Duke Ellington…
Estamos en la antesala de una campaña electoral, donde hay que ir analizando, y corrigiendo los errores en las tácticas electorales, el no analizar esto con mucho tino, entraríamos en la antesala de una derrota en la estrategia electoral del 7-O. Es ahí donde, la autocrítica y el análisis coyuntural deben entrar de inmediato, para ir analizando la fortaleza y debilidad de nuestro candidato Hugo Chávez Frías. Cada acción de esta pre-campaña tiene que ir siendo analizada para no perder el voto duro de la revolución bolivariana, y no entrar en una campaña electoral que va a ser muy reñida, y desde ya, empezar a auto engañarnos. Eso lo saben los estrategas políticos del candidato opositor Capriles Radonsky. Como también saben que si su candidato no levanta vuelo, tienen de sobra aspirantes y puede ser “sustituido”. Sobre el “jefe de campaña” recae toda la responsabilidad del éxito o el fracaso de lo que suceda el 7-O, así son las reglas en una guerra.
Esta es la razón cuando se analizan como ejercicios los escenarios de la derrota, para los dirigentes aspirantes a candidatos presidenciales del PSUV, en el supuesto negado de que Hugo Chávez no participe, y a los cuales los señalan las empresas encuestadoras: Maduro, Jaua, Adán, y ahora el ‘afiche’ de Diosdado Presidente; un ejercicio de táctica electoral que no le veo nada de complicado ni atisbos de traición, ni por que escandalizarse: ¿los cuatro pueden ser derrotados por el candidato de la oposición?
En todo proceso electoral hay que incluir el elemento derrota, hay que actuar como demócratas socialistas, y asimilara la derrota en este siglo XXI moderno: “Un revolucionario se fortalece cuando acepta su derrota”, ejemplos de todo tipo hemos tenidos en estos 13 años de revolución bolivariana; cuando Hugo Chávez, ha reconocido el triunfo de sus adversarios el 2D del 2007, y cuando nos derrotaron el 2008 en la Alcaldía Metropolitana, y en varias gobernaciones y alcaldías en la geografía nacional, por esa razón la estatura política de Hugo Chávez es hoy más grande.
Pero también degustamos y recordamos, el sabor de las victorias políticas. Los análisis más serios sobre la trayectoria del monaguense Diosdado, cuando fue derrotado por el alcalde Capriles en la gobernación mirandina. Diosdado sabe lo que es padecer el sabor amargo de la derrota, y como ninguno de los otros tres pre-candidatos del psuv según las encuestadoras, pretende resurgir de sus propias cenizas y trascender su propio liderazgo nacional para ponerse a un ‘pelín’ de la silla presidencial. En este sentido, el ‘afiche’ ha superado a su peor enemigo –el miedo estalinista de los otros tres-, a su propio mentor Hugo Chávez, y otros ex compañeros de armas, de muy tristes recuerdos.
Sin embargo, este 2012 podría ser la prueba más complicada para él, porque de Hugo Chávez no ser el candidato y ser derrotado –de ser el candidato presidencial del psuv Diosdado- no tendría otra oportunidad para resurgir seis años después como muchos de sus seguidores piensan. Ya no podría lanzar ‘granos de maíz’: “Con Chávez todo, sin Chávez nada”. ¿Entonces, qué sería de su liderazgo después de esta elección del 7-O? ¿Y su futuro en el psuv?
Vayamos a un escenario hipotético: Diosdado perdería porque no gustó su candidatura en las preferencias del electorado revolucionario, y si bien logró repuntar y obtener el segundo lugar en las preferencias electorales, no fue lo suficiente para alcanzar su sueño dorado, y sus deseos de ser el presidente de Venezuela. Para sus críticos de siempre, el candidato de la revolución se perdió en una campaña, sin discursos propios, sin solidez en las propuestas socialistas, y desdibujado ideológicamente del proyecto bolivariano. Para sus seguidores internos, hubo manipulación de las conciencias del pueblo por parte del candidato de la derecha opositora, coacción del voto, intervención del imperialismo, y fue víctima de la campaña sucia. Nadie dirá nada de la falta de motivación en la campaña electoral, y de la falta de autocrítica.
Pero hay un elemento que al parecer se está construyendo, y es un escenario alterno, en caso de que no sea Hugo Chávez el candidato, y no es precisamente “Diosdado”. Algo como lo que escribió Friedrich Nietzsche en “Así habló Zaratustra”, donde el protagonista de la misión 7-O, descubre una visión distinta del tiempo que le provocó su convalecencia. Cuando el comandante-presidente, que mencionó a Zaratustra, reaparece en la escena electoral entre el 1 y el 11 de junio ante el CNE, luego de varios días de reposo, donde la militancia lo vitorea diciéndole que es el comandante de la revolución bolivariana.
Es la teoría del retorno donde el hombre logra transformarse en el ‘Übermensch’ cuando logre pelear sin miedo otra vez. Eso lo sabe bien la oposición venezolana.
La revolución bolivariana, por su parte, y a diferencia de la oposición, debe ir a una revisión a fondo de sus liderazgos, y de cómo salir fortalecido para los próximos procesos electorales sin ser una fuerza política testimonial de Hugo Chávez en el escenario político. El nuevo poder que saldrá será la fuerza que la cohesionará con el pueblo venezolano, y la pondrá a prueba para trascender de la elección presidencial, y ganar gobernaciones el 16-D, donde acecha la oposición como opción de gobierno en varias regiones del país.
Siempre he estado luchando contra la corriente, las contiendas electorales siempre son complejas, nunca han sido parejas, muchos dirán que esta opinión mía no es una realidad, y que es pura ficción, y el porcentaje de ficción en realidad se lo pondrá el lector camarada Diosdado. Es fácil hacer un ejercicio de ficción política, cuando se utilizan variables de las realidades políticas, y muchos se darán cuenta que son mas menciones de estrategias que otra cosa, con muchos mas realidades en las ciudades con mayor peso electoral, que en las de menor peso etc.
Esto por un lado, por el otro lado ha quedado de manifiesto que al pueblo hay que darle calidad de vida, con eficientes servicios públicos, ningún otro candidato ha tenido en este país tantas muestras de apoyo de la gente como Hugo Chávez, amanecerá y veremos.