¿Quién Fue Realmente Hugo Chávez?

A muy pocos días de la ausencia física del Comandante Hugo Chávez Frías, probablemente no sea el momento más apropiado para fijar una opinión sobre sus legados, que seguramente serán muchos y todos con alto significado para el futuro del país y el continente. Sentir profundamente esta ausencia física, puede nublarnos los sentidos y no captar cosas que por parecernos muy sencillas y de rutinas, pierdan la profundidad.

Si se revisan muy rápidamente las reseñas que tratan de explicarlo, uno nota, que las explicaciones suelen focalizar la atención a partir de su “por ahora”. Muy pocas de las referencias que he podido revisar, toman otra dimensión o parte de otro punto. Casi siempre, el “por ahora” es un punto desde donde los especialistas y lo que no somos tan especialista, comenzamos a fijar nuestras impresiones sobre una figura que ya es infinita para Venezuela y América Latina.

Viéndolo o captando a partir de ese “por ahora”, cobra relevancia un aspecto de una vida que sin lugar a dudas puede calificarse como de un constructor y armador de sueños. Desde este punto, hay suficientes elementos para determinar sus legados, porque todo el curso de su existencia pareciera cobrar mayor fuerza desde este “por ahora”.

Sin embargo, siento que cuando a Chávez se le ofrecía la oportunidad de autoreferenciarse o explicarse, tomaba otro punto de partida. El “por ahora”, más que un punto de arranque de su existencia, era un punto de llegada, que luego quedó entre nosotros como comienzo, porque el posible fracaso del evento que determino este “por ahora”, estuvo un poco vacío de pueblo y después del “por ahora”; el pueblo parió a Chávez y comenzó un proceso donde encontró argumentos para posicionarse más en sus orígenes.

Veo en esta manera de autoreferencirse, un dato con importante señales para comprender y explicar a Chávez. Pienso también que Chávez es una referencia para comprender a la sociedad venezolana.

Un rasgo fundamental de la personalidad de Chávez fue su sensibilidad. Este rasgo o característica resalta mucho y sus otras cualidades como líder, tienen en esta condición de “ser sensible”, un manantial de aspectos positivos en la vida de este constructor de sueños. Tratar de entender a Chávez sin detenerse en la casa vieja, el topochal, la abuela, sus pasiones de niño (pintar y el beisbol) y todo ese mundo de su niñez, es una tarea que seguramente terminara con una visión muy restringida. El Chávez de hoy y el Chávez constructor de sueños, está allá en esa niñez.

Creo que su bolivarianismo y su apego a las ideas socialista fueron justificaciones que encontró en su camino y que dieron la oportunidad de irle dando profundidad al arañero. Cuando se analiza el proceso de reestructuración social de la Venezuela, que opera a partir de la década de los sesenta; todos de una u otra manera fuimos o tuvimos una infancia como Chávez.

Ese fenómeno de la masificación educativa que dio paso al surgimiento de una amplia clase media que fue aburguesándose, nos comunica de una política educativa que hizo lo que debía ser. Es decir, políticamente reprodujo un sistema. Chávez a pesar de haber entrado a la academia militar donde no había la posibilidad de hacer la respectiva pasantía por la izquierda, porque no había unidades curriculares de orientación marxista, no se “desoriginó” o no se “desclasó” Conservó su visión de niño humilde y pobre y esa idea de la pobreza lo incomodaba.

El arañero es lo verdaderamente profundo en esa figura. El “por ahora” fue una manera de replantearse las pasiones. El arañero fue encontrándose en el camino con Bolívar, Simón Rodríguez y Zamora. La Oposición luego se le atravesó en el camino y lo empujo hacia el ideario socialista. Mientras una parte importante de los izquierdistas y “guerrilleros” se fueron domesticando; al niño Chávez, la idea de su casa vieja, su topochal y su abuela se le fue sembrando y esas visiones fueron perfilando en él, la idea de ver a la pobreza como un mal curable por el cual debía luchar. Sabía de su sentido y de sus causas, y por eso; el eventual fracaso de la intentona produjo el “por ahora”.

Un dato muy importante, que puede lucir suelto en esta nota, es que en esas autoreferencias de su niñez, nunca Chávez notó la existencia de la televisión.

marcanoevaristo@gmail.com


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Evaristo Marcano Marín


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