Chávez en las horas de grandeza y enfermedad

Yo siempre lucho frente al destino

Cuando anoche se anunció sorpresivamente que Chávez realizaría una importante intervención por cadena de radio y televisión, un pensamiento y un sentimiento inundó todo nuestro ser ante la presunción de que la noticia llevaba implícita la gravedad de una situación determinada.

Y, efectivamente, así fue. Le escuchamos expectantes, conmovidos y curados de espanto. Pero una vez más sobresalió invicta la grandeza de Chávez que me hizo recordar una frase de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria Cubana, cuando afirmara teniendo como circunstancias las horas de grandeza, dolor y enfermedad, que reza: YO SIEMPRE LUCHO FRENTE AL DESTINO.

En su intervención no faltó nada de lo que es característico y propio de Chávez. Hizo acopio del humor y del enfoque coloquial en ese instante signado por una gravedad extrema. Desbordó su íntima entraña sentimental al cantar con emocionante tono el himno de su fuerza armada. Repasó momentos de su trayectoria política en que tuvo que luchar frente a su destino, exponiendo su vida a peligros que pudieron conducirlo a la muerte. Fueron jirones e hitos de su existencia que lo hicieron grande y que permitieron que pudiera conquistarse y construirse una verdadera patria.

Puso énfasis en el protagonista principal que le ha acompañado en su protagonismo individual, es decir, el pueblo, del cual han surgido los factores que pueden decidir la continuidad de la revolución bolivariana: el partido y el polo patriótico, las organizaciones sociales diversas, las fuerzas armadas bolivarianas, el sistema político estatuido por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la dirección colectiva del proceso revolucionario reflejado en miles de cuadros a todos los niveles y, en especial, a nivel nacional, que deben garantizar la unidad y la victoria en el futuro.

Finalmente, su fe en que la ciencia y los factores divinos puedan revertir y vencer la situación adversa de una enfermedad tan esquiva y grave como el cáncer. Pero sobretodo resaltó su preparación para asumir con dignidad y valor la alternativa peor, y en ese instante se manifestó la previsión del genio político para aconsejar a los patriotas, al pueblo, a sus seguidores, la necesidad, más que nunca, de unidad en cualesquiera de las circunstancias, y la apelación del apoyo de todos a la propuesta de Nicolás Maduro como sucesor temporal o definitivo al frente del gobierno y de la Revolución.

Hizo un llamado especial para que, ante las próximas elecciones de gobernadores, el pueblo se crezca y respalde las candidaturas de los candidatos bolivarianos, que es hoy más importante que nunca. Ahora es un momento excepcional en que los revolucionarios y patriotas deben estar donde se espera que estén, y dispuestos a vencer todo vestigio de acomodo o división, ya que en política no es otra cosa que la muerte.

Así que a partir de ahora, estamos seguros que Chávez seguirá luchando, íntegro y grande, frente a su destino, y esperamos, como anunciara, que en poco días podamos tener noticias alentadoras de que la vida sigue su curso desafiando circunstancias adversas en medio de las batallas continuas que libran todos los días los líderes revolucionarios consecuentes como Chávez al frente de su país.

De momento, para compensar la gravedad de este minuto histórico de fin y comienzo de año, esperamos el alegrón que debe significar la victoria en las elecciones del 16 de diciembre, inspirada en el apoyo y la solidaridad con el líder bolivariano, así como el éxito de la operación y la pronta recuperación del presidente Hugo Chávez. Ese el regalo que esperamos y esas son las felicidades que deseamos al pueblo venezolano, latinoamericano y mundial.

wilkie.delgado@sierra.scu.sld.cu


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Wilkie Delgado Correa


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