Ya pasamos el 7 de mayo y el tiempo va marchando presuroso, trazando las coordenadas que definen unívocamente el recorrido que falta para la gran victoria revolucionaria del 7 de octubre. Son 126 días los que faltan, de cielos abiertos y noches de estrellas titilantes, que con cantos de alegría y las emociones mas esplendidas por la realidad del futuro, vamos mirando hacia el horizonte con los ojos de la fe, llenos de energía y dejando atrás las dudas espirituales y las inquietudes del alma.
A pesar de los odios opositores y la marca de las bestias de la Cuarta República, de sus irracionalidades y su intolerancia hacia la verdad de los tiempos y hacia las más altos ideales de la patria, la semilla de la revolución va afincando sus raíces en el corazón de millones de venezolanos y venezolanas que hoy respiran con aliento de vida sintiendo el aroma de los vientos que soplan destellos de victoria con gotas de rocío y corrientes cristalinas
Contando a partir del 7 de mayo, sólo faltan 126 días para las elecciones presidenciales del 7 de octubre en nuestro país; por ello debemos activar y despertar el potencial intelectual, las fuerzas del pensamiento, las facultades de los sentimientos y de la acción política para defender con los votos lo que peldaño a peldaño se ha logrado en el tiempo revolucionario. Sabemos que el futuro significa lucha y avance; representa trabajo, esfuerzo y logro. Entender eso y comprender el significado del proyecto y la doctrina revolucionaria es el verdadero nacimiento de la conciencia. El que vivimos es realmente el periodo de horizontes en expansión, donde está naciendo el verdadero carácter nacional de influencias saludables que desenmascara la inmoralidad de la intolerancia opositora y su lucha irracional contra la revolución y sus estamentos de legalidad.
Son 126 días los que faltan hasta el 7 de octubre y los tiempos de la victoria revolucionaria están definidos y el ambiente se tiñe con el color emocional de la realidad, donde ya no hay espacio para los escombros errantes ni para los burdos y titubeantes discursos de la oposición. No debemos desmayar ni un instante en apoyar al comandante Chávez durante su difícil lucha de vida revolucionaria. Con la mirada puesta en las metas del infinito sigamos luchando para evitar que las hienas del puntofijismo y su enjambre de mariposas vuelvan a gobernar este país. Con nuestra fuerza material, intelectual y espiritual ocupémonos de eso para que el pueblo vaya tranquilo y sereno, aprendiendo a vivir en socialismo.
Sabemos que la historia política de los pueblos no es sino la crónica de la eterna lucha por el poder, pero en nuestro pueblo poco a poco se han ido rompiendo las cadenas de la ignorancia política, donde la revolución ha dejado de ser una idea para convertirse en una decisión que marca un plan de acción respaldada por un proyecto nacional y un proyecto de gobierno
Los pueblos crecen conscientemente por la fuerza, poder y persistencia de sus propias decisiones, entonces vamos a apropiarnos de esas decisiones y en un acto de voluntad consciente y deliberada dar lo mejor que hay dentro de nosotros para realizar hasta lo imposible por preservar el triunfo revolucionario.
Politólogo
eduardojm51@gmail.com