El Rey de los cielos recibe al líder

El cielo lucía radiante. Parecía una escenografía para una inefable obra de teatro. Al fondo se observaba los ríos El Arauca y el Capanaparo. El ambiente era de fiestas patronales en Elorza. Cantantes del llano fajados en reñido contrapunteo. Y más allá un rancho de palma donde vivía la vieja Rosa Inés.

El Líder entró por la puerta grande del firmamento y con ganas de quejarse, pero al ver la sonrisa alegre y satisfecha del Supremo Creador, se contuvo, y éste rápidamente se le adelantó: “No vengas a lamentarte, sabes de mi sabiduría, por eso sé de tu sollozar. Pero no lo hagas. Tranquilo. Usted cumplió su misión y ahora está aquí a mi diestra. Ya era la hora. Los predestinados tienen su cometido, como lo es abrir el camino y que otros continúen con su obra en pro de los más desposeídos de la tierra. Sus vidas son cortas. El ejemplo más palpable de ello, fue mi hijo Jesús, apenas vivió 33 años, pero en ese tiempo realizó “el mandado”, como dicen por tu tierra. Claro, hay otros que duran más en su tarea que tienen asignada, como Simón Bolívar por ejemplo, su obra la hizo y murió a los 47 años. Tú la hiciste en 58 años, porque eso era lo estimado.

Pero ya estás aquí, y desde este lugar sagrado podrá ayudar más a tu pueblo, pues desde el cielo y a través de tu espíritu podrás observar muchas cosas, que como ser viviente, no podías hacerlo, porque en vida no puedes multiplicarte y estar aquí y allá, en cuestiones de segundo. Actualmente tu misión será diferente, pues ahora por tu condición, puedes advertir fallas y malos comportamientos de los hombres que te rodearon y de todos aquellos que siguiendo tus ideales vendrán más atrás para ir engrandeciendo a una Patria que quisiste hasta el cansancio y en donde ayudaste a los pobres que al fin y al cabo, debe ser la obra de los cristianos; por eso no vas a permitir que todo se venga abajo, porque tu espíritu ocupará millones de corazones, no sólo en tu país, sino en el mundo entero.

Por eso bienvenido a este mundo celestial, hombre gigante, y siéntase feliz y tranquilo. Porque su misión fue cumplida, como debe ser”, finalizó diciendo emocionado el Todopoderoso.

emalaverg@gmail.com /@Malavermillo


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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

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