Las oposiciones a las políticas sociales-humanistas, a las políticas nacionalistas-históricas, a las realidades antropológicas-religiosas y sociológicas-filosóficas al sur del río Bravo son realidades que se expresan en una sólida y coordinada geopolítica que “comulga” estrechamente con la geo-estrategia de Washington en su reingeniería de la “Doctrina Monroe”; es decir, debemos, obligatoriamente, ponernos muy serios a niveles del Poder Popular regional en los actuales escenarios en “pleno desarrollo” tanto en Paraguay como en el marco de la campaña electoral en escenario actual en Venezuela o “vamos a llorar al Olimpo”. Para decirlo en frases sencillas, nada tendría de extraño que comencemos a conocer expresiones del “Plan Cóndor” adaptado a las actuales realidades “democráticas yanquis”. ¿Estamos conociendo y analizando con el rigor requerido las actuales políticas estadounidenses tanto en las confrontaciones internas en el marco de la campaña electoral y las “crisis presupuestarias” del Pentágono en ese triángulo conformado por Obama-Romney-Pentágono y las expansiones imperialista “tipo siglo XIX” en la “nueva política Obama” (JVR dixit)? No se trata de apuntar con el dedo a Washington sino conocer los porqués de sus actuales políticas de “bajo perfil” hacia los países al sur del río Bravo (léase, por ejemplo: “Fast and Furious” como política ejecutada de exportación de armas a México; la no declaración de Hillary Rodham Clinton sobre el “golpe de Estado” en Paraguay cuando se muestra como adalid de los Derechos Humanos y “amiga” de América Latina, stop being “pendejos”).
Para nadie es un secreto las debilidades objetivas del gobierno del ex–Obispo Fernando Lugo. Quizás a Lugo se le olvidó que aquellas políticas de los jesuitas se desarrollaron en siglos pasados. Quizás sus visiones teológicas de transcendencia obligadas no eran tan terrenales. Quizás hasta sus asuntos personales (léase: salud y contradicciones catequistas) hayan sido sus propias debilidades políticas. Quizás no estudio en profundidad las contradicciones entre el “Catecismo” y la “Teología de la Liberación”. Quizás hasta se cansó del cansancio. Es, en definitiva, un ser humano normal y corriente con sus fortalezas y debilidades pero en “alta política” esas “cualidades y defectos” son ventajas para los enemigos políticos aún cuando, en lo personal, no haya estado presente sino la “buena voluntad” de ayudar al prójimo.
Ante la realidad objetiva del “golpe de estado institucional” en Paraguay contra el Presidente constitucional y democráticamente elegido, Fernando Lugo, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, expresó lo que podríamos aceptar como el “ideario libertario” latinoamericano cuando precisó que con dicha acción violatoria de los derechos humanos no solo al Presidente Lugo como también para la sociedad en pleno paraguaya “…se ha violado todo proceso de debida defensa…los derechos elementales democráticos…se ha consumado un acto bochornoso…” (PSUV. Página web) pero estamos aprendiendo y aprehendiendo “teoría política” en praxis fascista cuando las modalidades de golpe de estado han incorporado una nueva teoría-practica: “golpe de estado institucional” cual quizás nos retrotraiga a aquella acción de Adolf Hitler y sus acólitos nazistas cuando buscando controlar el poder ejecutivo atacaron el legislativo. En esos escenarios, nos preguntamos: ¿cuál país-gobierno y cómo será la metodología que las derechas, los fascismos latinoamericanos y el militarismo anti-comunista pondrán en ejecución para derrocar a los gobiernos del Poder Popular y reemplazarlos por gobiernos neo-liberales-fascistas siglo XXI?
Nos vemos en la obligada ética intelectual de exponer nuestras ideas conceptuales sobre diferentes precisiones político-ideológicas que hemos incorporado en estas líneas. La primera precisión se correspondería con el calificativo: “fascismo latinoamericano”. En un principio consideramos calificar esos comportamientos socio-político-ideológicos como “fascismo en Latinoamérica” y/o “fascismo para Latinoamérica”. Consideramos que debemos ya aceptar que tenemos un “fascismo latinoamericano” donde, a diferencia del fascismo-nazismo-franquismo, se apoya en los sectores militares pero con una baja participación de, permítasenos, “bandas armadas” pero sin símbolos identificables (sugerimos la lectura del capítulo 1: “Algunas reflexiones sobre la filosofía del hitlerismo” en “Los imprevistos de la Historia”. Emmanuel Levinas. Ediciones Sígueme. Salamanca, 2006, pp. 25-36).
