Quizás muchos consideren que el tema que voy a tratar ya es extemporáneo porque la campaña electoral acaba de transcurrir, pero tengan la certeza de que no es así. El triunfo del presidente Hugo Chávez que el mismo calificó de “victoria perfecta” llegó para quedarse y, como tal, se hace imperioso continuar el trabajo en beneficio de la gente todos los días, entendiendo que el pueblo es el puntal de este proceso revolucionario.
En ese sentido me referiré a la atención que reciben los viejitos de la Misión en Amor Mayor en el Banco Bicentenario, cuando acuden a abrir sus respectivas cuentas sobre todo en las sucursales ubicadas en la zona industrial del municipio San Francisco, entendiendo también que a estas alturas del juego nadie se “chupa el dedo en política”. Y como ha sido muy evidente el saboteo permanente en contra de Chávez para pecar de ingenuo, se hace imperioso investigar las quejas de los ancianitos que son beneficiados con esta misión y que acuden a tales entidades. Eso no es nada del otro mundo, sólo es cuestión de darse una pasadita por las instituciones financieras y corroborar con la misma gente. Los viejitos denuncian, incluso, que reciben maltratos verbales de parte de los empleados bancarios.
El presidente Chávez ha dicho que aprueba los recursos y ordena incluir unos 40 mil pensionados mensual, con el propósito de saldar una vieja deuda social con las personas de la tercera edad, pero resulta que en los Bicentenario, por lo menos en el de Nasa - Zona Industrial y el otro que se encuentra a unos 100 metros, se produce un cuello de botella hasta peligroso para la salud de los ancianitos.
Y las justificaciones que se escuchan en torno de esta irregularidad dejan mucho que desear. En Bicentenario de Nasa después que los viejitos hacen una cola inmensa, les dicen que sólo van repartir 15 o 20 números. Generalmente el personal bancario argumenta que se agotaron las libretas de ahorro o no hay sistema.
De ser verídica esa situación, hay que considerar algunos aspectos. Ciertamente no se debe descartar que en algún momento se terminen las libretas por la gran cantidad de beneficiarios, pero es sospechoso que el caso se presente de forma muy reiterada. Y de persistir la falta de material, deberían, como mínimo, colocar algún aviso, a fin de que un señor o señora de 60, 70 u 80 años, no pierda tiempo en una cola parado a medio sol para nada.
Si es cuesta arriba la atención de esa cantidad de viejitos que acuden a las entidades, ¿por qué no hacer operativos especiales los sábados y los domingos, donde sólo se reciban a los beneficiarios, hasta salir de la coyuntura? ¿Por qué no habilitar espacios y personal que agilicen los trámites?
Hay otro detalle digno de considerar: si el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales pasa la información de cada uno de los viejitos a las entidades bancarias, por qué el beneficiario debe esperar en una cola para que le hagan y le otorguen la libreta.
Creo que con la información que les suministra el IVSS, el banco podría elaborar este documento de ahorro, de tal forma que ya cuando los viejitos o las viejitas lleguen a la entidad, no tengan que esperar sino sencillamente retirarlo y cobrar.
Uno piensa en tantas posibilidad y al ver que ni siquiera se intentan, se le viene definitivamente a la mente, que no hay mucha voluntad de resolver la situación. Para colmo de males, en las entidades mencionadas –desconozco si en otras-, han dado al traste con la asistencia por el número de la cédula de identidad, la cual pretendía darle una mejor organización y causar menos molestias a los ancianos.
Cuando Chávez ordenó el censo de inclusión de los viejitos en la Misión en Amor Mayor, se hicieron operativos especiales y la situación fluyó; las personas de la tercera edad fueron incorporados a una lista en el tiempo previsto, tal cual estaba en el cronograma publicitado por el Gobierno revolucionario.
Ahora siendo así, insisto: ¿por qué en los bancos no se toman previsiones similares, que permitan abrir esas cuentas sin contratiempos? Tampoco vemos empeño por parte del IVSS, que debería presionar para que agilicen los trámites. Es el Gobierno revolucionario el que, aun con buenas intenciones, queda mal. ¡¿No les importa!?
@AlberMoran