que, exigen una compostura sui generis de reconformación hacia los poderosos económicos que vagan de fe en el círculo que acomoda el plano de la esperanza de la conformidad que se ajusta a la dinastía que atrapa a la burguesía: doña y ama de nosotros y, años después andamos metidos en el autobús de la ruta urbana y extraurbana cazando bobos.
-Quien lea con detenimiento la Historia me hallará en ella de cuerpo presente, pues quienes la escribieron me tomaron más de ejemplo que como modelo en ella, pensando en mí y me zambullo en su conformismo para más nunca salir sin haber generado la capacidad que me inquieta, por eso voy confiado a demostrar a que seré un gran presidente que no hará Historia, sino más bien me toca desandarla en línea recta en apología a mi condición humana como un cíclope de las edades pasadas.
-Soy batallador nato que remonta las parcelas de las desigualdades con un rasero de emoción que cobija la fertilidad de las mentiras, las que invaden un presupuesto sin igual en las antípodas de la malcriadez y como tal en mi verbo encajo el lema de “hasta la victoria siempre”, que secundará el aire de las franquicias cuando seamos el autodidacta ejemplar de la estadística que se tragará las finanzas de la supervivencia de los venezolanos que los haga girar en la elíptica neoliberal del mundo y se verán a si mismos como si vivieran en el resplandor europeo.
-He dejado lo mejor de mis ideas en la redacción de mis pensamientos políticos que no confunden a nadie y más bien aglutinan mayorías inconformes con rabias indecisas y creo que alcanzaré el visto bueno dentro del concierto popular como el más sagaz de resguardar la panorámica venezolana de la propiedad privada y, el conjunto como la mayoría afines tendrá que soportarme hasta el 7-O en que otro gallo cantará y con voz de odio hago constar ilusionado de placer que soy él mismo que ustedes se imaginan, que como único dato diré que Venezuela será grande como lo seamos nosotros mismos y que no dejaré jamás de llamarme Capriles Radonski que el Henrique se perdió de vista entre los cuatro millones que no toman agua potable cantando la canción: "Ríe payaso".
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