Como segunda inquietud tendríamos lo que se ha denominado como “golpe de estado institucional”. No vamos a explicar lo que es obvio pero nos permitimos trasladar esa praxis fascista con el desarrollo de la matriz de opinión que la oposición venezolana viene exponiendo, cuasi diariamente, con respecto al Consejo Electoral Nacional. Esa matriz de opinión trata de imponerse no solo en lo fundamental cual es el no reconocimiento del CNE sino de sus obligaciones como son las capta-huellas, los listados electorales, sembrar la duda en las (género femenino) responsables del CNE, por solo mencionar algunas variables y futuros escenarios.
En ese mismo orden de ideas, deberíamos diferenciar entre los fascistas latinoamericanas y, concretamente, las venezolanas y las derechas al sur del río Bravo. Bien le preguntó José Vicente Rangel a su entrevistado (José Vicente hoy. Televen. Caracas, 24 de junio, 2012) sobre aquellos políticos de la MUD y responsables-miembros del “cuartel general” del candidato Capriles Radonski que se niegan, vehementemente, a reconocer al árbitro electoral (léase: CNE) frente a la posibilidad de miembros políticos de las derechas que podrían opinar, quizás en privado, sobre la legitimidad, legalidad, seriedad y profesionalidad del CNE. Llamamos su atención porque consideramos que si deben de formar parte de las derechas no-fascistas latinoamericanas y allende las que “juegan” a la Democracia (con mayúscula) aún en estos momentos de re-estructuración del Estado burgués hacia la constitución del Estado socialista de participación obligada del Poder Popular.
Por último, en el escenario actual latinoamericano hay presencia de un militarismo anti-comunista. Es de toda curiosidad la “pasiva” (sic) actitud del sector militar paraguayo ante la inconstitucional evidente, demostrable y hasta vulgar del cuerpo senatorial (como romanos-católicos) del “juicio legislativo” contra el Presidente Fernando Lugo. Un otro ejemplo podría ser las contradicciones que se desarrollan en la República de Colombia cuando aún no ha salido un vocero del sector militar para definir las políticas precisas sobre “asuntos internos” como respuestas a declaraciones de “jarrones chinos”.
En ese orden, la realidad política actual al sur del río Bravo con relación al desarrollo de las praxis políticas cuando ciertos gobiernos aún gobiernos de derechas (léase: Colombia) vienen desarrollando paradigmas humanistas (léase, por ejemplo: las Misiones), nacionalistas (léase, por ejemplo: Argentina y su industria petrolera), antropológicas (léase, por ejemplo: Bolivia), económicas (léase, por ejemplo: Nicaragua), por mención, están siendo de preocupación seria a Washington y, concretamente, al Pentágono. Nos explicamos.
Hemos propuesto un estudio de la actual vigencia de la “Doctrina Monroe” en el marco de la “nueva política Obama” (JVR dixit) según las nuevas objetivas realidades de la reingeniería del capitalismo. Washington ha ido desarrollando su “nueva realidad” latinoamericana en lo militar (4ta Flota y consolidación de bases militares); en lo cultural (políticas impulsadas desde el Departamento de Estado con posible sede en la Embajada estadounidense en Bogotá); en lo ideológico (libros blanco washingtonianos acusando a gobiernos nacionalistas-humanistas, fundamentalmente, de violaciones de los Derechos Humanos de personas incursas en delitos como son los asilados políticos en Miami, básicamente y de ser inoperantes ante el tráfico de drogas y lavado de dinero); en lo económico (Washington con la imposición de acuerdos económicos que afectan las economías locales y favorecen los sectores económicos estadounidenses como, por ejemplo, Panamá y Costa Rica). Pero en ese escenario, Washington no ha podido evitar no solo el crecimiento de Brasil (PIB) sino su posicionamiento como potencia en desarrollo tanto regional como en el marco de los BRICS. En este específico escenario, Brasil tiene objetivas ventajas vis a vis Washington en cuanto a sus relaciones no solo bilaterales sino regionales (léase: Mercosur, UNASUR, CELAC).
Los escenarios arriba propuestos obligan al Poder (Müller Rojas proponía) a tomar decisiones que le permita, a ese Poder, el poder desarrollar “bandas conspiradoras” como la actual en el proceso del “golpe institucional” en Paraguay al tiempo de poder utilizar a ese país mediterráneo como “cabeza de playa” para desarrollar políticas sustentadas en evidentes vicios y violaciones de ley (léase: droga, armas, lavado de dinero) que lleven a desarrollar el “caos institucional” en países limítrofes como Bolivia, Uruguay, norte de Argentina.
¿Qué hacer? Reimpulsar el Poder Popular.