El pasado de 11 de abril se cumplieron diez años de los acontecimientos que apresuraron el derrocamiento del presidente legitimo de nuestro país y que a la postre consumaron el primer golpe de estado del siglo XXI, luego de la ardua y sangrienta jornada de aquel fatídico jueves, cuyas acciones, omisiones, pronunciamiento de militares traidores y francotiradores dispuestos en las azoteas de los edificios por donde transcurriría la anunciada “marcha pacífica”, formaban parte del guion fríamente elaborado para dar el zarpazo y herir de muerte al proceso de cambios de raíz profundamente democrática que empezaba a tomar fuerza y a desarrollarse bajo el liderazgo del Presidente Chávez.
Es preciso que recordemos que previo a los días del golpe, los venezolanos fuimos sometidos a la más brutal campaña mediática, sin precedentes, dirigida a caldear hasta su máxima expresión los ánimos de los compatriotas que por distintos motivos se darían cita aquella mañana a la marcha hacia PDVSA Chuao, y cuyo destino final sería el palacio de Miraflores, escenario donde se desarrollaría la llamada “batalla final” tal como lo anunciaba en sus titulares la “cloaca mediática” de El Nacional en su edición especial extraordinaria de aquel once de Abril.
Tras la estela de sangre, dolor y las vidas de venezolanos que cayeron por la bala asesina en la tarde noche, seguidamente durante la madrugaba del viernes doce de abril, en las siguientes horas nefastas, la represión al pueblo que aun continuaba en las calles de Caracas y el interior del país, así como la persecución a funcionarios y lideres bolivarianos era la orden del gobierno de facto, tal como ocurrió con la captura y detención del ministro de Relaciones interiores y justicia en funciones, Ramón Rodríguez Chacin, y la del diputado a la asamblea nacional Tarek William Saab, transmitidas en vivo directo por los medios golpistas.
Igualmente la ejecución de allanamientos en todo el territorio nacional, la toma por la fuerza de instituciones públicas tales como la sede de Corpozulia en Maracaibo, y la sede de la gobernación del estado Táchira con la detención del gobernador legitimo de esa entidad Ronald Blanco La Cruz, hasta el violento asalto a la embajada cubana por parte del hoy flamante candidato presidencial de la mesa de la ultra derecha, caracterizaron el accionar de estos traidores sedientos de venganza.
Aciagos días de impunidad, locura y fascismo puro.
Esas cúpulas golpistas, con el apoyo de los operadores de siempre, continúan asechando a la revolución bolivariana, ellos saben que no será con el fascista asaltante de embajadas, que lograran volver a gobernar, el pueblo de Bolívar, así como lo hizo el 13 de Abril, lo confirmará, con la derrota electoral que les propinará el venidero 7-O, ellos lo saben, por eso tienen su plan B. Alerta pues!