Sólo los irremediables opositores, hechos agentes irreductibles de la derecha más nociva de Venezuela, se han perdido la grata satisfacción de votar por el líder natural de estos tiempos y mejor dispositivo conector entre las masas populares y el ideal socialista más moderno de los últimos años. Y es que hay, sin embargo un montón de gente bien ligada a las colectividades de oposición que miran con buena lupa el trabajo social y económico adelantado por la revolución y no sintiendo ningún interés que pueda el candidato opositor despertarles, se aprestan con astucia a pulsar el icono votante que contiene el rostro de Chávez en cualquiera de sus versiones electorales.
Ya Chávez se dispone a la dicha de ser elegido por su pueblo, por cuarta vez y es probable que esta cuarta vez sea la que más satisfacciones produzca en él y en el pueblo que lo elige. Por que votar por Chávez significa continuar en la esperanza que ya empezó a cristalizar. Es dar a un hombre sencillo del pueblo las herramientas para proseguir la tarea de hacer justicia con los más desamparados. Es también saber que los inmensos recursos de este rico país se estarán invirtiendo en beneficio de los seres humanos que en el conviven en una forma de distribución acorde con los principios de paz y de justicia.
Entonces a uno no le queda más que conectarse con esa realidad política. Y por eso es posible y altamente probable que la votación por Chávez marque en octubre gigantescos números jamás vistos en las cuentas electorales de país alguno. Porque los indígenas saldrán contentos a votar por Chávez. Los pescadores, artesanos y campesinos saldrán al unísono cantando victoria por Chávez.
La clase media saldrá alegre a votar por Chávez que les proporciona amplias libertades y estabilidad. Y los más pobres, en tropel de humanidad emprenderán el 7 de Octubre, entusiasmados, la victoria de la revolución, que les ha tendido las manos de la redención. No hay forma entonces, de detener el liderazgo de Chávez y el triunfo definitivo de la revolución. Votar por Chávez no solo obedece a un ideal y a un concepto de liberación, sino a un sentimiento profuso de afinidad social, política y étnica- espiritual. Y con toda seguridad no existe ninguna persona cualquiera sea su clase social en este país, que no le haya cruzado por su mente la posibilidad de votar por Chávez. La revolución alumbre entonces, a todos los seres vivientes de esta patria, para que disfruten la alegría en octubre de votar por Chávez.
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