Chávez lo previó y lo expresó aquel día de diciembre cuando apuntaló a Maduro... “Voten por él”, fue su dictamen. Él sabe que la revolución no aquieta. Presentía el presidente que quizás no volvía y que serios problemas de salud le impedirían abordar la principal instancia de poder del país. Nada se logra con abrir un compás de incertidumbre que al final no llegará a nada sino a un proceso eleccionario que por todos lados sería inevitable, pensaría él. Por eso las elecciones muy pronto en los lapsos que prevé la constitución o que disponga TSJ, son además de lo más procedente, lo más idóneo para el proceso revolucionario. Es verdad que el 231 constitucional no expresa fecha en su segunda idea para la toma de posesión en el Tribunal Supremo de Justicia. Pero si el presidente, ya en su sanidad física mínima, que le permita la existencia y con la posibilidad de asirse entre nosotros como el gran maestro de los procesos que la revolución va necesitando…entonces para qué someterlo a los traqueteos estresantes de una etapa presidencial en su nueva y atribulada condición médica? . Chávez sabe que Maduro arrasaría en su nombre en esas eventuales elecciones. Y mientras más pronto, mayor seria el arrase. La oposición está hecha la loca a ver si extemporaniza esa posibilidad y lograr mejor escenario para ellos. Parece que incendian para beber agua de los bomberos. Saben que el peor escenario de ellos es el actual. Y por eso, los hoy gobernadores arrasaron el 16-D, todos hombres y mujeres que más emblemáticamente Chávez propusiera. Chávez no nos dejará. Chávez seguirá conduciendo esta revolución, independientemente que Maduro se siente en Miraflores. Y eso Maduro o quien sea, tiene que entenderlo. Por eso las elecciones en febrero son de conveniencia improrrogable para la revolución. Los momentos históricos hay que medirlos con las realidades históricas. Sin apasionamientos que puedan torcerla. Las palabras de Chávez antes de partir a su cautiverio clínico en Cuba, tienen que ser determinantes para las próximas acciones que habrán de tomar los líderes de la revolución. Mal interpretarlas sería peligroso para los avances de los procesos políticos que ha liderado Chávez. Y eso sería imperdonable a la luz de la historia. Todos queremos la existencia de Chávez y su pronta recuperación física. Pero entiéndase que en ese proceso de recuperación de Chávez, fuertes rémoras de su padecimiento habrán de hospedarse en su noble humanidad, que requerirán especiales cuidados, para garantizarle una mínima y necesaria supervivencia. Chávez vive... Viva Chávez… ¡
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