La única alternativa

En más de siglo y medio Venezuela no ha tenido gobiernos capaces de adelantar un desarrollo sostenido y han estado siempre al servicio de los imperios del mundo. Se ha hablado de que nuestra mentalidad no ha estado al servicio de nuestros países sino de las empresas trasnacionales. Como lo ha dicho reiteradamente el Presidente Chávez, la independencia es condición indispensable para realizar una política soberana.

La Revolución Bolivariana tiene el inmenso mérito de haber promovido la integración de América Latina y El Caribe, iniciado la satisfacción de necesidades elementales, reducida la pobreza, eliminado el analfabetismo, impulsado la Educación Primaria y Secundaria, después de Cuba somos el país con mayor población universitaria en el subcontinente, llevamos a cabo el más grandioso programa de viviendas que país alguno haya acometido, Barrio Adentro le ha dado servicios de salud a millones de personas, hemos emprendido la construcción de empresas fundamentales, reducido el desempleo. Esto quiere decir que la Revolución Bolivariana ha emprendido de manera decidida obras esenciales para el desarrollo.

Somos un país privilegiado por la naturaleza en recursos de gran importancia. El petróleo, el gas y el agua son fuentes de energía no sólo necesarios para la economía sino como fuerza política en las relaciones internacionales. Ningún gobierno supo utilizar esa fuerza para afirmar nuestra soberanía e impulsar la construcción de un país avanzado. Los generales Cipriano Castro y Medina Angarita, que quisieron impulsar nuestra independencia, fueron derrocados por la traición de Juan Vicente Gómez y el golpe de octubre de 1945, respectivamente, en ambos casos en evidente beneficio del imperialismo yanky.

Desde el siglo XIX en Venezuela se ha planteado la necesidad del ferrocarril, registrada incluso por la literatura. “¡Allá viene el ferrocarril”! grita Santos Luzardo ante la inmensa llanura. Es necesario destacar que las empresas alemanas, inglesas y francesas que construyeron los ferrocarriles bajo Guzmán Blanco lo hicieron con rieles de diferente diámetro para que el país no pudiera tener una red a escala de su territorio. El gobierno bolivariano está construyendo una red ferroviaria que cruza todo el país.

No hay la menor duda de que la Revolución Bolivariana significa el futuro. En trece años de gobierno se ha llevado a cabo una política que garantiza el desarrollo. En tan breve plazo hemos comenzado a vencer todos los vicios, injusticias e irracionalidades que se habían acumulado en casi 200 años. Esta es una grandiosa labor que nadie con seriedad puede negar. Lo que la oposición pretende es precisamente frenar esta obra y eso es acabar con las inmensas posibilidades que la revolución está llevando a cabo.

Los venezolanos hemos vivido situaciones comprobadas por nosotros mismos. Todavía en fecha reciente atravesamos los gobiernos del puntofijismo que trajeron hambre, ignorancia, enfermedades, carencia de viviendas, problemas de transporte y demás carencias para nuestro pueblo. Solamente la mentira y el engaño a través de los medios de comunicación privados explica que algún porcentaje de la población pueda inclinarse hacia los que hacen oposición a este gobierno. Esta demasiado claro que el propósito de esa oposición es volver a las prácticas antipopulares y antipatrióticas de los gobiernos de la oligarquía, ya que no hay razón valedera para optar por políticas reaccionarias frente a las ejecutorias progresistas del gobierno revolucionario.

Hemos logrado extirpar la mentalidad que nos fue sembrada por los imperios de que somos un pueblo negligente e inferior. Por el contrario, la historia demuestra que somos un pueblo de extraordinarias cualidades. Realizamos la más grandiosa empresa por la libertad en la historia universal, la cual nos llevó hasta el Potosí. Hemos tenido grandes hombres como Miranda, Bolívar, Simón Rodríguez, Sucre, Andrés Bello. En nuestra tierra se han producido literatos, poetas, artistas y científicos de talento excepcional. Somos un pueblo de llevar a cabo las proezas que reclama la historia. No es ninguna exageración afirmar, como lo ha hecho Hugo Chávez, que estamos llamados a ser una potencia.

Estos hechos, suscitamente expresado, nos está diciendo que el 7 de octubre la única alternativa para construir la Venezuela del futuro es la reelección de Hugo Chávez.

robertohernandezw@gmail.com


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Roberto Hernández Wohnsiedler

Abogado y Sociólogo. Fue diputado, vicepresidente de la Asamblea Nacional, Ministro del Poder Popular del Trabajo y Seguridad Social y militante del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Es autor del libro La Clase Obrera y la Revolución Bolivariana.

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