Es imposible saber la ubicación de un electrón porque para averiguarlo hay que lanzarle un fotón, que perturba su posición. Se llama Principio de Incertidumbre, paradoja formulada por Werner Heisenberg en 1927. Por eso un echador en un congreso de parodias de ciencia expuso la ponencia científica más breve de la historia: «Heisenberg pudo haber estado aquí». Ovación de pie.
En Venezuela vivimos una situación informativa similar. Durante la noche de Halloween pasada hubo el foro en Uneartes Comunicación en Revolución, en donde Maryclen Stelling expuso el siguiente principio de incertidumbre de la información en Venezuela: La polarización política impide saber si lo que dice un medio cualquiera es cierto o no (véase http://j.mp/T3sMfT). Sostiene Maryclen que en Venezuela hay libertad de expresión, pero que la ciudadanía no tiene derecho a la información porque los medios están enfrascados en una guerra destinada solo a eliminar al contrario. Si un medio dice «una piedra tiré a un cocotero, tero, tero» no sabemos si hubo piedra o cocotero o mango. O si no hubo pedrada sino «suapara». ¿Y qué de «tero, tero»?
El usuario no sabe qué pasa pero sí que los medios privados darán una versión apocalíptica y el Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP) ofrecerá una versión positiva o ninguna. Ante la permanente perturbación enloquecedora que hacen los medios golpistas, el SNMP se ve en la obligación de dar solo una versión positiva, calmar al usuario, mitigar la traducción desastrosa de los medios golpistas, cuya misión, como dijo Stelling, es precisamente la de presentar un enfoque funesto de la realidad, en el que hasta una inundación en Australia es culpa de Chávez. Casi no hay pieza producida por esos medios que no esté destinada a provocar, como dice Pedro Carvajalino, «¡miedo, terror, pánico!».
Se ha dicho que en la guerra la primera víctima es la verdad. ¿Qué hacer? Sugiero: Los medios públicos han comenzado a dar las dos versiones de la realidad, de modo que el usuario no se vea obligado a ver los medios golpistas para «compensar» la versión unilateral del SNMP, porque podrá confiar que el SNMP no escamoteará la versión adversa, sino que la confrontará y dejará al usuario la deducción de la siempre elusiva verdad.
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