Estuve cuatro días en una posada, más allá de Los Caracas, donde no tuve prensa, ni acceso a la radio, ni señal para celulares, y el único televisor estuvo siempre conectado a canales olímpicos
De manera que esta página de hoy estuvo a punto de no salir; pero como fui periodista deportivo puedo comenzar comentando las Olimpiadas. Y nada más natural que comencemos con el medallero hasta ayer sábado.
La rivalidad entre EEUU y la Unión Soviética, iniciada en 1952 en Helsinki, con ventaja para los estadounidenses, terminó en 1988, un año antes de derrumbarse el Muro de Berlín, con ventaja para la Urss. Desde 1992, en Barcelona, China ha estado ocupando su lugar, y en las de Beijing, con la ventaja de la sede, superaron a EEUU. En estas de Londres, los estadounidenses, apoyados en el atletismo, debilidad china, puntearon el medallero.
Ha sido inevitable esa confrontación, contra las aspiraciones del COI que pretendió que las medallas premiaran triunfos individuales, y nunca ha aceptado oficializar el medallero.
Como lo saben algunos de nuestros lectores, siempre he mostrado mis desacuerdos con los criterios usados para distribuir las medallas. He mostrado el ejemplo de lo que ocurre con una medalla al campeón del fútbol, integrado por 11 jugadores, después de ganar cuatro o cinco partidos, y esa medalla vale tanto como la que gana un solo atleta en minutos en un esfuerzo único.
Otra observación.
En relación con el valor de cada medalla. Si un país gana una sola presea, de oro, es ubicado por encima de aquellos países que han ganado cada uno, por ejemplo, varias de plata, otras tantas de bronce. Cabe preguntarse si esa única dorada refleja mejor el desarrollo del deporte en ese país, que, por ejemplo, seis en plata y bronce. Han ocurrido casos en que el ganador de esa única dorada prácticamente vive en el exterior, lo que significa que no es reflejo del desarrollo deportivo de su país. En otras circunstancias, el desempeño en competencias multidisciplinarias se evaluaba con 10 puntos al primer lugar, 6 al segundo, y desde el tercero hasta el sexto, de 4 puntos hasta uno.
Colombia. Las autoridades de Mindeporte, olímpicas y federativas, supongo que estudiarán lo que está ocurriendo con el deporte colombiano. Desde hace años, Venezuela lo superaba en Bolivarianos, Centroamericanos y Panamericanos, hasta fechas recientes, cuando los vecinos han mejorado tan significativamente su crecimiento deportivo que les ha permitido superar a Venezuela, no obstante los esfuerzos, recursos económicos sin limitaciones y preparación de nuestros atletas de alto rendimiento. Es cierto que el deporte venezolano se ha desarrollado en cantidad y calidad en la última década; las estadísticas, y los récords y victorias así lo demuestran.
Por ejemplo, en los ciclos olímpicos que van desde 1938 hasta 1998, Venezuela ganó 4.380 medallas, a un promedio de 72 por año; y en los ciclos de 2000 a 2011, se ganaron 3.565 a un promedio de 324 anuales.
Pero los avances colombianos han sido de mayor alcance. Por ejemplo, en los Panamericanos de Guadalajara obtuvo 84 medallas contra 72 de Venezuela. Fue una advertencia de lo que pasaría en estas Olimpiadas, de ocho medallas, una dorada. ¿Por qué?
Una reciente encuesta de Consultores 30-11 revela que 85% de los consultados opinó que había sido exitosa la actuación de los venezolanos en Londres. Esas opiniones, seguramente, están influidas por la extraordinaria hazaña de Rubén Limardo. Fue una gran victoria, sin duda; de 105 países participantes, sólo 46 habían ganado, hasta ayer, alguna de oro. Los resultados desbordaron las estimaciones de los expertos del COV y de Mindeporte, que esperaban ocho diplomas (que el COI entrega, desde la olimpiada china, a los ocho primeros de cada competencia) y que era posible obtener alguna medalla. Con tanta cautela, producto de anteriores pronósticos fallidos y de una más justa evaluación de las perspectivas, no podían equivocarse.
Creo que fue un muy buen desempeño de la delegación de 69 frente a los mejores del mundo. Seguramente ha sido la mejor desde 1948, cuando también en Londres estuvo el ciclista Julio César León. Aunque el anuncio de que ha sido la mejor actuación, es difícil compararlo con otras delegaciones olímpicas, cuando no se entregaban los diplomas. ¿Cuántos lo habrían ganado en México 68? ¿O en otras olimpiadas donde se obtuvieron medallas de plata y de bronce?
¿Dónde está la responsabilidad de lo sucedido en esa relación Venezuela-Colombia? En primer lugar, en las federaciones de cada deporte y de sus técnicos. Debieron saber de los progresos del vecino y adoptar los mejores entrenamientos y métodos de selección; luego, en el COV y en Mindeporte, que están en el más alto nivel, y deben ser incluidos los atletas de alto rendimiento, sus opiniones merecen ser escuchadas.
Seguramente en ocasión de discutirse el Plan Nacional del Deporte presentado por el ministro Rodríguez se encontrará las causas y se aportarán soluciones a los problemas. Supongo que incluye la necesidad de alguna renovación federativa.
Domingos de Díaz Rangel
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