Al imponer a
Felipe Calderón en la elección del 2 de julio de 2006, el PRIAN (PRI + PAN) y
el Pentágono “compraban tiempo” para consumar las asignaturas pendientes que Carlos
Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, no habían podido completar: la “reforma”
(privatización camuflada) del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado), la extinción de Luz y Fuerza del
Centro y la venta de PEMEX (Petróleos Mexicanos) al capital transnacional,
entre otros “mandados”. De lo pretérito, es evidente que resta la subasta –a
precio de gallina flaca- de la paraestatal del crudo y así se completaría la
tragedia de las masas. En pocas horas sabremos si la luz del cambio se posa
sobre el Zócalo capitalino o si –por el contrario- la ignominia logra asirse del
trono de la desesperanza. Todos conocemos la grotesca faz de quienes
representan el retroceso de México.
SI LA VOTACIÓN POR AMLO NO ES MASIVA, HABRÁ OTRO FRAUDE
No nos caeremos a
mentiras a estas alturas del partido: el aparato burocrático burgués dispone de
los mecanismos electorales, jurídicos y comunicacionales, para ejecutar un
nuevo desconocimiento de la voluntad proveniente de las urnas. Al igual que en
2006, el libreto de la plutocracia ha ido en ídem dirección: descalificación
rastrera de AMLO, posicionamiento de la tesis del “empate técnico” con el candidato
del “establishment” y campaña sistemática de miedo al equiparar el triunfo de
la izquierda con el acabóse del país. De lo que sí se ha cuidado la burguesía
en la campaña de 2012, es de comparar a AMLO con Hugo Chávez. ¿Por qué? Simple:
ésta cayó en cuenta de que tal símil no perjudicó, en 2006, al abanderado del
PRD (Partido de la Revolución Democrática) y más bien acrecentó las adhesiones
ciudadanas a su favor. Millones de personas en México, a pesar de la
manipulación mediática, saben quién es Chávez y lo que significa la Revolución
Bolivariana en América Latina, por tal razón, la derecha está consciente de que
utilizar al presidente venezolano en la disputa política interna podría
convertirse en un “boomerang” para el PRIAN. Sin embargo, la desesperación de
la plutocracia es de tal magnitud, ante el crecimiento de la opción AMLO, que
el infame ex mandatario, Vicente Fox Quesada, ha hecho gala de su incontinencia
verbal y ha atacado al candidato del Movimiento Progresista a través del tergiversado
contraste con Hugo Chávez. ¡Vaya metida de extremidades!
El reto de la
izquierda y AMLO, el 1º de julio, es derrotar la abstención y movilizar al
mayor número de personas a las casillas (mesas de votación). La única garantía
de que no haya fraude comicial el domingo, es que el triunfo de AMLO sea por
“knock-out” técnico. C’est-á-dire, la avalancha de votos debe ser tan evidente
e imparable que la derecha no tenga más remedio que reconocer –a regañadientes-
la victoria de López Obrador y la coalición de izquierdas. Vebigracia, si en la
Venezuela de 1998 Chávez no hubiese obtenido una holgada brecha de sufragios,
de seguro el CNE cuarto-republicano y el Pacto de Punto Fijo, se habrían robado
la elección a favor de Henrique Salas Römer (monigote del Imperio). La treta de
recontar los votos es un “periódico de ayer” y el IFE estará obligado a revelar
resultados el mismo día de la elección presidencial.
LA FATÍDICA HERENCIA DEL PRIAN: LA PRIVATIZACIÓN DEL
ISSSTE Y LA EXTINCIÓN ILEGAL DE LUZ Y FUERZA DEL CENTRO
El legado de expoliación
del PRIAN ha hecho un daño casi irreparable a la clase trabajadora mexicana.
Después de la orgía privatizadora de Salinas de Gortari, en el decenio de 1990,
en la que se remató Teléfonos de México al mejor postor y se enterró la
televisión pública azteca con la desaparición de IMEVISIÓN, Ernesto Zedillo
colocó la guinda del pastel y privatizó el sistema de pensiones del IMSS
(Instituto Mexicano del Seguro Social), en 1997. El ilegítimo Felipe Calderón
no podía hacer menos que sus arrastrados antecesores y propulsó la Reforma a la
Ley del ISSSTE, en marzo de 2007, la cual se aprobó con la aplanadora del PRIAN
en San Lázaro (sede del Congreso). Además de aumentar las cotizaciones y
disminuir el monto de la pensión, la fulana “reforma” lleva la edad de jubilación
de 60 a
65 años y entrega los fondos de pensiones de la clase trabajadora a los
conglomerados financieros privados. Lo anterior ya se ha hecho en Colombia y
Chile, lo cual ha acarreado desastrosas consecuencias para el proletariado de
esas naciones. La privatización de facto del ISSSTE es una cruda realidad en
nuestros días y sus víctimas lo padecen en carne propia: una incapacidad
(reposo) por una apendicectomía se extiende –a duras penas- por tres semanas,
cuando lo mínimo debería ser un mes, sobre todo si hay complicaciones en la intervención.
