Nadie podría negar la nueva realidad que se le presenta al estado Táchira con el nuevo candidato revolucionario que ocupará la gobernación después de las elecciones que le darán el triunfo al Presidente Hugo Chávez.
Los únicos llamados a negar esta realidad son quienes están sentados en la oposición premajunche, responsables de haber diseñado la nomina paralela donde estafando a la nación con mas de cuatro millones quinientos mil bolívares fuertes, es decir mas de cuatro mil quinientos millardos de bolívares de los de antes.
Ahora a los revolucionarios se les presenta la responsabilidad de fortalecer nuevamente el poder popular e inclusión en aquel estado de Los Andes venezolanos.
El pueblo del Táchira es testigo y victima de un gobierno opositor, han tenido que soportar la imposición de un régimen de ultra derecha en estos últimos tres años y tanto de gobierno copeyano, pueden dar fe al país de cómo deben cuidarse los logros de la revolución y no dejarse atravesar por la intención divisionista la cual le hace daño es al pueblo.
Ahora con la ayuda directa del Ministro de Interior y Justicia y candidato a la gobernación Tarek El Aisami, será un mandatario regional con los poderes del pueblo y de la constitucionalidad nacional.
Con la futura gestión de Tarek El Aisami, todos seremos participes de una evolución en revolución bolivariana y socialista del siglo XXI en esta importantísima entidad.
Sin dudas que los problemas más difíciles a resolver en este estado deben ser solucionados con la participación sólida de la revolución, pues la meta es prepararse para un futuro deseable, donde pueda habitar de nuevo la tachirensidad, verdadero gentilicio de esta vasta y rica zona fronteriza.
Retomar nuevamente este importante estado no será una “Quijotada”. Levantar los retos de un nuevo gobierno regional deben ser el comienzo por acabar con la negligencia a la que acaban de llevar a la actual gobernación opositora.
Para esto la maquinaria chavista avanza con coherencia, organización y propuestas colectivas sin creer en los imposibles.
La actual gobernación opositora y altamente corrupta, juega en su ataúd y solo falta que con el triunfo revolucionario de Tarek El Aisami, estos sean enterrados por el vuelo del tornado revolucionario.
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