Se les está acabando el pueblo

Pildoritas 34 (Año V)

¿Saben a qué conclusión he llegado y deben haber llegado quienes tengan aunque sea un poco de capacidad de raciocinio, categoría en la que se colocan por fuerza de los hechos y de la realidad estadística todos los encuestadores, que como en otras oportunidades no se han atrevido a falsear sus resultados pues sería muy evidente?: A que el único consuelo que le va a quedar al majunche y a su majunchismo después de la derrota electoral que se van a llevar el 07 de octubre no es otro, que el de haber tenido el orgullo de competir con un monstruo de la política venezolana, que más que un líder es un fenómeno dentro de esa pléyade de  personajes que muy de vez en cuando, aparecen en algunas sociedades del universo-mundo y que luego de trascender por sus acciones y obras pasan a la historia como los imprescindibles de una época, en que hicieron lo que tenían qué hacer y dejan una huella imborrable e imposible de superar.

Ese es Chávez, quien no sólo encuadra muy bien en aquella frase muy acorde que usó García Márquez para titular su maravillosa obra sobre el Libertador; “El hombre de las dificultades”, sino que ha permitido a las generaciones de venezolanos que en los últimos doce años hemos convivido para observar los hechos que se han sucedido en la Patria venezolana, poder comparar aquello que tuvo que vivir el Padre de la Patria, guardando las distancias y circunstancias de una guerra cruenta con la que hoy se libra cuando sobre los hombres como Chávez reposa la enorme responsabilidad de luchar contra un imperio todopoderoso y dispuesto a lo que sea para apoderarse del mundo.

Por ello es que a partir del 07-10 el majunche devenido en hazmerreír de esta etapa de la política venezolana, no solo por sus veleidades, sino por sus dificultades para manejar el lenguaje y por ende las masas, verá como su currículo crecerá, con la no despreciable alusión a su condición de candidato contra un fuera de serie como Chávez.

Es lo más que podrá lograr, es lo más lejos que podrá llegar, no sin antes pagar el precio de su atrevimiento, precio que se traducirá en un anonimato dentro de la política venezolana porque después de una actuación tan pobre, no sólo a  él sino a sus mentores, lo que le quedará será la amarga experiencia de una derrota tan contundente que marcará historia, pero que también les obligará a ser más realistas y caer de una buena vez en cuenta que a este pueblo de la era de Chávez no se le puede engañar con mentiras, negando una realidad que se está viviendo y palpando con sólo voltear la mirada alrededor. Quedará la experiencia para quienes quieran hacer política en el futuro que si no hay temas para debatir, que si no hay ofertas que prometer sencillamente porque como en el caso venezolano, todas están cumplidas o en desarrollo, no se puede optar por el engaño e intentar convencer a quienes han llegado a la conclusión de que la única vía para lograr arañar la felicidad, es el socialismo y por ello su decisión de no regresar a un pasado oprobioso, es irreversible y que quienes se oponen a ello, o se suman, o cada vez que haya que contarse quedará demostrado que se les está acabando el pueblo. yuviliz40@hotmail.com



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Saúl Molina Z


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