Por una hepatitis viral, una amiga nuestra recibió apenas cuatro días de
incapacidad, algo insólito. Ahora bien, ¿qué ocurre con los médicos del ISSSTE
y las incapacidades? Lo mismo que acontece en Estados Unidos con los galenos y
las aseguradoras privadas: estas compañías ofrecen pagos “especiales” a los
especialistas que otorguen menos licencias médicas o incapacidades por el
mínimo de tiempo de recuperación. Por lo anterior, yacen en riesgo las vidas de
millones de personas por la usura de doctores ansiosos de obtener el “estímulo”
económico de marras. Ya en el Imperio ha habido miles de muertes atribuidas a
ese perverso sistema de bonificación de las aseguradoras privadas y –por
desgracia- en México se perfila un idéntico futuro.
La otra mácula
del sexenio del PRIAN, es el decreto inconstitucional del 11 de octubre de
2009, acerca de la extinción de Luz y Fuerza del Centro (*), entidad pública
que suministraba electricidad al Distrito Federal y otras zonas de la República
Mexicana, desde 1903. De la noche a la mañana, más de 40 mil trabajadores
quedaron en la calle gracias a la irresponsabilidad de Felipe Calderón y su
mafioso entorno; en cualquier otro lugar del orbe eso se habría traducido en un
estallido social, pero en México el PRIAN se había asegurado, a través de la
militarización y la guerra de laboratorio contra el narcotráfico, la
neutralización de factores que perturbaran la “paz social”. El chantaje de la
violencia es un elemento que induce a la desmovilización de las masas y a la
atomización de la lucha sindical.
El 1º de julio el
PRIAN busca perpetuar su régimen de terror y desnacionalización de México. Para
hacer irreversible la privatización del ISSSTE, la liquidación de Luz y Fuerza,
entre otras infamias, el PRIAN necesita de tu voto. ¡No caigas en la celada!
LOS POSIBLES ESCENARIOS DURANTE Y DESPUÉS DE LA ELECCIÓN
DEL 1º DE JULIO
Los
revolucionarios no podemos desestimar los planes de la derecha continental con
respecto a México; por su tamaño e importancia geopolítica, el Imperio no puede
darse el lujo de perder a un aliado tan significativo en la región. Por tal
motivo, son variadas las hipótesis relacionadas con la elección presidencial
del 1º de julio.
· Fraude electoral exitoso: la diferencia entre AMLO y Peña
“Miento” es mínima, por lo cual se plantea la “solución” de ir al reconteo,
como en 2006. Sólo que las condiciones de 2012 son muy diferentes y la gente no
se quedará de brazos cruzados. Verbigracia, paradigmas creados por el
imperialismo como “la primavera árabe”, se revertirían contra EEUU y sus
aliados, ya que los mexicanos podrían tomar como símbolo la Plaza de Armas del
DF y aglutinar un movimiento de dimensiones extraordinarias que obligue al
Estado burgués a ceder en sus pretensiones, al menos temporalmente.
· Luna de miel y Golpe de Estado: el IFE da como ganador a
AMLO y la plutocracia juega al “wait-and-see” (esperar y ver). Buscará “enamorar”
a López Obrador y anotarlo en sus filas, así como trataron de hacerlo con
Chávez desde 1999 hasta 2002. Si AMLO no se raja, la burguesía comenzaría un
ataque inmisericorde contra el gobierno de la izquierda (Televisa y TV Azteca),
convocaría a huelgas patronales e incitaría al ejército a dar el zarpazo final.
La “luna de miel” duraría tres años o menos, dependiendo del ímpetu
revolucionario de López Obrador.
· El Golpe Parlamentario: AMLO vence en la carrera hacia
Los Pinos y el PRIAN forma de inmediato un frente legislativo “Todos contra el
Peje”. Si López Obrador comienza a tocar los intereses de la mafia
institucional, se activaría un juicio político para destituirlo o bloquear sus
iniciativas ante el Congreso. Más que una advertencia al ALBA y a Venezuela, el
golpe contra Fernando Lugo, en Paraguay, es una clara señal de la derecha
internacional a AMLO. Éste último sería el escenario más acariciado por la
plutocracia. Por ello es perentorio que el Movimiento Progresista conquiste una
mayoría parlamentaria infranqueable.
· El Magnicidio: la derecha ha tenido planes para asesinar
a AMLO desde hace rato y siempre mantendrá la opción sobre la mesa. Matar al
presidente de la izquierda, echarle la culpa a los capos de la droga y
establecer un gobierno de coalición, sería la otra modalidad de “golpe
encubierto”. Hay que cuidar a López Obrador.
En la totalidad
de las situaciones antes descritas, los trabajadores, campesinos y estudiantes,
deben jugar un papel preponderante en la defensa del gobierno y del veredicto
emanado de las urnas. La Segunda Gran Depresión Capitalista debilitará aún más
a EEUU y sus satélites europeos, por lo cual hay que emprender –con el
liderazgo de AMLO- una labor de reconstrucción nacional sin precedentes en la
historia reciente de México. Las Fuerzas Armadas deberán escoger entre el honor
que hizo inmortales a los capitanes de la Revolución de los Claveles, en
Portugal, o el enfrentamiento sangriento contra un pueblo hastiado que no
claudicará. Rescatar el ideario de Benito Juárez es la consigna perenne. ¡Viva
México!
elinodoro@yahoo.com