La campaña electoral venezolana tiene dos polos activados en la calle: el de la alegría, la felicidad y el compromiso con la Patria, representado por la candidatura del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez; y el de la tristeza, la amargura, el odio y el compromiso apátrida que pacta y obedece lineamientos del imperio, representado por el derechista Henrique Capriles Radonsky.
Esos dos polos que se hacen visiblemente claros en las convocatorias de actos públicos, marchas, concentraciones, “visitas”, a todas luces dibujan la muy legendaria lucha de clases que, en el caso del capitalismo, ha dividido las sociedades –y, en particular, a la sociedad venezolana- en explotadores y explotados, en ricos y pobres. Y dibujan clara esa división porque, aunque la candidatura de la derecha proimperialista de Capriles Radonsky pretende dibujarse de “popular”, rodeándose de algunos pobres y pagándole a otros para que le acompañe, la realidad es que sus intereses representan y defienden a los de la burguesía, a los de los explotadores, a quienes las grandes masas de explotados, de pobres, sólo le interesan como fichas o potenciales votos.
En cambio, la candidatura de la Patria, la candidatura de los patriotas, la candidatura de Hugo Chávez, es la candidatura de quienes históricamente fueron excluidos y ahora conducen su propia revolución liberadora mediante un gobierno que, como lo calificara nuestro gran Simón Bolívar, concede a su pueblo “la mayor suma de felicidad posible”.
Por eso este pueblo patriota que el próximo 7 de octubre acudirá a votar por la ratifcación de nuestra total y definitiva independencia con el camarada candidato Hugo Chávez reelecto para el período 2013 – 2019, está alerta y no permitirá que la violencia imperialista, impulsada por sus lacayos acá en torno a la candidatura de Capriles Radonsky, llegue a desarrollarse, tal como lo plantea el guión de “guerra be baja intensidad” que les han programado desde el Departamento de Estado y el Pentágono.
Nuestro deber patriota en el desarrollo de esta Batalla de Carabobo, que nos conducirá a la independencia definitiva y a la ratificación nuestra Patria socialista, es seguir organizándonos, seguir formándonos, seguir actuando para ganar las elecciones del 7 de octubre, derrotar la violencia y defender en la calle la victoria de los lanceros en la Misión 7 de octubre.
