En la política revolucionaria la cuestión de la lealtad es fundamental. No es una opción, su carencia no puede ser sustituida por algún otro valor que “equilibre” a un cuadro, dirigente o militante. Es un asunto que solo se puede ver en blanco y negro. Se es o no se es Leal.
Nuestra historia, llena de deslealtades, nos otorga ejemplos vivos de los dirigentes que claudicaron por mezquinos intereses, se desviaron para la satisfacción de ambiciones e intentaron derrotar las causas justas por las que el pueblo venezolano no dejara jamás de luchar. Páez traiciono a Bolívar, Falcón traiciono a Zamora. El consuelo de Manuelita y Simon Rodríguez fue colocar nombres de traidores a sus perros: Santander, Mariño, Bermúdez.
Injusta e interesadamente se ocultan y desmejoran los nombres de los Leales: Sucre, Urdaneta, Lacroix, Rodríguez, Manuela, y otros tantos fueron despojados de su vida o apartados de la escena publica para “evitar” que la causa bolivariana floreciera con las virtudes, sentido y dirección del Líder de la Revolución de Independencia: Simon Bolívar.
Conviene decir que los traidores jamás estuvieron del lado del Líder Revolucionario, más bien encontraron momentos para huir de la causa, que no le era propia, y condujeron sus vidas por los derroteros personalistas que siempre le fueron motor de existencia.
Igual ayer que hoy, este es un asunto para ser observado en aceras contrarias. No hay matices en la conducta leal a las causas revolucionarias, al Líder de la Revolución y al proyecto que el conduce y encarna. Los que no son hoy, no fueron ayer y los que se dejen de ser mañana, es porque en realidad, hoy no son. Un trabalenguas donde se quedan enredados los que colocan sus cálculos sobre los intereses superiores del pueblo, que debe ser siempre el conductor de su propio destino.
La lealtad de Chávez al pueblo, como Líder de la Revolución Socialista Bolivariana, debe ser la misma de la dirigencia hacia el y hacia su causa: que nos llevara a la redención social, política y económica de Nuestra America.
No hay plan b. La revolución es el plan.
cesartrompiz@gmail.com
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