Hoy se conmemora el “día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer”, recordemos que fue un 25 de noviembre de 1960, cuando la República Dominicana, se estremeció ante el brutal asesinato de las hermanas Mirabal, tres (03) valerosas activistas políticas dominicanas también conocidas como las “Mariposas”, por ser este el nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía Trujillista, estas fueron: Patria Mercedes (la mayor), María Argentina Minerva, y Antonia María Teresa, la menor de las tres; como se sabe, dichos acontecimiento llevaron a la República Dominicana y sesenta (60) países más, a solicitar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que se tomara este día como “El Día Internacional contra la no Violencia”.
De tal manera que, sin olvidar la esencia de este día, tal es “Luchar por la no violencia contra la mujer, en cualquiera de sus manifestaciones”, quiero hoy reflexionar sobre todas las formas de violencia de la que somos objeto, pues en un mundo tan hipócrita y deformador como el nuestro, donde por un lado se nos inculcan normas y valores, y por el otro se nos empuja a violarlas, so pena de parecer idiotas, estúpidas o desactualizadas, al mantenernos en una sola lid. Pudiese parecerles, a algunos o algunas, que exagero, pero la realidad nos sacude; mostrando espeluznantes ejemplos: como el de “Rosita”, la joven Jimena Araya, quien pensó que la vía para ser tomada en cuenta y obtener dinero fácil fue el triste camino que transitó, es indiscutible que ella es una hechura social, la sociedad le enseñó eso, a ella y a miles que como ella escogen ese escabroso camino, la sociedad les hace creer que ser “objeto” es normal y hasta agradable, pero la realidad es que la deshumanizan, las vuelven siempre objetos o cosas, las prostituyen o convierten en delincuentes, y después las escupen como escorias.
Otro caso evidente, está referido al tipo de mujer que la sociedad pretende formar, y lamentablemente en muchas ocasiones cumple su cometido; una mujer prototipo, alta, delgada, de pelos claros, ojos azules, grandes curvas y grandes senos y glúteos; y si no posees eso, no importa la sociedad te proporcionará medios para que crezcas o parezca que eres más alta, tintes que juega garrote, para que te conviertas en catira, aún cuando tu piel o perfecciones faciales no vayan con ese tipo de color; a y también lentes de colores y operaciones para adelgazar, sacarte costillas, moldearte; implantes para senos y glúteos, y pare de contar; no importa cuánto tengas que gastar, no importa si tu salud está en juego, pero tú para adelante, so pena de morir en el intento.
Hallase visto mayor violencia infringida por nosotras mismas, contra nosotras mismas, o mejor dicho de una sociedad capitalista, en nuestra contra; a ese tipo de sociedad lo que le importa es que gastes y ellos obtengan beneficios, y nosotras caemos como cándidas palomita. Y en ese juego macabro, no faltan las medicinas y/o cosméticos, aquellos que nos ofrecen ser siempre bellas, y lo peor, se lo creen, y gastan y gastan, y ellos ganan y ganan; o aquellas medicinas que nos ofrecen adelgazar, ser más ágiles, más inteligentes, tener mejor memoria, incluso aquellas medicinas para subsanar problemas que esta misma sociedad capitalista ha provocado, como es el caso de la Diabetes, por un lado nos promocionan una serie de alimentos que se ven deliciosos e invitan a ser ingeridos, y por otro dichos alimentos son propiciadores de enfermedades como la Diabetes o la obesidad, otro tipo de Violencia contra hombres, mujeres niños, niñas y adolescentes, pero las mujeres debido al prototipo que esta sociedad promociona, es la más vulnerable y de nuevo es agredida por la sociedad, y si a ellos se le suma que esta sociedad capitalista también nos asigna el doble papel de madre, esposa o compañera, bella, amable y cumplidora de todas las tareas del hogar, entonces tendremos a mujeres llenas de estrés, pues debemos cumplir a cabalidad, dichas tareas, y allí salen los tranquilizantes a nuestro auxilio o hundimiento.
Y como este ejemplo, innumerables, tal es el caso de la mujer que asume un cargo público, y en contra de su naturaleza, se convierte en una mujer con bigote, despótica, grosera, mandona y poca solidaria, en el convencimiento de que sólo se pueden hacer las cosas siendo brusca y agresiva, lo que ilusoriamente se le ha hecho creer, pues no es un signo de hombría ser grosero; ni de organización y ejercicio de la responsabilidad ante un cargo, es el ser altaneras, despóticas y poco mujer. Pero la verdad es que la naturaleza del ser humano es ser solidario o solidaria, en la seguridad de que así se trabajará mejor y los beneficios serán mayores.
En este día de la NO VIOLENCIA, reflexiones, estas y otras formas de violencia estamos viviendo a cada rato, cuando no se nos deja hablar, es tan violento como cuando se nos dice “CALLATE”; cuando se nos golpea es tan grave, como cuando nos empujan aparentemente sin culpa; cuando injuriamos a otra personas, es un acto de violencia tan grave como cuando no la dejamos que se defienda; cuando nos invisibilizan es un acto de tanta violencia, como cuando no nos dejan accionar. CUIDADO QUIZÁS NOS ESTAN VIOLENTANDO Y NO LO SABEMOS, O ESTAMOS VIOLENTANDO A LOS DEMÁS Y NO LO PERCIBIMOS. LUCHEMOS POR NUESTROS DERECHOS.
La autora es: Dra. Una Comunista
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