La campaña que se viene realizando, en el frente oposicionista, por lograr la tenencia nuevamente del poder, saca los sentimientos mas bajos de los seres humanos, de estos individuos que alguna vez en su pasado, tuvieron y gozaron de privilegios mal habidos, que hoy añoran y los hacen despotricar, contra un presidente electo democráticamente y vuelto a elegir y ratificado en su mandato, bajo las órdenes del pueblo según las leyes de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que solo desea distribuir la riqueza de Venezuela equitativamente, a través de un sistema igualitario, como es el sistema socialista.
El pseudo dirigente señalado, en su pensamiento neoliberal, cree que Venezuela se estaría liquidando cuando todos los recursos del suelo y el subsuelo patrio, deben estar en manos del pueblo, distribuidos en servios asistenciales y sociales que hoy benefician a todo un colectivo.
Este personaje del pasado, marioneta del colonialismo imperial, se olvida que durante gestiones gubernamentales del pasado, donde él fue vocero y representante protagónico de aquella Venezuela saudita, donde su compadre Carlos Andrés Pérez, jugó el papel de primera figura, donde el “está barato dame dos”, era la etiqueta de todos nosotros, porque nos metieron a hacer el gran papelón a todos los venezolanos, cuando fueron muy pocos los que gozaron de las mieles de la opulencia, dejando nuestro capital en manos de quienes desean que hoy vayamos a hacer lo mismo, países como Estados Unidos, que fue el receptor de aquellos nuevos ricos, provenientes de las Instituciones Públicas, que rasparon la olla para gozar las delicias del poder y el dinero, abandonando al pueblo, verdadero dueño del tesoro venezolano. Hoy ese pueblo recibe ese capital, a través de los logros alcanzados con nuestro presidente al frente. Ahora viene un dinosaurio congelado del pasado, a hablar gamelote en los medios de desinformación a su disposición.
Definitivamente la sociedad civil majunchiste fue arropada por la desesperación, asomando sus bajos instintos, con mentiras y frases desatinadas que no tienen eco ni entre sus seguidores.
Mas nunca volverán, ya aprendimos a leer y a escribir, tenemos un maestro en Miraflores, que estará mientras el pueblo lo quiera, como dice la canción aquella… pasarán mas de mil años y muchos mas, pero ellos no volverán.
Viviremos y venceremos
