Si algún desatino habrá que anotarle al discurrir político del PSUV en Lara es no haber denotado con premura el soterrado comportamiento insidioso de Henrry Falcón, antes, durante y después de sus gestiones como alcalde y como gobernador hasta que presentara en una desfachatada carta al presidente Chávez, su renuncia al PSUV y posterior adherencia a los sectores ultraderechistas del país. Allí el Comandante Reyes, a pesar de sus consabidas confianzas del presidente Chávez, pecó de ingenuo. Porque desde que el hoy susodicho Gerente Político de Capriles, se presentaba en los “Alo Presidente”, con una gorrita del Cardenales, como queriendo ante Chávez aparentar irreverencia, trazaba con descarada postura los caminos de la pronta traición que en poco tiempo haría pública. El hombre a Chávez nunca le soportó esa mirada hurgadora que el presidente solía incrustar en el rostro de los traidores. Pero el Comandante Reyes, prevalido de una generosidad rayana en inocencia, pudo dejarse caminar por el lomo de este prototipo del síndrome contrarrevolucionario que hizo y deshizo para construir un acumulado de prosélitos con extensiones al conglomerado popular larense, que urdió en infundios la personalidad de Reyes y sus más cercanos colaboradores. Allí estuvo la razón del triunfo que en mala hora obtuvo Henry Falcón. Toda la neo derecha venezolana conformada por traidores de la izquierda hizo nido antichavista para acabar con la candidatura de Reyes, sin el menor de los recatos. Y si no ahora vean la muestra. Henrry Falcón, ahora urgido en el exponente más connotado de la candidatura ultraderechista hacia el 14-A. Un reconocimiento del imperio a la falacia y la traición. Él quería ser el candidato de la derecha pero, zamarro, se echó pa´trás cuando no visualizó señales de triunfo. Y solicito, le dejó el embarque al muchacho bobo. Ahora en ese brete, Henrry se apresta a llevar los jirones de una derrota que Chávez el 12 de diciembre dictaminó. Y Henrry Falcón tendrá que enfrentar muy pronto a la justicia por el bojote de irregularidades de su gestión barquisimetana. Pero además, la historia facturará con creces, sus inconsecuencias y traiciones a las clases más humildes del estado Lara, que en él alguna vez confiaron.
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